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Megaoperativo: ¿objetivo cumplido?

El 9 de abril del año pasado, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, encabezaba un cinematográfico megaoperativo contra el narcotráfico en Rosario: tres mil efectivos de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal efectuaban 92 allanamientos simultáneos, destruyendo decenas de búnkeres de venta de drogas y deteniendo y poniendo a disposición de la Justicia federal a 24 personas.

El 9 de abril del año pasado, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, encabezaba un cinematográfico megaoperativo contra el narcotráfico en Rosario: tres mil efectivos de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal efectuaban 92 allanamientos simultáneos, destruyendo decenas de búnkeres de venta de drogas y deteniendo y poniendo a disposición de la Justicia federal a 24 personas.

Un exultante Berni –acompañado por el gobernador de la provincia como espectador privilegiado– declaraba por entonces ante la prensa que tras el megaoperativo a su cargo, dos mil efectivos de fuerzas federales se quedarían en la ciudad, permaneciendo en el territorio recuperado “el tiempo que sea necesario para evitar que estas bandas narcos puedan reconstituirse”.

A pocos días del comienzo del presente año, y al cumplirse nueve meses del comienzo del denominado “Operativo Rosario”, el secretario de Seguridad de la Nación anunció el retiro de los últimos efectivos de las cuatro fuerzas federales que actuaron en el marco de dicho operativo, que el funcionario nacional calificó como “exitoso”, expresando como un gran sofista “en Rosario el problema principal no es el narcotráfico sino la violencia del delito”.

Si bien es cierto que la presencia de las fuerzas federales tuvo un efecto pacificador en el corto plazo, los graves problemas de inseguridad y altos índices de delitos violentos que padece la provincia permanecen incólumes. El narcotráfico está lejos de ser un fenómeno criminal bajo control, y el 2014 se cerró en Rosario con un índice de 23 homicidios cada 100 mil habitantes, cifra que cuadruplica la media nacional.

Entendemos por ello que el mantenimiento del despliegue de las fuerzas de seguridad federales en nuestra ciudad es imprescindible para la lucha contra el delito y la criminalidad organizada.

De esta forma, es necesario que el Ministerio de Seguridad de la Nación revea el repliegue de la Gendarmería. Si bien es cierto que se ha anunciado la permanencia de unos 600 efectivos abocados a tareas de inteligencia criminal, la magnitud del fenómeno del narcotráfico, la estratégica ubicación de la ciudad respecto a las principales rutas del tráfico de drogas (rutas nacionales 11 y 34, puertos del Paraná, etc.), y la persistencia de elevados índices de homicidios y delitos violentos tornan imprescindible la presencia permanente de las fuerzas federales.

Sin dudas, la articulación y coordinación entre los tres niveles del Estado (Nación, provincias y municipios), y los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), es fundamental para ganarle el delito en todas sus manifestaciones y así lo expresa crudamente la realidad de los últimos tiempos.

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