Si hay algo que amenizó el encierro por el covid-19 fue el humor, le siguió la creatividad y para mantener esa combinación hay que tener ganas. Todo eso lo combinó el fotógrafo Matías Raymundo en sus redes sociales cuando la pandemia lo sorprendió con una cargada agenda de cumpleaños de 15 que debieron suspenderse hasta nuevo aviso. Criado en una familia de laburantes y responsable desde chico de sus cuatro hermanos, MatyCocina, como se lo conoce en redes, sabía muy bien que no hay que tirar la comida y que se hace lo que se puede con lo que hay en casa.
Así llegó a ser furor en Tik Tok con más de 500 mil seguidores (la rompe también en Instagram y Twitter) con sus recetas de pastelería de bajo costo, realizada en moldes “marginales”, como le gusta definirlos, hechos con cartones de leche larga vida, cajas de salsa de tomate y latas de conservas. Las botellas de gaseosa también fueron un éxito y se convirtieron en recipientes herméticos, picos para decorar y moldes para preparaciones más sofisticadas.
“Amo la cocina, siempre me interesó, y la cuarentena me estaba matando de angustia. Por eso, cuando vi que mucha gente empezó a preparar comida para venderla, me puse a publicar ideas de repostería de bajo costo. Muchos me preguntaron si las vendía y me compraron, entonces seguí con el canal de cocina, hasta que quise decorar unos alfajores y el accesorio costaba una fortuna, así que lo hice yo mismo cortando los dientes de un tenedor. El video explotó en las redes y a partir de ahí vinieron las otras ideas con los moldes de cajas de leche. Aún no puedo creer todo lo que está pasando”, compartió el ahora cocinero a El Ciudadano.
@matycocinaokHERMIENTA MARGINAL PARA ALFAJORES! ##alfajores ##baño ##parati ##herramienta ##cocina ##saborestiktok ##idea ##facil♬ Bussdown Baby – Lil Funk
Oriundo de Fighiera, pero rosarino por adopción, MatyCocina tiene 44 años y es uno de los claros ejemplos de que las buenas ideas salvan al mundo y hoy su mundo y el de muchos de sus seguidores se convirtió en microemprendimientos. En su caso, ya cuenta con canjes de objetos de bazar y la línea de ollas Essen, mientras que le espera el casting para participar de El gran premio de la cocina (que se emite por ElTrece, conducido por Carina Zampini). En este último tiempo, los medios de comunicación nacionales se hicieron eco de su creatividad. Incluso Pampita anunció en su programa que sigue la cuenta en Tik Tok de “El que dice «La pobreza no me va a ganar»», frase que el cocinero compartió con una compañera apenada porque estaban perdiendo un trabajo y terminó siendo su lema en las redes. Para animarla, le dijo: “No te preocupes mi ciela, a mí la pobreza no me va a ganar”.
La relación de Maty con la cocina nació a los nueve años cuando debía prepararle el almuerzo a sus hermanitos y a sus padres ya que estos estaban todo el día fuera de casa trabajando. Después, recordó que su último trabajo bajo patrones fue a los 18, cuando fue sorteado para hacer el servicio militar y de ahí en más trabajó por su cuenta. Eso pasó hace muchos años, cuando tuvo un microempendimiento con el que no le fue tan bien como él esperaba. “Supongo que como no había redes sociales no tuve tanto éxito, tampoco me morí de hambre, pero me podría haber ido mucho mejor”, recordó acerca del proyecto que abandonó por su hobby: la fotografía.
“Al principio, mi mamá me decía que era una locura dedicarme a la fotografía porque en el pueblo ya había cinco fotógrafos, pero yo sabía que iba a hacer algo distinto y así empecé y me fue muy bien. Tanto, que llegué a tener cuatro cumpleaños de 15 por fin de semana y la agenda de este 2020 era la mejor de todas en cuanto a fiestas programadas, pero bueno, habrá que esperar que se habiliten esos encuentros para poder registrarlos”, expresó.
