“En Rosario voy a cumplir otro gran sueño: lograr que un espectáculo tenga una convocatoria impresionante”. El bailarín y coreógrafo Flavio Mendoza, director de Stravaganza Water in Art, ya está en la ciudad donde vivirá las próximas semanas y en donde buscará hacer historia con este espectáculo que, anoche, tuvo su debut con una gala para invitados y que continuará al menos hasta el 19 de julio en el Salón Metropolitano (Alto Rosario Shopping) con dos funciones diarias. Las entradas continúan a la venta a través del Sistema Turboentrada y en el local de Sarmiento 780.
Del espectáculo que ya vieron más de 150 mil personas en todo el país, además de Mendoza, participan Noelia Pompa, Maxi de la Cruz, Facundo Mazzei, Gisela Bernal y más de 40 actores en escena.
“Tenemos más de 20 mil entradas vendidas y seguimos agregando funciones”, dijo el también creador y director de la obra a El Ciudadano, en un encuentro previo al comienzo de esta serie de shows. Y más tarde, en ese mismo encuentro, confió: “Siento que vivo una fantasía”.
Con una puesta impresionante que la asimila a las grandes producciones como la que en 2012 trajo la compañía Fuerza Bruta al mismo espacio, para mover la escenografía de Stravaganza por el país, fue necesario movilizar unos quince camiones. “No quise hacer una gira más chica para el interior porque soy entrerriano, un tipo del interior, y me parece que no está bueno hacer diferencia”, opinó.
Interviniendo cada parte del espacio, el escenario es quizá la vedette de la puesta con un piso hidráulico que guarda una pileta en su interior, llevando al espectador a un mundo que no permite descubrir los artificios.
Los dispositivos son una constante en todo el desarrollo: una jaula, un gigantesco barco de hierro que cuelga desde lo alto y parece navegar sobre el escenario toman un lugar preponderante como objetos cargados de sentido que buscan sensibilizar.
El imponente espectáculo que combina danza, acrobacia, ritmos, música en vivo y humor y que durante el verano brilló en la cartelera de Carlos Paz, donde fue visto por más de 120 mil personas, es hoy el fenómeno teatral más importante de la Argentina. “Yo esperaba hacer algo que me diera placer a mí; no puedo pensar en algo que no me guste; no soy tan comercial para llevarme todo por delante a ese precio. Estoy viviendo una fantasía: soy un tipo que no quiere sacar los pies de la tierra porque no quiere aturdirse”, expresó Mendoza.
Tratando de entender las cosas que hacen de Stravaganza (en todas sus versiones) una de las propuestas teatrales más elegidas por los argentinos, para Mendoza la clave del éxito es “lo novedoso de lo que presentamos” y el hecho de que, como dijo, “salió del esquema de poner cuatro figuras conocidas de la tevé” para de esa forma “hacer que eso movilice al público: Nosotros trabajamos mucho el contenido”, relató.
En cuanto a la trama argumental, la obra tiene muchas partes de lo que Mendoza vivió en su vida personal. Esa radiografía llevada al escenario se hace evidente a través de múltiples expresiones artísticas, de destreza pero también temáticas. “Water in Art fue el primer espectáculo que se hizo (de Stravaganza) pero lo que mostraremos en Rosario quedó totalmente superado a lo que hicimos anteriormente. Este show tiene momentos muy emotivos. A la gente no le va a ser fácil olvidar lo que verá”.
Dividida en escenas, la obra apela a los cuerpos que, desde acrobacias en el agua y el aire, hasta bailes desenfrenados y emotivos sobre el suelo firme, revelan energías profundas que entran en efervescencia brotando como forma vital de ser. En el agua como peces, en el aire como pájaros, los cuerpos son pura energía animal, fuego que revela, confronta e invita a pensar en los mandatos y en la liberación.
Como un acto vital, Flavio parece querer contar pero también inquietar, cuida al público y lo respeta, quiere dar lo mejor y deja todo en ese intento.
“Mas allá de que la gente me quiera ver a mí, y yo se los súper agradezco, ojalá que con el tiempo Stravaganza se convierta definitivamente en una marca que trabaje por sí sola”, destacó el director de la obra al tiempo que se entusiasmó con el rol de productor y, sin renegar de la fama, “la que me hizo poder hacer todo lo que quiero”, dijo que le gustaría que “la gente no vaya a ver al famoso por salir en la tele” sino que busque en la obra porque ella está creada para dejarle “algo espiritual y de entretenimiento”.
Sobre los orígenes de Stravaganza, Flavio Mendoza contó que nació tras “encontrar un techo como director artístico de una obra de Nito Artaza (Cristina en el país de las maravillas). “Yo quería innovar y sentía que Nito me frenaba porque era su espectáculo. Cuando me desvinculé de él empecé a buscar el proyecto a seguir. Y se fueron dando las cosas hasta que logré caer en Carlos Paz con un teatro que se estaba construyendo y esa fue la facilidad estructural que me permitió pararlo para hacer una pileta en el escenario. Nadie me entendía, los productores decían que estaba loco, pero se embarcaron conmigo en esa locura y nos fue muy bien”.
Sobre el proyecto de llevar este espectáculo al exterior, Mendoza confió que, luego de Rosario, la gira continuará en Uruguay: “Es el puntapié para, el año que viene, empezar a hacer una gira internacional más lejana. Ahora que el escenario es una realidad concreta, aparecieron lugares lejanos como Israel pero también Brasil, que quiere contratar Stravaganza durante tres años para mostrarlo en distintos países”.
