Newell’s volvió a la victoria. No la mereció, no jugó bien y hasta pudo perderlo, pero venció 1 a 0 a Central Córdoba porque Maxi Rodríguez estuvo un rato en la cancha y con su claridad iluminó a la Lepra para conseguir un triunfo que estuvo en peligro en gran parte del partido.
La tarde no invitaba a jugar al fútbol. Los 35 grados dentro de la cancha eran muchos más y la energía de los futbolistas se agotó rápido. Para colmo, el esquema presentado por Taffarel, un 4-2-1-3, con Pablo Pérez como enlace, necesitaba de la proyección de los laterales para ocupar espacios los vacíos por las bandas, algo que en el primer tiempo sucedió poco y cuando lo logró alguna vez con Jacob, al pibe le faltó claridad.
Nico Castro regresó al equipo, pero siguió desconcertado. En su afán de encontrarle un lugar como titular, Taffarel lo ubicó como delantero por izquierda, pero la genética futbolística de Castro lo llevaba siempre hacia adentro, con la necesidad de tener la pelota. Le costó entender dónde jugar, por eso pasó inadvertido.
Newell’s quedó en ofensiva a la buena de Dios. Alguna corrida de Garro y la voluntad y jerarquía de Scocco para al menos generar un remate al arco que rompió las manos de Rigamonti.
En defensa no sufrió tanto. Canale salió lesionado pero Mansilla se plantó firme en la marca de Riaño. Y la presencia de Julián Fernández le dio equilibrio al medio, aunque lo devolvió a Cacciabué a un lugar donde debía correr más y quedó expuesto algunas veces. El Ferroviario sólo mostró indicios de peligro cuando Martínez encaró a Jacob, que tuvo algunas dudas. Pero nada serio como para que Macagno la pasara mal.
El hincha, impaciente, empezó a mirar al banco. Y a reclamar ineludiblemente a Maxi Rodríguez. Aunque el cambio del entretiempo mandó a la cancha a Franco Escobar.
De pronto, Central Córdoba entendió que si apretaba un poco el acelerador podía complicar seriamente a Newell’s. Y lo hizo. Adrián Martínez desde ángulo cerrado remató al travesaño; enseguida el propio Martínez metió un centro pasado, durmió Escobar y Melano cabeceó desviado; y casi de inmediato, Escobar se recompuso y salvó sobre la línea un remate de Giménez.
El partido estaba cuesta arriba. A Newell’s ya le habían picado el boleto y el tren iba derecho a otra decepción futbolística. Los hinchas reclamaban garra y pedían a Maxi, como si la Fiera pudiera resolver solo este desconcierto. Y lo hizo.
A Taffarel no le quedó alternativa. A la cancha Maxi con el pibe Funez porque ya no quedaban ventanas de cambios. Justo Nacho había generado un tiro libre cerca del área y Maxi se lo pidió. ¿Podía ser que le primera pelota que tocara fuera gol? Sí, porque además de su jerarquía, el ex Liverpool es un jugador iluminado, de esos que con su sola presencia provoca que todo mejore. Zapatazo al palo del arquero y cuando la pelota se guardó en la red, el Coloso estalló. Maxi lo hizo…de nuevo.
Quedaba mucho partido. Pero la Fiera se encargó de guardar la pelota y los minutos pasaron como una ráfaga. Y si bien la Lepra retrocedió demasiado en los últimos minutos, al partido le pareció un despropósito sacarle el honor de la victoria a Maxi, porque al fin y al cabo, Newell’s sumó tres puntos, pero el que ganó fue Maxi Rodríguez, el eterno capitán y referente rojinegro.
La previa del partido
La derrota ante Arsenal pegó duro, en todo sentido. La posibilidad de extender la racha de triunfos estaba en la cabeza de todos y perder contra un rival de escaso valor dolió más. Y además le restó mucho crédito a Adrián Taffarel, a quien muchos directivos empezaban a poner como principal candidato a seguir en el banco leproso tras el torneo.
El fútbol siempre da revancha. Y esta vez llegó rápido, ya que la seguidilla de partidos pone a Newell’s jugando hoy en el Coloso ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Para el equipo, la chance de recuperarse y su-mar puntos que pueden ser importantes en el futuro. Para el DT interino, tal vez la última oportunidad de mantenerse en carrera como candidato, aunque está claro que perdió mucho terreno, en especial con los hinchas.
Taffarel no confirmó el equipo. No Tuvo mucho tiempo para trabajar, aunque anticipó que iba a realizar algo de rotación. Cristian Lema no se recuperó, y la duda es saber si seguirá como zaguero Diego Calcaterra. Todo indica que sí, aunque no hay que descartar a Mateo Maccari o Franco Escobar.
El que sí se recuperó es Nicolás Castro. El mediocampista volverá a la titularidad y Taffarel cambiaría un poco el esquema para hacerlo sentir más cómodo. Sería un 4-2-2-2, con Julián Fernández y Jerónimo Caccaibue como doble cinco, Pablo Pérez y Castro en la construcción, y adelante Nacho Scocco con Juan Garro.
Si se confirma esta idea, saldrían del equipo Maxi Comba y Panchito González, quienes jugaron como extremos en los dos últimos partidos. Comba resistía como titular a pesar de sus flojos rendimientos a partido de su entrega física, pero esta vez Taffarel apostaría por un equipo con más juego, e incluiría a Julián Fernández para no quedar desequilibrado defensivamente.
Un punto a trabajar, algo que será imposible por falta de tiempo y sólo puede ser aplicado desde lo dialéctico, es la subida de los laterales. Desde la llegada de Taffarel, la proyección de los marcadores de punta está más acotada, algo que en este partido debería cambiar, para que el equipo tenga variantes.
Y Maxi Rodríguez. Las críticas que recibió el entrenador por no incluirlo ante Arsenal fueron lógicas. Y si bien es difícil pensar a la Fiera desde el inicio, con el Coloso reclamando por él será difícil no verlo en cancha en la segunda parte, como ya sucedió con Independiente y Unión, justamente dos partidos de local.
Más allá de lo táctico, o de los nombres, la realidad indica que ganar es imperioso, en especial para Taffarel. Si el DT se ilusiona con mantener alguna chance de seguir en el banco, estará obligado a ganarle a los santiagueños.
Caso contrario, su nombre quedará definitivamente tachado y la dirigencia acelerará alguna de las negociaciones con otros entrenadores, con Javier Sanguinetti como el principal candidato, al menos por estas horas.