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Mató a su amigo y guardó el cadáver debajo de la cama: lo imputaron

Desde un primer momento, el papá de Chivita expuso ante los medios de comunicación el problema de adicción que presenta su hijo y la impotencia de su familia porque no saben a quién recurrir para que los ayude

Un joven de 23 años fue acusado por el crimen de su amigo de 21, cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado debajo de su cama en una vivienda de La República al 8600. El juez Ramón Lanzón aceptó la imputación de la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro y dictó 90 días de prisión preventiva. En los primeros minutos de ayer, Alejandro T., papá del imputado, denunció que desconocidos arrojaron dos molotov contra su casa, las cuales no llegaron a provocar un incendio.

El jueves pasado alrededor de las 18, la familia de Fidel Ernesto Rosales, de 21 años, llamó a la Policía para indicar que no tenían noticias del muchacho desde el miércoles y dijeron que tenían sospechas sobre Leonardo Ariel “Chivita” T., de 23, y domiciliado a pocos metros, en La República al 8600. Los jóvenes eran amigos, estaban siempre juntos. Ambas familias contaron que tenían problemas de adicciones, describieron los voceros policiales y judiciales.

Los uniformados fueron a la casa de Chivita y al consultarlo sobre el paradero de Fidel entró en contradicciones. Los policías pidieron permiso a la madre del entrevistado para ingresar a la casa. Cuando le dijeron que desarme un montón de ropas que tenía debajo de su cama, los uniformados encontraron el cuerpo de Fidel, por lo cual lo detuvieron de inmediato y lo pusieron a disposición de la fiscal de Homicidios Dolosos Fabbro.

La audiencia imputativa fue ayer a las 9 en el Centro de Justicia Penal. En esta jornada, la abogada defensora de Chivita, Nancy Zulli, pidió la suspensión de la audiencia debido a que por el problema de consumo de su cliente no era capaz de comprender el acto y pidió una junta médica.

La fiscal replicó el reclamo de la defensora al sostener que el jueves, apenas fue apresado, y ante la advertencia de la familia de Chivita sobre su adicción, un médico lo revisó, dijo que no era coherente debido a los efectos de los psicofármacos pero no hizo referencia a problemas psíquicos que impidieran entender los hechos endilgados.

El juez resolvió continuar con la imputación y la fiscal enumeró la evidencia recolectada. La autopsia arrojó que Fidel tenía lesiones en todo el cuerpo y su muerte fue a causa de una puñalada en la nuca. Estaba desnudo, maniatado, tenía los pies atados y su muerte se había producido dentro de las 24 horas previas al hallazgo, continuó Fabbro.

La fiscal agregó que los familiares de Chivita contaron que estaba raro. Un hermano dijo que las habitaciones dan al patio y el miércoles pudo ver a Chivita subir un bulto por las escaleras. Cuando vio a su hermano asomado por la ventana, desistió y volvió a bajar. El chico agregó que como hay una mediasombra no pudo ver bien de qué se trataba y coincidió en que estaba raro.

Fabbro resaltó la predisposición que presentó todo el tiempo la familia del acusado y expuso que en el patio y en las escaleras del patio que llevan al lavadero hallaron manchas de sangre. La mamá de Chivita también las vio y cuando le preguntó, éste le respondió que un amigo se había lastimado. ¿Fidel se lastimó?, le preguntó, y Chivita le contestó que era otro amigo. Uno que ella no conocía. Antes del macabro hallazgo, su familia también notó que se encerraba en su cuarto y le ponía candado.

La fiscal acusó a Chivita como autor de homicidio simple y pidió prisión por el plazo de ley.

El acusado no hizo uso de la palabra por consejo de su abogada. La letrada remarcó que aún no se sabe dónde fue el crimen, el móvil, como tampoco si participó otra persona, y resaltó que su defendido es changarín en el Mercado de Fisherton y no tiene antecedentes penales. En base a esto, Zulli solicitó la libertad del joven o la prisión domiciliaria con tobillera.

Tras escuchar a las partes, el juez Lanzón aceptó la acusación de la Fiscalía y dictó 90 días de prisión preventiva.

 

Atentado

La familia de Chivita tuvo otro golpe en los primeros minutos de este viernes cuando cerca de las 2 sintieron un ruido. Alejandro T., papá de Chivita, sintió olor a humo, siguió el rastro y encontró dos molotov en la habitación de otro de sus hijos. Una no había estallado y la otra alcanzó el colchón. Su hijo no estaba en la casa. El principio de incendio pudo ser contenido por la familia y no se registraron heridos, indicaron las fuentes policiales.

Desde un primer momento, el papá de Chivita expuso ante los medios de comunicación el problema de adicción que presenta su hijo y la impotencia de su familia porque no saben a quién recurrir para que los ayude.

Atacaron la vivienda donde encontraron asesinado a un joven debajo de una cama

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