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Mejor sumarse que enojarse

Por: David Narciso

“Nos parece bien, estamos de acuerdo, vamos a acompañar. La intendenta ya le ordenó a Planeamiento que traiga toda la información sobre cantidad de tierras municipales y provinciales disponibles en la ciudad para ver qué se puede sumar”.

En el primer piso del Palacio de los Leones registraron a tiempo que no era momento para buscar pelos en la leche mientras miles de rosarinos resignaban horas de sueño en la madrugada para conseguir un turno en la página web de Ansés en busca de un crédito que les permita llegar al sueño de la casa propia.

Hubo un giro a tiempo: sila Naciónsólo dispuso5 hectáreasde su propiedad en Rosario, el camino no era repudiarlo sino aprovechar para salvar las dificultades de la ciudad para abordar la problemática de la vivienda.

Desde Buenos Aires, Hermes Binner optó por plantar una visión crítica de la nueva iniciativa kirchnerista, poniendo el eje en la antigua discusión sobre si se deben usar los fondos de Ansés para financiar políticas públicas.

El ex gobernador cree que no, que es más aceptable o seguro que estén en manos de bancos, acciones y tenedores de títulos sometidos a los vaivenes del mercado que financiando políticas sociales y productivas.

Que hay riesgos, los hay. Que es arbitraria la elección de los proyectos a financiar, también. Que sería mucho más tranquilizador si hubiera pluralidad de controles y controles más plurales, también es cierto. Sin embargo, flota la pregunta de siempre: ¿cual es la propuesta alternativa?

Otro enfoque

Hace años que el Estado ensaya respuestas al déficit habitacional sin dar en el clavo y acotado por las condiciones que impone el hiperactivo mercado inmobiliario.

A nivel nacional, el Plan Federal I cumplió sus objetivos. El II quedó rengo, en especial su aplicación en esta provincia. Aún así se construyeron decenas de miles de viviendas sociales en el país, que sin embargo fueron insuficientes, como lo demuestra la expectativa que generó el plan Procrear.

A esto se suma que todas las operatorias diseñadas a partir del sistema bancario, en general orientadas a clase media,  fueron acotadas, casi testimoniales, a causa de altas tasas y la exigencia de ingresos.

Antonio Bonfatti trazó el tema habitacional como un eje de su campaña ala Gobernación. Yaelecto, creóla Secretaríade Hábitat y propuso girar el enfoque tradicional: a partir de la conformación de un Banco de Tierras público, el Estado lotea, provee servicios y a lo sumo construye cimientos y hasta un metro de paredes. El resto debe hacerse con el esfuerzo de cada familia. Ese plan avanzó más de lo que se hace ver.

Acoplar

Hasta el anuncio de la presidenta, gobierno municipal y provincial afinaban la letra de una capitalización del Banco Municipal de Rosario del orden de los 50 millones, ya no para sostenerlo como en otros tiempos, sino para cumplir los requisitos que exige el Banco Central para dar créditos, y así sumar una herramienta de financiamiento a la operatoria dela Secretaríade Hábitat.

La irrupción del Programa Procrear puso pausa a todo. Ahora la provincia, que era la que iba a inyectar los fondos, estudiará si sirve seguir por ahí o conviene redireccionar esos recursos. A medida que pasen las semanas y los meses se verá si las piezas se pueden encastrar.

Si funciona, el Procrear puede ser el combustible para aquellas familias que sean alcanzadas por la operatoria dela Secretaríade Hábitat provincial, o por los acotados programas que se diseñaron enla Municipalidad, que aún cuando disponen de tierra construible chocan con la incapacidad económica de prestar, financiar y proveer infraestructura pública. Procrear es único en su tipo por la tasa (de2 a14%), por los ingresos exigibles (un abanico de 5 mil a 30 mil al mes) y por el volumen de potenciales créditos.

A los concejales del Frente parala Victoriales cayó como una patada en el hígado escuchar al secretario de Planeamiento municipal, Sergio Barese, poner “peros” en los detalles.

Requirieron a la provincia y la municipalidad, ambas gobernadas por el socialismo, que sumen al plan sus tierras disponibles. Incluso pusieron el ojo en el ex Batallón 121, donde un sector de vecinos veta (por criterio de pertenencia social) la radicación de viviendas familiares.

El Ejecutivo municipal rápidamente corrigió sus pasos. En las últimas horas, en contactos con hombres del Frente parala Victoria, se evaluó que era necesario que todos sumen al programa.

La reforma en letra fina

Mientras tanto, el Senado provincial busca los acuerdos necesarios para sacar adelante la reforma impositiva. Los senadores justicialistas no aceptaron ponerle fecha al debate –el oficialismo pidió que sea antes del receso invernal, en dos semanas–, más para dejar en claro que los tiempos dela Cámaraalta los manejan ellos que por trabar el proyecto.

Al menos en esa cámara la suerte del siempre conflictivo revalúo de las propiedades, en especial las rurales, parece definida. “No es el momento, la cosecha de soja fue magra, la de maíz mala y el trigo no se puede comercializar. Veremos el año que viene”, argumentó Alberto Crosetti ante El Ciudadano, quien explicó que hay consenso en votar el aumento del Inmobiliario Rural solicitado pero vía alícuota y no revalúo.

El Ejecutivo cree que es necesario empezar a descongelar la irrisoria valuación de las propiedades, pero no serán sus funcionarios quienes pongan el grito en el cielo para defender una medida que los senadores del PJ no están dispuestos a votar, a pesar de que en lo inmediato beneficia más la recaudación de impuestos nacionales que locales.

En paralelo, en los últimos días ganó terreno la posibilidad de eliminar exenciones a determinados sectores industriales.

El Ejecutivo había quitado ese punto del proyecto porque el PJ avisó que no lo votaría; el radicalismo lo reintrodujo en el debate; y ahora senadores de la oposición muestran una posición menos rígida sobre el tema.

En palabras de Crosetti: “Podríamos sentarnos a discutir aquellos casos de asimetrías. Una alícuota mínima de 0,5 o 1% para equiparar lo que pagan de Ingresos Brutos en otras provincias podría estudiarse”. Crosetti no cierra la idea sin dejar aclarado que “esto no lo proponemos nosotros, ahora sólo escuchamos. Si el Ejecutivo envía un proyecto complementario lo veremos”, tira la pelota.

Enla Casa Grisno dicen ni sí ni no, esperan novedades de Miguel Lifschitz (ahora principal enlace con el Ejecutivo) sobre ese y otros puntos de las negociaciones.

¿Cuáles? Crosetti, por ejemplo, insistió en que si va a haber más recursos, el gobierno tiene que comprometerse con las obras públicas pedidas por los senadores para sus departamentos. Se sabe, una mano se lava con otra.

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