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Mazazos en el auto equivocado

Creyendo que era el vehículo de su ex, un ambulanciero, una mujer la emprendió con una maza contra el Corsa de un médico de guardia en Fray Luis Beltrán. Fuera de sí, rompió todos los cristales ante la atónita mirada de testigos.

En un acto intempestivo que podría haber sido tranquilamente parte del guión de la película “Relatos Salvajes”, una mujer de unos 50 años arremetió furiosa a mazazos contra el Chevrolet Corsa de un médico que estaba de guardia en el centro de salud “Juan Bautista Cairo”, en Fray Luis Beltrán, al confundirlo con el de su ex pareja, un ambulanciero que trabaja en el mismo lugar. Cual poseída, rompió con golpes certeros todos los cristales y un espejo retrovisor, para luego emprenderla contra el baúl y uno de los laterales. Cuando el titular del vehículo le advirtió a los gritos que era suyo, lo miró fijamente, dejó de golpear y se retiró como si nada, sin decir una palabra, dejando a todos los testigos boquiabiertos y asombrados. Ahora pesará sobre ella una denuncia penal y civil por los daños ocasionados.

El titular del auto, Franco Pugnaloni, contó que todo ocurrió en la tranquilidad de la tarde, un rato después del mediodía, el último domingo. “Realmente pasé por una situación bizarra. Estábamos en la guardia tranquilos, hablando, y una mujer nos golpea la puerta. Con mucha calma nos pregunta dónde estaba el ambulanciero, nosotros le dijimos que estaba por ahí, que caminara un poco más, cerramos la puerta y seguimos en lo nuestro. Al poco tiempo empezamos a escuchar ruidos como de construcción, como cuando alguien está rompiendo el piso. Creímos justamente que alguien había empezado a construir algo. Así fue que a una de las médicas se le da por salir para ver qué pasaba afuera y vuelve corriendo diciéndonos «¡alguien está destruyendo un auto!» El tema es que el único auto que había afuera era el mío”, contó el profesional.

Al salir se encontraron con la mujer con una maza en la mano golpeando furiosa y fuera de sí contra los vidrios del auto. “Lo primero que atiné a gritarle fue «¡es mi auto!» deduciendo que era una venganza o algo por el estilo. Cuando escucha lo que le grito, muy tranquila vuelve a guardar la maza y sin decirme nada se va caminando”, contó.

Lejos de perder los estribos, Pugnaloni relató que se quedó tranquilo porque estaba trabajando en un servicio público, estaba con el ambo puesto y porque se trataba de una mujer que además “tenía una maza en la mano”.

Enseguida se comunicaron con el Comando Radioeléctrico, que llegó al lugar e intentó un rastrillaje por la zona para dar con la mujer. “Frente a esto les dije que fueran a hablar con el ambulanciero, que era a quien ella estaba buscando. Ahí nos enteramos de que era su ex mujer y que se había confundido de auto. Lo que me enteré también es que diez minutos antes de que esto pasara, el ambulanciero hizo que alguien se llevara su auto… o sea, algo sabía. Una falta de códigos bastante importante”, agregó sin perder el humor.

Todos se ríen

“Después de entender que había pasado todo lo peor, lo tomé con mucho humor, llamé al seguro y la chica que me atendió se empezó a reír, no lo podía creer. Me contó que trabajaba hace mucho en el rubro y que la única vez que había escuchado algo así había sido de una amante enojada pero que había usado como elemento contundente un matafuego. Le conté todo y me dijo que la volviera a llamar después de hacer la denuncia policial. Cuando llamo después de dos horas me atiende otra persona que me dice «ahhh, ¡vos sos el de la loca de la maza!», ya se había enterado todo el mundo”, continuó.

Sobre quién cubrirá los daños, el médico que también trabaja en el sanatorio Británico de Rosario y da clases en la Facultad de Medicina, señaló que los cristales están asegurados hasta los 15 mil pesos. “También tengo la ventaja de tener testigos. El auto está destruido. De los vidrios no quedó ninguno, le dio un mazazo a un espejo retrovisor, a la chapa del baúl y al costado. La parte complicada es que el seguro no me cubre la chapa. Me llamó la intendenta, la secretaria de Salud y una psicóloga para ver cómo estaba. Esto fue a las 14.30 del domingo, salió la gente a la calle, muchos estaban comiendo asado y no lo podían creer”, indicó.

“Con respecto al ambulanciero no me habló nunca, se fue, lo que sí mandé al Comando a que hablara con él y lo que conseguimos es el nombre, apellido y dirección de la señora. Ahora lo que se va a hacer es una denuncia penal y civil, veremos qué pasa”, concluyó.