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Memorias de un fracaso

Constantemente la humanidad tiene el don de olvidar los momentos desagradables y los motivos que la llevaron a esas circunstancias. Hoy la crisis del 2001 en Argentina quedó escondida en un rincón inasible.

Constantemente la humanidad tiene el don de olvidar los momentos desagradables y los motivos que la llevaron a esas circunstancias. Hoy la crisis del 2001 en Argentina quedó escondida en un rincón inasible, en el cofre de los recuerdos que se mantiene alejado de nuestra memoria.

Hoy los invito a realizar un ejercicio de memoria para ver donde estamos y donde

Grecia está al borde de pedir el tercer socorro financiero en menos de un año. “Vivimos actualmente la fase crítica en el rescate de nuestro país. Si somos capaces de superarla no volverá a plantearse esa cuestión”, subrayó quien estuviera al frente de las finanzas durante la gestión de Giorgos Papandreu.

Esto me suena a Domingo Cavallo explicando que la deuda elevada –deuda de la que él y Martínez de Hoz fueron de los principales gestores– exigía un nuevo ajuste y un mayor endeudamiento. Recuerdo al ministro de turno desde 1976 hasta 2001 explicando que la incertidumbre de cada momento era la respuesta de la crisis de Turquía o el sudeste asiático o Brasil. Una tras otra.

Aunque parezca mentira, en estos días España e Italia explican que la crisis que afrontan es la consecuencia de la crisis griega. La misma mentira que nos ofrecían los atorrantes seudoeconomistas a los argentinos es la que les dan ahora a los europeos.

Parafraseando a Ricardo López Murphy, quien defendió a capa y espada a los capitales golondrinas perjudicando al pueblo argentino en su conjunto, el ex ministro de Finanzas griego y nuevo presidente del Partido Socialista Panhelénico (Pasok), Evangelos Venizelos, aseguró: “Aunque el marco es ahora más seguro, el juego no ha terminado (…) y todos los países de la zona euro recuperarán el dinero que prestaron a Grecia”. Dicho en otras palabras más crudas pero más realistas, que los griegos se mueran pero que antes de morir paguen.

Europa se comió la idea de una moneda fuerte. Como nosotros con la convertibilidad, ellos con el euro. Ella recibió una buena dosis de libre mercado y esperando el efecto derrame quedaron derramados en la peor de las miserias.

Otro buen ejercicio de memoria es recordar el estado anímico de los desocupados, la preocupación por las empresas que cerraban, por los remates de fábricas, campos y casas y el sentimiento de pueblo fracasado, de pueblo sin adicción al trabajo, la ola de suicidios y enfermedades generadas por la inestabilidad laboral.

Hoy dicen que a los griegos les falta vocación para al trabajo, que es un pueblo vago y consumista. En nuestro país pasaba lo mismo y hoy está trabajando la inmensa mayoría y no cambiaron los hombres, cambio la situación nacional, desaparecieron las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), están lejos las recetas de ajuste y ajuste y más ajuste.

Hoy, en Argentina cambió el escenario. Antes los castigados eran los países en vías de desarrollo, ahora los del Primer Mundo.

Así como en nuestro país manejaban la economía los amigos de los círculos financieros hoy en Europa pasa lo mismo. El actual ministro de Economía español fue presidente de la banca Lehman Brothers para España y Portugal. Este banco fue uno de los grandes culpables en la crisis que afrontan esos países en estos momentos.

España no tiene tregua y a dos días del ajuste generado por el gobierno del derechista Mariano Rajoy, el mercado le dio un garrotazo. Es lógico. En el mundo del dinero gobierna lo vil.

Esto lo podría explicar el señor Alfonso Prat Gay, representante de la banca Morgan con asiento en la Cámara de Diputados de la Nación e ideólogo de la oposición; o los Chicago Boys que hablan del viento de cola y se olvidan que justamente el viento de cola favorece a quienes no entraron en pactos atados como el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca). El soplido de ese viento tampoco empujó a quienes aceptaron las recetas del FMI, o mantienen la apertura indiscriminada de las importaciones en desmedro del trabajo nacional ni el privilegio de lo especulativo por encima de la producción. Esa es la política que ellos pregonan a pesar de los magros resultados obtenidos antes en Argentina, hoy en Europa y en Estados Unidos.

Ahora nos enteramos que el 20 por ciento de los niños griegos están en la franja de pobreza. De golpe descubrimos que los países avanzados no eran paraísos tan soñados y que había pobres sobreviviendo en medio de la opulencia y la abundancia.

En el Primer Mundo la desocupación crece y los dueños de la situación proponen nuevos ajustes que llevan a más recesión y menos trabajo. Los diarios europeos se parecen a los diarios de Argentina y no justamente a los de diciembre del 2001. La prensa europea se parece a la de aquí durante los años anteriores al abandono de las recetas del FMI. Allí escribieron secuaces del capital financiero, colaboradores nacionales, mal llamados liberales porque sus ideas son las de condicionar a los países a los intereses del capital especulativo.

Europa todavía no entró en la crisis final, antes los grupos de poder seguirán esquilmando, presionando, transfiriendo riqueza a los sectores del poder económico y sobretodo financiero, premiando a la especulación. Les dieron mucho pero no alcanza. Irán por más. A estos no les alcanza con ver los pueblos de rodilla, los quieren ver nock out. Los pragmáticos son así, pragmáticos.

 

(*) CPN, autor de “El Paraíso sobre tus zapatos” y “El maratonista”

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