Un matrimonio trans de Rafaela cumplió el sueño de formar una familia en 2017. Pudieron adoptar una nena. Otra pareja, esta vez de personas del mismo sexo de Rosario, también logró la adopción de una adolescente y una nena. No fueron los únicos chicos que completaron una familia este año. En total, fueron 102 las adopciones en Santa Fe y duplicaron las del 2016. El secreto fue que la provincia insistió en la adopción de chicos más grandes cuando la mayoría de los adoptantes buscan un bebé. Como ejemplo, un adolescente de 17 años se vinculó con una familia. Sólo 12 de las 102 adopciones fueron de bebés.
Las expectativas del Estado provincial superaron lo hecho en años anteriores. En 2016 habían sido 49 y en 2015 no más de 20. En diálogo con El Ciudadano, el secretario de Gestión Pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Matías Figueroa, adelantó que están en proceso de respuesta de 21 casos más. “Hubo 202 nuevas personas inscriptas en el Registro Único Provincial de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga). Hay matrimonios igualitarios que no discriminamos”, dijo Figueroa. “Tenemos que reconocer los avances pero no podemos estar satisfechos porque mientras haya un solo chico sin hogar, no podemos quedarnos conformes con nuestro trabajo”, opinó el gobernador Miguel Lifschitz.
Avance
El Ruaga tiene 900 aspirantes. La mayoría de las personas o parejas que se inscribían esperaban hasta que surgiera la oportunidad de adoptar a niños de 0 a 3 años. “Gracias a la difusión de los medios de comunicación la mentalidad cambió. Hubo 23 adopciones de adolescentes de entre 12 y 17 años”, sostuvo Figueroa. “Tenemos que tener más familias inscriptas para adolescentes. Para las parejas es una suerte de situación más compleja porque a los 16 o 17 años los chicos ya son hombres o mujeres”, agregó el funcionario provincial.
Según Figueroa, los problemas para los adoptantes siguen durante el período de vinculación cuando algunos de los chicos dicen que no quieren ser adoptados. En esos casos actúa la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia para acompañarlos a ingresar a un programa especial.
Figueroa recordó que hace un año Lifschitz firmó el decreto reglamentario que creó pautas de trabajo desde el Ruaga y desarrolló una única lista provincial para la gente que quiere llevar a cabo una adopción. Las variables a tener en cuenta son sexo, si desea adoptar un varón o una mujer; edad; si aceptan niños con patologías; y si aceptan grupos de hermanos.
Después la provincia avanzó con las evaluaciones de psicólogos y trabajadores sociales de los inscriptos. “Había gente que estaba esperando más de 10 años que la evalúen”, recordó Figueroa y dijo que en la actualidad existen casi 1.400 disposiciones contra las 30 que había en 2016. «Sabíamos que había 1750 familias, pero no teníamos en claro si las mismas mantenían su voluntad de seguir inscriptas”, destacó el funcionario.
Reflexión
«Hubo cientos de chicas, chicos y adolescentes sobre los cuales los jueces habían dispuesto medidas excepcionales y planteado la situación de adoptabilidad. Son chicos con historias de desamparo, abusos, violencia, vulneración de derechos, que permanecían institucionalizados y sin ninguna chance de encontrar una oportunidad”, explicó el gobernador durante la presentación de las estadísticas de adopción. “Por otro lado, hay cientos de familias, potenciales padres o madres que durante años esperaban la oportunidad de encontrar un niño o una niña para adoptar. En el medio de ambas partes el Estado que tenía que resolver las situaciones», agregó el mandatario.
Para Lifschitz el Estado se convirtió en un puente más que en un obstáculo para resolver los problemas de los vecinos y las vecinas. «Al finalizar nuestra gestión vamos a dejar un verdadero modelo de cómo integrar a los niños y niñas a las familias. Ponemos nuestro esfuerzo y compromiso para resolver una a una cada situación, pensando en la vida y el futuro de estos niños», concluyó el gobernador.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein, indicó que trabajaron durante 2017 con la directiva del gobernador de no institucionalizar chicos. «Sin el apoyo del Ejecutivo no se podría haber realizado el avance y triplicado la cantidad de adopciones», señaló el ministro. «Nos marcó que el eje de trabajo que es el diálogo entre poderes. Para llevar adelante políticas de adopción hay que tener buen dialogo con el Poder Judicial que resuelve las adopciones», agregó Silberstein.
En números
Una de las razones por las cuales se incrementaron las adopciones tiene que ver con la edad de los chicos que encontraron una familia. Si bien fueron adoptados 12 con menos de un año de edad, uno de un año, cinco de dos años, ocho de tres, siete de cuatro y ocho de cinco, los más grandes también lograron formar su familia: 13 chicos de seis años, 7 de siete, 10 de ocho, 7 de nueve, 10 de diez, 5 de once, 3 de doce, 6 de trece, 7 de catorce, 3 de quince, 3 de dieciséis y uno de diecisiete.