La serie de crecientes usurpaciones y la tensión social que mantenía el termómetro social al rojo en Villa Gobernador Gálvez desbordaron ayer, cuando en uno de los terrenos tomados quedó una víctima fatal. Diego López, de 31 años, fue asesinado “a tiros y puñaladas” ocurrido alrededor de las 20 de anoche en cercanías de Buenos Aires y Suipacha en un episodio que no está esclarecido pero que fuentes de la Municipalidad local y de la provincia deslizaron una directa relación con las ocupaciones que se vienen dando a ritmo creciente en la localidad del sur provincial en los últimos diez días. Con un origen aún incierto –pero sujeto a múltiples especulaciones– las tomas se lanzaron sobre terrenos privados, alentando desde versiones de intentos de “convencer” a dueños de que acepten vender sus propiedades para revertir el déficit habitacional local, hasta una temida “invasión” de rosarinos sin tierra para hacerse un lugar en la vecina ciudad. En ese complejo marco, según las autoridades municipales, unas 2.500 personas tomaron ya 20 manzanas de localidad.
Según pudo saber este medio, la serie de conflictos y sucesivas tomas comenzaron a gestarse hace poco más de un mes, pero en los últimos diez días las usurpaciones se fueron extendiendo a todos lo sectores de la ciudad. Ante la gravedad de los hechos, desde la intendencia que encabeza Pedro González señalaron que desde hace ya algunos días venían comunicándose con autoridades provinciales y con la Justicia para pedir colaboración. Y según la versión de Villa Gobernador Gálvez, recién en la jornada de ayer se acercaron desde la Secretaria de Estado de Hábitat de la administración que encabeza Antonio Bonfatti.
La versión se contradice con la de fuentes del Ministerio de Seguridad de la provincia, que incluso dispusieron el fin de semana del Día del Trabajador –y hasta ayer continuaba así– el despliegue de efectivos de Infantería para proteger el predio donde está la antena de Radio Nacional –y se emplazó la repetidora de la Televisión Digital Terrestre– para prevenir una toma del lugar.
En diálogo con El Ciudadano, Diego Garavano, secretario de Gobierno de Villa Gobernador Gálvez, sostuvo que ayer se concretó la décima usurpación masiva de un terreno en lo que va de los últimos 30 días. Sabida es la larga lista de factores que suelen influir en este tipo de situaciones. Por un lado, juegan su papel la pobreza, el hacinamiento y la imposibilidad de acceso a planes de vivienda. Mientras que, por otro, no son pocos los que hacen uso de esa necesidad y salen a especular y jugar con esas necesidades. “La verdad es que llega gente que tiene problemas, e incluso con vehículos cargados de chapas, madera y máquinas bordeadoras. Aunque también los que caen al lugar y ponen tierras a la venta. Se mezcla la necesidad de la gente con la viveza. De estos últimos, algunos ya se mueven con abogados, quienes les arman el discurso”, sostuvo Garavano.
De acuerdo con la versión de ese funcionario, ya hay alrededor de 2.500 personas usurpando terrenos que, en su totalidad, equivalen a unas 20 manzanas. Las tomas, sostuvo el secretario, se están dando en cada lugar donde hay un espacio “libre” en la ciudad. “Hay tierras usurpadas en barrio Coronel Aguirre, Fonavi, Vigil, Alto Verde, entre otros. Es un delito que se está consumando y se nos cagan de la risa en la cara”, graficó Garavano.
A la par, y en un comunicado oficial, la intendencia local recordó que ya habían realizado el pasado 27 abril la denuncia ante el Juzgado en lo Penal Correccional de la 1º Nominación de Rosario “a los efectos de que la Justicia tomara cartas en el asunto”. Sin embargo, para Garavano, “la Justicia no hace nada”.
“Mínimamente debería darle herramientas a la Policía y la única orden que tienen es poder conversar con los usurpadores y persuadirlos que lo que están haciendo no está bien. Parece que no les interesa Villa Gobernador Gálvez”, despotricó.
Según el funcionario, también ya hay varias denuncias de los propietarios de los terrenos tomados, las cuales habían comenzado a ingresar a los Tribunales provinciales unos días antes: el 23 de abril.
En paralelo, fuentes del gobierno de la provincia ratificaron anoche la existencia de la presentación judicial de parte de la administración que encabeza Pedro González, pero apuntaron que, aunque fueron desplegadas las fuerzas de seguridad, no están interviniendo a la espera de que la Justicia determine un protocolo a seguir.
Con todo, para Garavano el tema está también atado a una cuestión política. “Esto es una joda, la provincia nos llama cada tanto para ver cómo estamos y no hace nada. Y eso es porque hay intereses políticos, porque la ciudad pasó del socialismo al justicialismo. Estamos desahuciados y abandonados”, sostuvo el funcionario.
Al respecto, en tanto, quien salió a cruzar a Garavano fue el edil socialista de Villa Gobernador Galvez Carlos Dolce, quien acusó al secretario de Gobierno al señalar que éste “se olvida que de su color político es el que tiene más recursos”, aludiendo al gobierno nacional, y en cambio “le tira la pelota a la provincia”.
“Estuvimos reunidos y nos pusimos a disposición, no hay que especular políticamente y hay que sentar a todos los actores”, definió el edil. Y contraatacó: “En el municipio son irresponsables por querer tirar más leña al fuego, mientras los terrenos se siguen ocupando”.
De igual modo, Dolce coincidió con Garavano en que “la Justicia tiene que actuar de manera más rápida”.
“Hay necesidad real de vivienda de la gente por falta de política seria, hay que anular a los vivos, se confunde la necesidad con la viveza”, conjeturó.
Con todo, lo cierto es que el secretario de Gobierno de Villa Gobernador Gálvez entregó una frase mientras hablaba con este medio que al final del día se haría realidad. “Mientras todo esto está sucediendo, en el municipio seguimos yendo a los lugares tomados, tratando entre los vecinos de hacer guardias pasivas. Parece que estuvieran esperando alguna muerte, aumentaron los robos y hay quioscos de drogas en algunos asentamientos”, sostenía a las siete de la tarde Garavano. Una hora después de sus dichos la predicción sobre la posibilidad de que el conflicto se cobrara una vida se hizo carne.