Además, contó que antes de su proyecto gastronómico había trabajado en bares y salones pero lavando copas y como mozo. “Nunca había podido trabajar en la cocina, pero siempre fui curioso. Mientras lavaba las copas preguntaba todo, escuchaba cómo se preparaban los platos y a alguna vez probé alguna rareza. De a poco me fui acercando”, recordó.
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“Siempre fui de llamar la atención de la gente, creo que eso me salvó en cada momento de mi vida. Hoy, por ejemplo, no puedo creer tener tantos miles de seguidores en las redes y la gente es muy agradecida por los datos e ideas que comparto. Es más: ahora es un trabajo, lo tomo como un compromiso social de ponerme a pensar cosas que le puedan servir a los otros a preparar algo rico para su familia o para poder venderlo; es mi motor para continuar dentro de casa. Además, a modo de devolverle algo de todo el apoyo que me dan, porque sin ellos nunca podría haber llegado a este lugar en las redes, empecé a hacer sorteos con las cosas que me regalan y dentro de poco habrá más”, adelantó. Y agregó que si llega a participar de El gran precio de la cocina y ganar, compartirá un porcentaje del premio con un microemprendedor.
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Creatividad y exprimentación
Luego del accesorio para bañar alfajores creado con un tenedor, los seguidores le pidieron más ideas y así surgió la de un batidor con dos alambres, dos tapitas de gaseosa y un fibrón sin tinta para el mango. Después llegaron los moldes para budines o panes con las cajas de cartón (de leche, jugos o salsas) cortados a la mitad y las latas de conservas. “Ya había visto en Cocineros argentinos que habían usado las cajas en la parrilla, entonces ahí pude saber que se bancaban el calor, así que las usé para el horno. Es más, si les ponés papel manteca o de aluminio antes de poner la mezcla, el molde no se ensucia y lo podes volver a utilizar tres veces más”, compartió.
Otro de sus grandes logros fue la churrera casera; fue un gran desafío porque si bien era uno de los accesorios más pedidos, tuvo que probar el artefacto creado en casa varias veces debido al peligro que representa que la mezcla del churro guarde aire y explote la masa en contacto con el aceite caliente. De hecho, Maty tuvo ese accidente usando una botella de plástico y por unos días no pudo grabar videos ni cocinar por haberse quemado sus manos y parte de la cara. «Me llevó dos meses probarla y buscar las medidas de seguridad, ahí puse el cuerpo, literalmente (risas). Encima los haters (odiadores en las redes) me tiraban re mala onda, porque estaba promoviendo un producto que puede provocar un daño en quien lo use. Dentro de poco voy a subir un video en vivo mostrando que el accesorio que inventé es seguro para todos”, aseguró.
Claro que como todo exitoso en la redes, debe lidiar también con aquellos que dedican su tiempo a criticar desde el anonimato: “Hace tiempo una chica me escribió contándome que es discapacitada de su mano izquierda y me pidió si la podía ayudar creando un palo de amasar pesado porque ella utilizaba un palo de escoba y no le servía. Entonces busqué un tubo de pcv y le puse cemento. La chica se mostró agradecida con la idea, dijo que le servía, pero apareció una hater que me criticaba porque ese cemento podía ir a parar a la comida que se amasaba. Yo le respondí con humor, no pienso seguirle el juego al odio. Así que le dije: «No te gustará el cemento en la comida pero hacete la idea de que es en el cemento donde tu cuerpo va a pasar la eternidad». A eso se sumaron 20 mil likes en mi respuesta. Obviamente, esa hater no me escribió más (risas)”.
Mientras tanto, sus redes seguirán sorprendiendo con sus creativas ideas. Adelantó que tiene muchas más, pero no las herramientas. “Necesitaría un canje con una ferretería para poder hacer otro tipo de accesorios de bajo costo”, sostuvo finalmente entre risas.
