Otro de los shows que este fin de semana pasó por la ciudad con buena respuesta de los rosarinos fue Mayumana. La compañía internacional que ya fue vista por más de 6 millones de espectadores en todo el mundo realizó tres funciones en el Auditorio Fundación Astengo, donde dio a conocer Racconto, su último espectáculo.
Con dos funciones el sábado y una en la tarde de ayer, el espectáculo de 1 hora de duración puso en valor dos variables: expresión y creatividad. Desde allí delineó una trama que incluyó varios de los cuadros más famosos de todas sus obras anteriores.
Ritmo, danza, coreografías, color, humor y música en vivo se armonizaron con singulares dispositivos que fueron apareciendo sobre el escenario para ser resignificados en un uso artístico. Como si fuera una receta de cocina, una voz en off apoyada en proyecciones daba las indicaciones para fabricar “la mejor obra”.
“Busca nuevos instrumentos”: era el momento en que grandes tachos de basura se transformaban en tambores. “Añade experimentos artísticos”, “Ten en cuenta la fuente de inspiración”; “No olvides añadir componentes internacionales” fueron algunas de esas indicaciones que abrieron paso a las más extravagantes herramientas como tubos de PVC y aletas de buzo, ahora resignificadas.
Intenso pero no espontáneo (en esta puesta minuciosa nada está librado al azar), uno de los momentos más celebrados fue en el que un artista descendió del escenario para proponer un juego. Fue el turno del beatbox, una técnica de percusión vocal que se basa en la habilidad de producir beats de batería con la propia boca. Con sus propios sonidos, la gente se sumó y se animó a romper los límites del lenguaje.
A lo largo de todo el espectáculo, Mayumana ofreció cuadros orgánicos que jugaron a encontrar sonidos en los lugares menos pensados: en líquidos, en el propio cuerpo, pero también en el uso y la apropiación de los espacios escénicos; en singulares dispositivos pero también en la combinación de todo ello con la tecnología que, procesando lo anterior, trató de generar y despertar emociones en los espectadores.