En marzo de 2020 llamaron a la puerta de Débora Fernández en zona oeste y cuando salió le pegaron dos tiros y la mataron. En el marco de esta causa se hizo un allanamiento a un domicilio donde estaba Alexis «Tartita» Schneider, o Cantero. Al muchacho lo condenaron por ese asesinato, que según la acusación fue una venganza contra el hermano de la mujer por un entredicho en la cárcel. Ahora, el autor del crimen recibió otra sentencia, esta vez por tenencia de drogas. Es que, en la irrupción a la vivienda donde lo encontraron tras el crimen, incautaron marihuana y cocaína. En un acuerdo abreviado, el Tribunal Oral Federal 3 dictó la nueva pena, que fue unificada con la anterior.
La investigación por el crimen de Débora Fernández derivó, el 29 de mayo del 2020, en el allanamiento de una casa en Solís al 3300. Era el domicilio de uno de los hijos de Ariel «Viejo» Cantero, Tartita, quien dijo: “Me hago cargo del arma de fuego y el material”, señaló la resolución.
El joven de 22 años fue indagado por el tráfico de 89 envoltorios de cocaína por un peso total de 53 gramos y 11 envoltorios de marihuana, unos 14 gramos en total. Fueron encontrados junto a elementos de fraccionamiento y 206 mil pesos. A fines de julio de ese año fue procesado.
Fueron a su casa, la llamaron por su nombre y le dieron dos tiros mortales
Si bien el caso tenía fecha de juicio para mediados de marzo pasado, el fiscal Federico Reynares Solari presentó un pedido de procedimiento abreviado, ya que había llegado a un acuerdo con la defensa y el acusado.
Tartita aceptó ser responsable del delito de tráfico de estupefacientes, en la modalidad de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y la pena propuesta fue de cuatro años.
Además se tomó en cuenta una condena previa donde Tartita fue condenado en el fuero provincial a la pena de 18 años de cárcel por el crimen de Débora Fernández. Por lo que solicitaron la unificación de ambas condenas en la pena única de 20 años y medio.
El planteo fue evaluado por el magistrado Mario Jorge Gambacorta del Tribunal Oral 3, quien admitió el acuerdo y condenó a Alexis Claudio Cantero, alias Tartita, a la pena de 4 años de cárcel, una multa de 243 mil pesos e inhabilitación absoluta por igual tiempo. La que fue unificada con la pena anterior dictada por el crimen de Férnández por lo que deberá purgar 20 años y medio del crimen.
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El crimen de Débora
Débora Natalí Fernández, tenía 28 años, era hermana de Darío David “Casquito” Fernández, quien en ese momento se encontraba en el pabellón 7 de la Unidad Penal 11 de Piñero donde se alojan internos vinculados a Los Monos. La tarde del 17 de marzo llamaron a su puerta en Colombres al 3000, cuando se asomó le dispararon. De los 7 tiros que dispararon los agresores dos impactaron en su cuerpo, murió poco después por las lesiones sufridas aunque antes brindo algún dato de los agresores.
De la investigación surgió que Casquito había tenido un entredicho con Ariel Máximiliano «Chanchón» Cantero, el cual cumple condena por el crimen del policía Cristian Ibarra cometido en el marco de una lucha territorial por la venta de estupefacientes en la zona oeste.
La hipótesis fiscal refirió que Chanchón se vengó por el hecho a través de Tartita. Y para ello atacó a su hermana que nada tenía que ver con el conflicto. La mujer tenía un hijo de 8 años, trabajaba en una cooperativa y era parte del programa Nueva Oportunidad.
Por el hecho hubo 7 allanamientos, uno de ellos en la casa de Tartita donde se encontró la droga, el dinero y un revólver calibre 38, entre otros elementos.
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