Maximiliano Pullaro reconoce dos momentos. Uno en la ciudad donde nació y creció, Hughes, al sur de la provincia de Santa Fe. Ese pueblo -como todos, aclara- se dividía entre peronistas y radicales. Su familia estaba en el segundo grupo, así que él se inclinó hacia el mismo lugar. Recuerda, sobre todo, cómo cambiaba el clima del pueblo los meses previos a las elecciones. El segundo momento que marca como crucial fue cuando llegó a Rosario, en 1994, para estudiar Ciencia Política en la Siberia. Entre ese año y el siguiente se darían las grandes movilizaciones estudiantiles contra la inminente Ley de Educación Superior y el debate que se intentó instalar para privatizar la educación en Argentina. Ahí fue cuando la herencia política familiar se volvió una decisión propia: se sumó a la Franja Morada y más tarde a la Unión Cívica Radical.
Hoy es diputado provincial y es precandidato a gobernador por Unidos para Cambiar Santa Fe, el reciente «frente de frentes» presentado a la sociedad que reúne a radicales, socialistas, demócrata-progresistas y militantes del Pro. Tiene una condición que lo distingue de los demás: fue ministro de Seguridad de la provincia en la gestión de Miguel Lifschitz entre 2015 y 2019. Defiende a rajatabla su gestión en la materia, uno de los temas que más preocupación genera entre los votantes santafesinos. En 2021 se sumó a la contienda electoral en Juntos Por el Cambio y hoy ese espacio logra sumar más partidos para derrotar al peronismo gobernante.
—En algunos sectores hay un discurso antipolítica que crece, ¿pensás lo mismo? ¿te preocupa? ¿cuál es tu diagnóstico en este sentido?
—Veo lo mismo pero creo que son fundamentalmente los fracasos que ha tenido la política y las deudas que tiene la democracia lo que hace que la sociedad deje de creer en nosotros, en quienes hacemos política y creemos en ella. También creo que son ciclos en la vida y en la historia. Hoy es un momento difícil para que quienes hacemos política podamos tener credibilidad máxime para quienes hemos estado en gestión. Eso también te permite mostrar tu perfil, lo que querés y lo que hacés así que creo que pueden venir tiempos mejores en la provincia de Santa Fe y en Argentina.
—Frente a ese discurso antipolítica, ¿cuál te parece que puede ser la mejor respuesta o cuál es tu postura como militante?
—Tenemos que hacer son buenas gestiones y resolver los problemas que tiene la gente. La política a veces diagnostica mucho y habla mucho pero resuelve poco. Soy una persona más de gestión, prefiero hablar menos y hacer más. Más que el diálogo y el diagnóstico, prefiero tomar decisiones y resolver problemas. Creo que es una característica que nos va a permitir mostrar que la política es eficiente. Tenemos que resolver los problemas de la gente de seguridad pública, de economía, de educación y salud. Eso lo vamos a hacer si tenemos un Estado más eficiente que ordene al Estado para ordenarle los problemas a la gente.
—¿Cuál es tu mirada sobre la situación que atraviesa el país?
—Creo que estamos muy mal. La gente pierde valor de su salario todos los días y obviamente a la gente de menores recursos le impacta mucho más. Es una situación de la que debemos salir. Lamentablemente, son los fracasos que ha tenido el modelo kirchnerista en la República Argentina. Arrancó hace veinte años atrás con superávit gemelo, un superávit de 4 o 5 puntos fiscal y superávit era la balanza comercial. Cuando al segundo año de gobierno de Néstor llamó al Fondo y le pagó cash porque le sobraban los dólares, hubo un crecimiento de la economía del 10 por ciento a tasas chinas pero ocho años después entregó el país con inflación y con déficit fiscal. Desde ahí no se ordenó nunca más el Estado. No hubo una política que sane las cuentas del Estado. Cuando vos tenés déficit fiscal o pedís plata afuera y esperás alguna cuestión extraordinaria, como una cosecha extraordinaria, que te salve o emitís moneda no hay otra salida. Argentina primero pidió plata afuera y ahora está emitiendo.
—En lo particular, ¿cómo te parece que impacta en la provincia lo que pasa a nivel nacional?
