Eran primos pero la relación entre ellos nunca se caracterizó por la armonía. El sábado 14 de abril, Fernando Robay se presentó en la casa de su pariente en Villa Gobernador Gálvez con un arma. Lo vieron llegar y hubo tiros. Carlos C. recibió un disparo en la pierna y su primo Fernando algunos balazos que lo llevaron a la muerte. El jueves pasado, el imputado recuperó la libertad. Esta decisión trajo desazón en la familia de la víctima que mostró su disconformidad con gritos y llantos. Si bien fue imputado por homicidio doloso, la causa se balancea también hacia un caso de legítima defensa o exceso de ésta. El juez actuante impuso una fianza equivalente al 20 por ciento del sueldo que percibe Carlos C., que es empleado municipal.
La relación entre primos era mala, siempre estaban discutiendo. No quedó claro aún porque Fernando Robay, de 31 años, se presentó aquel sábado en la casa de Carlos C., ubicada en Montevideo y Noruega de Villa Gobernador Gálvez con un arma en su poder. El hombre llegó en auto, discutieron y todo terminó a los tiros. El dueño de casa recibió un disparo en la pierna y su primo en el tórax, informaron fuentes policiales.
Los familiares de Fernando lo llevaron al Hospital Gamen, adonde llegó fallecido mientras que Carlos C., de 21 años, también debió recibir atención médica. Lo llevaron al hospital Roque Sáenz Peña y de allí al Heca, en donde quedó detenido con custodia policial.
Cinco días después fue imputado en la habitación del hospital por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación, por lo que el juez Luis María Caterina dictó la prisión preventiva en su contra. Pero este jueves se realizó una nueva audiencia oral, esta vez para rever la medida cautelar impuesta. Allí la defensora Susana Zulkarneinuff solicitó una morigeración a pesar de la oposición del fiscal Florentino Malaponte. Se explicó en la audiencia que el imputado no cuenta con antecedentes penales, tiene empleo en una repartición pública.
El hombre declaró en un primer momento y dijo que su primo fue violento toda la vida y aquella noche se defendió de una agresión con un arma de fuego que no se halló. Estuvo dos semanas internado debido a la lesión. El juez Caterina tuvo en cuenta la mecánica del hecho, valoró que fue la víctima quien se presentó en la casa del imputado con un arma e hizo lugar al pedido defensista. Otorgó la libertad bajo fianza. Ordenó el depósito del 20 por ciento del sueldo que el imputado cobra de su trabajo en el municipio en concepto de caución.