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Megan Rapinoe, la capitana que lucha contra las políticas de Donald Trump

"Es nuestra responsabilidad hacer de este mundo un lugar mejor", dijo la goleadora de Estados Unidos en los festejos por el campeonato obtenido en Francia tras derrotar 2-0 a Holanda en la final de la octava edición

El fútbol femenino llegó para cambiar lo que conocemos como fútbol. Un deporte que históricamente tuvo a hombres como protagonistas, tanto dentro como fuera de la cancha, marcado también por un silencio de los propios jugadores a la hora de referirse sobre cuestiones sociales.

No es común escucharlos hablar sobre las crisis económicas o problemáticas sociales que están y estuvieron vigentes en la sociedad en la que viven. Por eso siempre es noticia cuando algún jugador toma postura sobre algunos temas que no escapan a lo que les sucede a ellos mismos. Claro que no están obligados a hacerlo y por eso sorprenden cuando rompen el silencio.

En el femenino eso no sucede tanto. La gran mayoría de las futbolistas toman posturas tajantes a la hora de hablar sobre temas importantes. Y Estados Unidos es un claro ejemplo de eso.

El pasado domingo en Lyon, ciudad donde se jugó la final del Mundial de Francia, a minutos de finalizado el encuentro entre las norteamericanas y Holanda (NdR: que finalizó con victoria 2-1 de las yanquis), mientras se esperaba la premiación de las campeonas, el público al unísono hizo un pedido de “equal play” (igualdad salarial).

El reclamo no salió de la nada. Antes de viajar a suelo francés para disputar la octava edición de la Copa del Mundo, las jugadoras de la selección norteamericana presentaron una denuncia a su federación por desigualdad salarial.

Afirmaban que, a pesar de jugar más que los hombres y de tener más campeonatos conquistados, cobraban menos. Así y todo, viajaron al Mundial y volvieron a gritar campeón por segundo torneo al hilo y por cuarta vez en su historia.

Pero, durante el certamen, la lucha siguió. Encabezada por Megan Rapinoe, segunda capitana del equipo. “No voy a ir a la maldita Casa Blanca”, dijo la goleadora cuando fue consultada sobre la posibilidad de ser recibidas por Donald Trump.

La goleadora es una férrea opositora al gobierno de Trump desde el comienzo de su mandato y se ha manifestado en contra de sus políticas, principalmente aquellas que están relacionadas con la brutalidad policial, la injusticia social y el racismo.

Por esta razón, a manera de protesta, Rapinoe no canta el himno ante de los partidos. Y el martes cuando el equipo campeón llegó a su país lo reafirmó: “No iría y todas las compañeras de equipo con las que he hablado explícitamente de ello no irían tampoco”.

“No creo que nadie en el equipo tenga interés en prestar la plataforma por la que hemos trabajado tan duro y las cosas por las que luchamos y la forma en que vivimos nuestra vida. No creo que queramos que esto sea cooptado o corrompido por esta administración”, amplió Rapinoe.

Antes de que el equipo ganara el Mundial en Francia, el presidente criticó a la goleadora porque no cantaba el himno y le dijo que antes de decir que no va a ir, primero tenía que ser invitada.

“Soy un gran fan del equipo americano y del fútbol femenino, pero Megan debería ganar algo antes de hablar. ¡Termina el trabajo!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter. Rapinoe cumplió y reafirmó su negativa. Y la volvió a justificar: “Su mensaje está excluyendo a las personas. Me está excluyendo. Está excluyendo a las personas que se parecen a mí. Está excluyendo a las personas de color”.

Además la futbolista, que es patrocinada por las grandes marcas del mundo, decidió aprovechar su éxito y visibilidad para alzar la voz por las causas que cree justas como la igualdad en el fútbol, el orgullo LGBTIQ y su rechazo contra las políticas racistas.

Ayer en las afueras de City Hall, en la ciudad de Nueva York y ante una gran multitud que se acercó al desfile para celebrar la victoria ante Holanda, Rapinoe volvió a tomar el micrófono para dejar varias enseñanzas. “Tenemos celebraciones. Tenemos el pelo rosa y el pelo morado. Tenemos tatuajes y rastas. Tenemos chicas blancas y negras, y todo lo demás. Chicas heterosexuales y chicas gays”, dijo sobre su equipo.

“Tenemos que ser mejores. Tenemos que amar más y odiar menos. Tenemos que escuchar más y hablar menos. Tenemos que saber que esto es responsabilidad de todos. Cada persona aquí, cada persona que no está aquí. Cada persona que está de acuerdo y no está de acuerdo. Es nuestra responsabilidad hacer de este mundo un lugar mejor”, dijo Rapinoe.

Y continuó: “Creo que este equipo hace un trabajo increíble al tomar eso en nuestros hombros y entender la posición que tenemos y la plataforma que tenemos dentro de este mundo. Sí, jugamos deportes. Sí, jugamos futbol. Sí, somos mujeres atletas. Pero somos mucho más que eso. Eres mucho más que eso”.

Rapinoe le habló a Estados Unidos. En Argentina algunas de nuestras futbolistas lo vienen haciendo hace rato y debería seguir pasando. Porque lo personal es político y el deporte también.

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