—Creo que el kirchnerismo está agotado en el orden nacional y eso hace que el gobierno justicialista de Omar Perotti, que fue kirchnerista porque hizo una alianza con Cristina hace un año y medio atrás, pague costos políticos por haber sido parte del modelo Alberto-Cristina. Eso le da una ventaja hoy a este frente político que se construyó. De todos modos, tenemos desafíos importantes como resolver los problemas que tenemos en la provincia, que sí va a impactar porque hay una complejidad que lo nacional le pone a lo provincial. Pero también tenemos problemas que son propios. La seguridad es un problema que era propio de Santa Fe y lo tenemos que resolver. Lo mismo con los retrocesos de educación que hemos tenido. Fueron decisiones políticas la no repitencia y el ausentismo para ocultar los datos de la pésima gestión de Educación que estaba haciendo el gobierno de Perotti. Ahora todos los chicos pasan de grado en lugar de evaluar y que repitan los que no tienen los contenidos básicos. La no evaluación por materia y que sea por área también es una definición política para ocultar.
Tenemos problemas propios que creo que van a entrar en el debate, que creo que se va centrar en el perfil de los candidatos y en el carácter que vamos a tener para cambiar las cosas que tienen que cambiar. En eso voy a trabajar mucho mostrando que estuve en el lugar más difícil de la provincia de Santa Fe durante cuatro años, que puedo gestionar, que sé de gestión pública, me preparé, me formé y que siempre trabajé y viví en la provincia de Santa Fe. Y que tuve el carácter para enfrentar a las organizaciones criminales y conducir a la Policía de la provincia de Santa Fe. Ese carácter no lo tiene ningún candidato que hoy quiera ser gobernador.
—¿Cuál es el principal desafío en la provincia?
—Principalmente, la seguridad pública. En segundo término, el sistema educativo por los retrocesos que tuvo. En tercer término, cómo nos enfocamos para que nuestra producción del interior de la provincia de Santa Fe pueda explotar. Conozco muy bien lo que le pasa a cada productor de soja, de maíz, de trigo, de arroz, de alfalfa, de caña de azúcar, de frutilla de la provincia. Sé lo que le pasa a todas las áreas de la industria. Sé lo que le pasa al comercio. Tenemos que apostar mucho a gestionar para que a la producción le vaya bien. El Estado tiene que ser eficiente. Son los principales desafíos que tenemos en este momento y en ese orden: primero seguridad pública en las grandes ciudades, principalmente en Rosario que estamos muy mal. El avance del narcotráfico estos últimos tres años fue muy claro y muy concreto. El de la violencia también, así como los retrocesos que tenemos en materia educativa. Y apostar, finalmente, a la producción.
—Estuviste al frente del Ministerio de Seguridad de la provincia en la gestión anterior a la de Omar Perotti. ¿Qué aciertos considerás que tuviste? ¿Qué te faltó y cuál es tu propuesta ahora como precandidato?
—Faltaron muchas cosas. Fue un proyecto y un proceso inconcluso. Bajó el delito a menos de la mitad en la provincia y no fue por casualidad. Fue porque se aplicaron políticas públicas y hubo conducción de las fuerzas de seguridad y del servicio penitenciario. Mejor o peor, bien o mal, se llevó adelante un proceso de saneamiento de la fuerzas, de reestructuración, capacitación y reentrenamiento. Y había un plan que hizo que la seguridad esté mejor, no bien, pero mejor. No lo digo yo, lo marcan los índices delictivos. Hoy tenemos cinco veces más de robos comparativamente con el primer trimestre del 2019. Eso es objetivo, no es algo que inventé. Tenemos tres veces más homicidios en la ciudad, comparativamente con el primer trimestre de 2019. Algo pasó en esa etapa que el delito bajó, no a lo que hubiéramos querido pero sí parámetros del 2003/2004/2005. Lo hicimos retroceder pero faltaron cosas. No concluyó el proceso de reforma que veníamos llevando adelante, por eso indudablemente hubo un retroceso muy significativo.
Primero, cuando Marcelo Saín le devuelve la conducción política a las fuerzas de seguridad les permite que se autogobiernen. Les entrega un rol que nunca lo debe entregar el poder político. Se lo devuelve la fuerza de seguridad y ese autogobierno impactó de manera negativa en la percepción y en la seguridad pública. Si no estás encima de la Policía, si no la controlás y le devolvés las funciones, tenés estos resultados.
