Un juez sentenció en el Tribunal de Los Ángeles al médico de Michael Jackson, Conrad Murray, a la pena máxima de cuatro años de prisión. Fue hallado culpable el 7 de noviembre del homicidio involuntario del Rey del Pop, por haberle proporcionado el anestésico propofol que le causó la muerte.
Murray «abandonó a un paciente que confió en él, le administró fármacos potencialmente peligrosos (…) y no mostró ningún sentimiento de arrepentimiento, lo cual significa que sigue siendo un peligro», dijo el juez Michael Pastor enla Corte Superiorde Los Ángeles.
El doctor de 58 años «podía simplemente haberse negado» a administrarle a Jackson los fármacos que le pedía, «así como hicieron otros doctores», dijo.
«Esta sentencia de cuatro años será cumplida en la cárcel del condado de Los Angeles», dijo Pastor en un duro discurso en el tribunal, afirmando que dictará el 23 de junio el pago de una compensación a la familia, como lo solicita la fiscalía.
El juez dijo que las acciones de Murray violaron la relación médico-paciente e insistió en que el cardiólogo no cometió un error aislado sino que se involucró en un comportamiento que representa «una deshonra para la profesión médica».
Murray, quien puede apelar la sentencia, ya cumplió 23 días en prisión, que sumado a su buen comportamiento le acreditan a 46 días servidos.
El juez Pastor le negó la libertad provisional preguntándose retóricamente por qué habría de proporcionarla a alguien que no se ha hecho responsable de sus acciones.