Una de las manos más temibles de la región vuelve a la Rosarina. Los años pasan y las canas mandan al frente al DNI, pero la mano y el físico se sostienen intactos para que Maximiliano Ríos sea receso tras receso una de las figuras más buscadas del mercado de pases. Y esta vez tocó estar cerca de San Nicolás, en Rosario, una ciudad que conoce y un básquet que ya lo disfrutó.
«Ya terminamos de cerrar todo con Coco Juan y con Martín Blanco, que son profesionales que conozco, que son serios y fueron entrenadores míos. Es una hermosa ciudad para vivir y para jugar y además está cerca de San Nicolás», le contó Maxi a El Ciudadano.
Atlético Villegas en la Liga Federal y Regatas de Mendoza en la Superliga de esa provincia fueron los últimos clubes del escolta nicoleño, que bien podría llenar su termo de stickers de escudos al estilo del Loco Abreu.
«De Central y de Rosario tengo los mejores recuerdos. Estuve en Rosarina y Liga B en aquel equipo que tenía a Lupo, La Bella, Piuma, Crocce, Abaca, Garnero…», cuenta Maxi quien supo vestir también la camiseta de Temperley en el certamen local.
Además de su cuota de gol y talento, la presencia de Ríos conlleva también un rol de liderazgo, aunque claro, eso se gana en el día a día del grupo. «Hace ya un tiempo que asumí también por lógica de la experiencia el tratar de liderar con acciones, de buscar una guía positiva y un poco los entrenadores me lo piden, sobre todo en equipos jóvenes», contó.
Central perseguirá por estas horas su deseo de concretar la plaza en la Liga Federal y Blanco se aseguró una pieza clave dentro y fuera del rectángulo. Mano picante para el Canalla.