Mi propuesta inicialmente es sacar la Policía a la calle porque hoy está dentro de una comisaría y de los destacamentos. Nosotros teníamos entre 180 y 240 móviles, hoy hay entre 30 y 60, dicho por el jefe de Policía. Significa cuatro veces menos de patrullaje en la ciudad y hay muchos más robos de los que había anteriormente. Eso se hace con la reorganización y el reordenamiento de los recursos humanos y logísticos que es lo que hoy no está sucediendo.
En segundo término, están trayendo Policías de otras unidades regionales lo cual es un error porque vos podés mejorar parcialmente una ciudad pero después se te desajusta el resto. Hay que ser eficiente con los recursos que tenés.
Además, hay que volver a las investigaciones criminales complejas porque no hubo más. Van casi 40 meses de gestión y no hubo una sola organización criminal que haya sido desarticulada y desmantelada por el gobierno kirchnerista de Omar Perotti.
Me tocó detener a los Monos, Alvarado, a los Funes, a Ungaro, a Luis Paz, al “Zurdo” Villarruel. Perotti no hizo lo mismo, no fue contra ninguna organización criminal y realmente crecieron, entonces hay que retomar las investigaciones criminales complejas.
Por último, hay que controlar la cárcel. Hoy por hoy es un descontrol y eso impacta en el territorio, afuera. Son tres medidas urgentes para llevar adelante. Después hay que hacer un proceso de reforma que haga que las fuerzas de seguridad sean más eficientes.
—Hace unos días presentaron el nuevo “frente de frentes”, ¿qué te parece lo más importante de esa alianza entre tantos espacios?
— Lo más valioso es que diez partidos políticos nos pusimos de acuerdo para cambiar la provincia de Santa Fe con un diagnóstico de una pésima gestión o del peor gobierno que hemos tenido. Hay que poner de relevancia eso y que se ha dialogado mucho para llegar a ese lugar. Se construyó un programa de gobierno que se va a llevar adelante y es fundamental. Es lo que se materializó: el comienzo del cambio en Santa Fe. Lo que aportó cada partido fue la capacidad de ceder posiciones políticas en pos de un bien común, que es un cambio de gobierno provincial. No todos pensamos lo mismo. Está desde la UCD hasta el GEN, pasando por el centro donde está el radicalismo, el Pro y el socialismo. Pero lo importante es que logramos no un frente antiperonista, como se dice, sino un frente que pretende ganar las elecciones y gestionar bien la provincia de Santa Fe.
—¿Por qué decís que no es antiperonista?
—Porque hay peronistas adentro, hay una pata muy grande del peronismo y hay un montón de peronistas que van a participar.
—¿Es un acuerdo que se puede llegar a traducir también a nivel nacional?
—Sí, vamos a trabajar nosotros. Son pasos que se van dando. Eso se va a ponderar más que todo al resto de los partidos políticos. Muchos, la mayoría, estamos en Juntos por el Cambio. El GEN participó de Juntos por el Cambio en la elección pasada, es decir, casi todos los partidos. Falta el socialismo pero son definiciones que se van a ir dando y la tomarán ellos, no nosotros.
—¿Cuál es tu candidato a nivel nacional?
—Hoy tenemos tres.Gerardo Morales que es un gobernador de Jujuy de la Unión Cívica Radical, con quien tengo muy buena relación. Hizo un gobierno muy eficiente en su provincia. Ordenó las prioridades, puso en caja a las mafias que gobernaban la provincia y tuvo una explosión importante en el aspecto productivo e inversiones importantes que pasó de tener una provincia con déficit fiscal a una con superávit. Una provincia que no le cobra ingresos brutos a las industrias, la única que subsidia parte de ganancias a las empresas. Tuvo la capacidad de cambiar el Estado para mejorarlo. Después, está Patricia Bullrich con quien tuve cuatro años de gestión espalda contra espalda. Y Horacio Rodríguez Larreta que es una persona que realmente me cae muy bien porque entiende mucho de gestión, de problemas, de diagnóstico, que sabe de políticas públicas. Cualquiera de los tres es de mi agrado.