El médico y director del Samco de Cañada del Ucle, un pueblo del sur provincial de menos de mil habitantes ubicado a 120 kilómetros de Rosario, denunció este sábado que en esa localidad empezaron a juntar firmas para echarlo por haber dado positivo de coronavirus. «No robé, no maté, cumplí con mi función. Recibí desde un insulto, una ofensa familiar hasta que me desearan la muerte públicamente y por redes sociales», dijo Marcelo Palau y agregó que entre los firmantes está el presidente comunal. El caso de este médico se suma a otras agresiones y discriminaciones que sufre el personal de salud desde que empezó la pandemia. Las y los trabajadores de la salud son uno de los grupos más expuesto al contagio. En Santa Fe representan el 16 por ciento del total de contagios, que este sábado totalizaron 3132 desde el inicio de la pandemia. Hace poco más de una semana, el Ministerio de Salud de la Nación informó que la cantidad de trabajadoras y trabajadores sanitarios que dieron positivo por coronavirus superó los 15 mil y que la cifra representa el 7,2% de los contagios.
“Voy a tratar de ser breve ya que creo que no es necesario explicar nada. Me contagié de Covid-19 ejerciendo mi profesión, atendí al paciente el domingo 9 de agosto a las 11.30 y comencé con síntomas leves el lunes. El paciente, un ser maravilloso, respetuoso, gran persona de un perfil muy bajo, vive en Cañada del Ucle y desarrolla su actividad laboral en la ciudad de Firmat. Solo quiero que él y su familia no pasen lo mismo que yo, no es bueno ver como un día te llaman para que le salves la vida y al otro día te matan”, dijo Marcelo Palau en redes sociales para defenderse de las acusaciones.
Esta semana Cañada de Ucle confirmó 6 casos de Covid-19 y volvió a fase 1. Los contagios pusieron en alerta a la ciudad de Firmat, porque el médico atendía también en esa localidad. Según Palau, desde que dio positivo en el pueblo comenzó una campaña en su contra para echarlo. «Desde el martes pasado estoy aislado. Solo un día tuve febrícula, no tengo un síntoma. Me hisopé el día que tuve febrícula y porque tenía una pequeña picazón en la garganta. Esto es terrible. Recibí desde un insulto, una ofensa a un familiar, hasta que me desearan la muerte por coronavirus públicamente y por redes sociales. Me culpan por los contagios», dijo.
No todo son aplausos
Apenas llegó al país la pandemia de coronavirus se hicieron virales las imágenes de carteles en edificios en los que se pedía al personal de la salud que se fueran a vivir a otro lado. Mientras a las 21 sonaban los aplausos para reconocer este trabajo esencial, puertas adentro de los consorcios se reproducían agresiones y discriminaciones.
En abril un médico del servicio de terapia intensiva del Sanatorio Parque y del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) de Rosario contó en redes sociales que había dado positivo en el hisopado de Covid-19. Su descargo buscaba aclarar que el contagio había sido en el trabajo y que su novia, médica del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, también había dado positivo. “Nos contagiamos trabajando. No en un recital. Si tanto miedo tienen, dedíquense a otra cosa”, dijo para responder a las agresiones que recibió por esos días.
Las y los trabajadores de la salud son uno de los grupos más expuesto al contagio. Trabajan bajo protocolos elaborados a nivel nacional y provincial, que establecen normas de seguridad e higiene. Según el Ministerio de Salud, del total de casos provinciales el 16% son trabajadores de la salud. Además, informaron que ninguno se contagió en el ámbito público, lo que significa que lo hicieron en el sector privado o en otros lugares. Es que gran parte de quienes trabajan en la salud tienen más de un empleo por lo que es común que estén en los dos ámbitos.
Hace poco más de una semana, el viernes 7 de agosto, el Ministerio de Salud de la Nación informó que la cantidad de trabajadoras y trabajadores sanitarios que dieron positivo por coronavirus superó los 15 mil. La cifra representa el 7,2% de los contagios y una tasa de infección del 2,5% dentro del personal de salud. Más de la mitad de los contagios pertenecen a la provincia de Buenos Aires. Sólo en el Hospital Posadas el número de infectados superó los 400 y más de 1.300 trabajadores tuvieron que entrar en aislamiento. Según la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina, estos números significan que “la posibilidad de enfermarse para un trabajador de la salud triplica al del resto de la población adulta”.
A principios de mayo, un informe del Consejo Internacional de Enfermeras difundió que al menos 90 mil profesionales de la salud habían contraído el virus y que esa cifra podía duplicarse si se tenía en cuenta que no todos los países informan de la misma manera los casos. Distintas estimaciones dan cuenta de que quienes están en la trinchera de atención representan entre el 12 y el 15 por ciento de los contagios.
Penas por agresiones a personal de salud
A principios de julio la senadora nacional María de los Angeles Sacnun presentó un proyecto de ley que busca modificar el Código Penal argentino para proteger a los profesionales de la salud ante el incremento de la violencia que padecen. Propone agravar las penas establecidas en el Código Penal según sean amenazas, lesiones leves, graves o gravísimas que se realicen contra los equipos médicos tanto del sector público como privado.
“Cuidar a los trabajadores y trabajadoras de la salud es una prioridad”, sostuvo la legisladora nacional al anunciar la iniciativa en una charla organizada por el Colegio de Médicos de la provincia de Santa Fe, en la cual también participaron el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García y la ministra de Salud del Gobierno de Santa Fe, Sonia Martorano.
Según la senadora, el proyecto contempla la perspectiva de género. “La protección integral a la mujer trabajadora debe ser un eje que atraviese todas las dimensiones y repercuta en una sociedad más justa e igualitaria. La violencia debe ser siempre condenada», agregó.