Search

Medidas que aún no reactivan

El  análisis elaborado por Economía y Regiones (EyR) subraya que las decisiones de inversión y de siembra fueron realizadas el pasado año con un tipo de cambio mucho menos competitivo que atentaba contra la rentabilidad del negocio, lo cual hizo que se sembrara menos de todo.

El actual programa económico que levantó el cepo sinceró el tipo de cambio y quitó (redujo) las retenciones, devolvió competitividad al sector agropecuario y a las economías regionales, pero no alcanzará para que el nivel de actividad responda rápidamente, que crecería muy poco o nada en 2016. Así surge de un análisis elaborado por Economía y Regiones (EyR) en el que detalla que son varias las razones de por qué las economías regionales y el sector agropecuario “no pueden por sí solos catapultar el resurgimiento del nivel de actividad”.

Por un lado, subraya EyR que las decisiones de inversión y de siembra fueron realizadas el pasado año con un tipo de cambio mucho menos competitivo que atentaba contra la rentabilidad del negocio, lo cual hizo que se sembrara menos de todo. “En este contexto, la campaña 2015/2016 tendrá menos volumen que la de 2014/2015. A la menor cosecha hay que sumarle precios de commodities más bajos en el mercado internacional, con lo cual toda la cosecha tendrá un valor (precio por cantidad) inferior, impidiendo que este sector se constituya en el trampolín de la macroeconomía”, explica la consultora.

Otro aspecto es que en la competitividad del sector agroexportador y de las economías regionales (y de toda la economía) influye todo un conjunto de variables, no sólo el valor del dólar.  En ese sentido, detalla que estos puntos, entre los que se encuentran las expectativas de inflación, de devaluación, presión tributaria, gasto público, salarios y su relación con la productividad del trabajo y tasa de interés, “juegan en contra” en la Argentina aún. “Es decir, la mejora de la competitividad precio por tipo de cambio y por quita (baja) de retenciones, a pesar de ser elevadísima, no alcanza para compensar la elevada presión tributaria y tasa de interés, el desacople entre salarios y productividad, la imposibilidad de seguir financiando (con inflación, impuestos o deuda) el actual nivel de gasto público y las fuertes expectativas de inflación y de devaluación”, según esta mirada. De esta manera, “la economía argentina no tiene de dónde agarrarse para que su nivel de actividad vuelva a expandirse en el corto plazo. Nuestro escenario base proyecta una tasa de expansión del PBI en torno de 0,5% en 2016”, reconoce la consultora EyR.

10