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“Me cuestioné cómo explicar el momento de la muerte”

El realizador, radicado en Rosario hace dos décadas, contó detalles de su último film protagonizado por Matías Mayer, María Abadi y Guillermo Pfening que se conocerá este jueves

Los seres humanos conocen apenas el diez por ciento de su conciencia y de sus capacidades, y todo aquello que en la vida se da por cierto puede cambiar de un momento para otro y poner en tensión esos lugares desconocidos de cada uno. Con esas premisas, entre muchas otras, el realizador Walter Becker, oriundo de Moisés Ville y formado, entre otros ámbitos, en la Escuela de Cine y Televisión de Rosario (EPCTV) escribió, rodó y estrenó Eterno paraíso, film protagonizado por Matías Mayer, María Abadi y Guillermo Pfening, junto a Celina Font, Diana Lamas, Joaquín Rapalini, Fiorela Duranda, Sebastián Blanco Leis, el rosarino Omar Fanucchi y Pedro Di Salvia, que se conocerá el jueves en Rosario en el complejo de Cines del Centro (primer nivel del Shopping del Siglo), con la presencia del director en la función de las 21.30.

La vida de Pablo (Mayer) cambia repentinamente cuando Esperanza (Abadi), su novia, es atacada en la vía pública y queda al borde de la muerte. Esta situación inesperada y dolorosa desencadena una serie de acontecimientos que llevan a Pablo a desenterrar escritos de su padre, que finalmente lo conectan con una realidad desconocida.

“El guión de esta película surgió de una idea que tenía en la cabeza hace tiempo y que tenía que ver con las historias de los mundos paralelos; la premisa fue no contar una historia melosa ni con golpes bajos. Y en esto de contar una historia acerca de la vida después de la muerte y si existen mundos paralelos o no, creo que la historia de lo que le pasa a Pablo no habla acerca de la muerte sino que trata acerca de cómo nos enfrentamos a los momentos que se vuelven una bisagra en nuestras vidas”, adelantó el director que en 2007 estrenó A dos tintas, su primer largometraje, financiado de manera independiente y que formó parte de su tesis de la EPCTV. Con ese largometraje obtuvo un premio en Buenos Aires y fue seleccionado para participar de los festivales de Gibara (Cuba) y Madrid (España).

“Esta no es una película acerca de la muerte, porque además la muerte está ligada indefectiblemente a la vida; por eso esta historia está contada de una manera terrenal pero con elementos sobrenaturales que la hacen mágica; lo que se cuenta es un momento, una situación que le pasa a muchas personas y que tiene que ver con enfrentarse a la muerte de alguien muy cercano. Como individuo, pensándolo de una manera racional y desde este plano, uno siempre vive la muerte de otro, no la propia. Ése es el punto de partida para pensar qué nos pasa en ese momento, cuando tenemos a alguien muy querido al borde de la muerte, y hasta dónde estamos dispuestos a llegar, qué estamos dispuestos a hacer frente a eso”, planteó el director que retomó uno de los diálogos de los personajes para desentrañar parte de la historia.

“Hay un momento en el que uno de los personajes se plantea qué podríamos hacer si tuviésemos la confirmación de que existe un mundo mejor que éste en otra parte: nos quedaríamos acá o no; del mismo modo, en el proceso de escritura del guión, me surgió el interrogante acerca de cómo abordar lo que le pasa a Pablo, que conoce a una persona, se enamora, tienen una relación, y de repente esa persona no está más; me cuestioné cómo explicar el momento de la muerte, y para eso recurrí a los planos de la metafísica y de lo paranormal, lo que me llevó a entender que la historia de amor es una excusa para contar algo mucho más profundo que es esta idea que muchos hemos vivido de estar solos en una habitación y sentir que hay alguien más”, expresó el realizador acerca de esta historia que parte del drama romántico para abordar una singular variante del género fantástico.

Rosarino adoptivo

Con dos décadas de residencia en Rosario, Becker se proyecta al resto del país, en particular a Buenos Aires donde filmó Eterno paraíso. Lo hace a partir de su trabajo, que más allá del cine, lo ha acercado también en estos años a la publicidad. “Muchos piensan que vivo en Capital, pero vivo en Rosario. Es aquí donde hice mi primera película, A dos tintas, que la presenté como tesis de mi carrera y tuve la suerte de que tenga un estreno comercial pequeño pero que me sirvió para darme a conocer”, expresó el director nacido en 1980, que a los 15 años rodó su primer cortometraje que ganó un premio al mejor video juvenil en un concurso organizado por el Gobierno de la provincia de Santa Fe.

“Muchos sostienen que el cine se hace con plata; se puede estar de acuerdo o no con esta afirmación, lo cierto es que el cine se hace con recursos, sobre todo en un momento complejo como éste en el que está muy complicado rodar e incluso estrenar las películas”, avaluó. Y completó: “Nos pasa a los realizadores que presentamos un proyecto y con suerte terminamos filmando tres años después pero con el mismo dinero, que es lo que nos pasó con esta película. En su momento, presenté el proyecto a productores, les interesó, y después necesitamos de los créditos que otorga el Incaa. Pasó mucho tiempo hasta que lo pudimos concretar y nos toca este tiempo de gran complejidad económica para estrenar; de hecho, tuvimos que adaptar ciertas cosas para poder filmar, pero la estamos estrenando a diez meses de finalizado el rodaje y ese es un logro en estos tiempos”.

Finalmente el director, que en la actualidad desarrolla su nuevo proyecto cinematográfico que se llamará El gran show, prefirió rescatar el costado positivo de todo este proceso y disfrutar del estreno. “No es una película de grandes presupuestos y por suerte se interesaron los actores apenas leyeron el guión que de algún modo estuvo escrito para ellos; de inmediato se encontraron conmigo porque les pareció arriesgado lo que íbamos a contar y aceptaron la propuesta. Y el cine es un poco así: tiene algo imprevisible más allá de todo lo que pongas del lado del trabajo. Yo vengo de Moisés Ville que es un pueblo de dos mil habitantes, vivo en Rosario y llegar a Buenos Aires y ver los afiches de la película en el subte es algo muy emocionante para mí”.

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