El dueño del bar de una gasolinera de la localidad de Ascoli Piceno (centro de Italia) aseguró haber visto a las mellizas suizas desaparecidas Alessia y Livia Schepp junto a su padre el 2 de febrero, un día antes de que éste se suicidara en una estación de tren del sureste italiano.
En declaraciones al canal de televisión italiano de información, el dueño del Bon’s Bar, Stefano Bonelli, afirmó que, junto a él, hay otros cinco testigos, clientes del bar, que vieron con vida a las pequeñas, de 6 años, en el interior de un coche que paró en la gasolinera.
Bonelli, quien ya ha ofrecido su testimonio a la Policía, sitúa a las 16.00 horas del 2 de febrero el momento en el que vio a Alessia y Livia Schepp, a bordo de un Audi de matrícula suiza, con la cara apoyada en las ventanillas.
El testimonio del dueño de este bar puede ser relevante para encontrar a las pequeñas, pues, hasta ahora, la última hipótesis que se barajaba es que no estuvieran con su padre, Matthias Schepp, en el barco de vuelta a Tolón (Francia) el 1 de febrero, después de haber viajado los tres a Córcega desde Marsella.
Los investigadores creen muy importantes los momentos relevantes en el matrimonio y la separación de Matthias Schepp e Irina Lucidi, la madre de las pequeñas. Precisamente de Ascoli Piceno, localidad de la región de Las Marcas, es originaria la madre de Alessia y Livia y allí siguen viviendo los abuelos maternos de las niñas.
La familia de las mellizas hizo saber que en una de las cartas que envió Matthias Schepp a su exmujer antes de suicidarse en la estación de tren de Cerignola decía que su intención era morir junto a sus hijas, pero que finalmente no pudo y que ellas ya descansaban en un «lugar tranquilo».
Según los últimos datos de la investigación, Matthias Schepp consultó desde su ordenador páginas de Internet que ofrecían consejos e información sobre las sustancias utilizadas en un envenenamiento, así como otras relacionadas con el uso de armas de fuego.
Asimismo, Schepp consultó los horarios del servicio de barcos que unen Marsella con la isla de Córcega, trayecto que pudo haber realizado junto con las pequeñas el 31 de enero, el mismo día en el que se pierde su rastro.
Un día después y según la reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores, Schepp tomó un barco de vuelta a Tolón, desde donde se cree que fue a Italia por carretera, para suicidarse en Cerignola después de haber hecho varios envíos de dinero en efectivo a su exesposa.