Aníbal Marcelino Ibarra fue asesinado a puntazos en marzo de 2018 en la localidad de Avellaneda. Su yerno fue detenido y recientemente enjuiciado por el crimen. El debate fue presidido por los jueces Gonzalo Basualdo, Claudia Bressán y Martín Gauna Chapero. Este martes, el tribunal, por unanimidad, resolvió condenar al acusado a la pena de 16 años de cárcel por el delito de homicidio simple.
Según la investigación del fiscal Aldo Gerosa, el mediodía del jueves 22 de marzo de 2018, el acusado, Ramón Rafael Suárez, de 42 años, se escondió detrás de una máquina vial en la intersección de las calles Héroes de Malvinas y calle 21, de dicha localidad del departamento General Obligado. Esperó que pasara su suegro con el que ya tenía diferencias.
Cuando la víctima pasó por el lugar, Suárez lo sorprendió y lo atacó con una cuchilla de 27 centímetros. Ibarra, de 64 años, se cayó e intentó escapar pero el agresor continuó con el ataque.
“La autopsia permitió confirmar que Ibarra sufrió heridas penetrantes y punzantes en distintas partes de su cuerpo, una lesión cortante en su pierna derecha y, como consecuencia de sus movimientos defensivos, cortes difusos en sus dos manos”, dijo el fiscal.
“A pesar de que la víctima estaba en el piso agonizante y muy mal herido, Suárez se alejó unos metros y regresó para asegurarse que Ibarra estuviera sin vida”, detalló.
“Finalmente, el condenado fue aprehendido en su casa –que compartía con la víctima–, donde había ido para cambiarse la ropa y dejar la cuchilla con la que cometió el homicidio”, señaló Gerosa.
“Las circunstancias en las que se produjo el homicidio muestran la decisión criminal y la animadversión con la que fue cometido el ilícito”, argumentó el fiscal. También sostuvo que “el condenado tiene educación secundaria completa y posee elementos suficientes para comprender y valorar la tutela que la ley da a la vida humana”.
En las distintas audiencias que se realizaron durante la investigación y en el debate oral, Gerosa manifestó que “Suárez se había ido a vivir fuera de Avellaneda a raíz de diferencias con su suegro. Sin embargo, decidió regresar a vivir al fondo del terreno de Ibarra, lo cual muestra una actitud confrontativa que no puede serle excusada. Voluntariamente, se colocó en situación de tener la forma y la oportunidad de agredir a su suegro”.
La Fiscalía llevó a juicio a Suárez por homicidio simple mientras que la querella a cargo del abogado Gabriel Micheloud –en representación de la madre y la hija de la víctima– solicitó una pena de prisión perpetua al considerarlo autor del delito de homicidio calificado por alevosía.
El tribunal si bien consideró culpable a Suárez del hecho coincidió con la teoría fiscal y lo sentenció a 16 años de cárcel y descartó el planteo acusatorio de la querella.