«Mi abuelo me contaba de los inicios del Monumental»; «Que vuelva el cine, que vuelvan las historias», «Crecí con la magia del cine y espero que no se termine nunca»; «En este cine conocí al amor de mi vida»; «Acá vi mi primera película»; «Las ilusiones suelen ser muy poderosas y la mía es que vuelva el cine»; «Los mejores momentos de mi vida fueron en este cine»; «Tan necesario para Rosario y los comercios». Son sólo algunos de los mensajes que los ciudadanos de a pie, quienes pasan por el cine Monumental, escriben de puño y letra y dejan en una urna pidiendo que vuelva el séptimo arte a la histórica esquina de San Martín y San Luis.
Las pantallas se pusieron oscuras y los 25 empleados del complejo (para que se visibilice la problemática) pegaron en los afiches de los estrenos de las películas algunos de los mensajes de las rosarinas y los rosarinos pidiendo por su reapertura.
«La gente nos viene a preguntar cuándo abrimos y de manera espontánea empezaron a dejar mensajes escritos de puño y letra. Se nos ocurrió poner una urna en la puerta del cine para que puedan dejar plasmado en un papel lo que les genera que esté cerrado y hacer más visible nuestra problemática», contó Adrián Ortiz, desarrollador y director de contenidos del Nuevo Monumental.
Uno de los sectores que más sufrieron los coletazos de la pandemia fueron los cines. Esta situación se suma al panorama de incertidumbre que rige en la provincia con respecto a la vuelta de la actividad.
El Nuevo Monumental tiene sus 1.200 butacas vacías desde hace un año y dos meses. Sólo reabrió durante un mes: en abril de 2021, con una capacidad ocupacional del 30%.
«Santa Fe está encaprichado en no abrir los cines. En la mayoría de las provincias ya hubo reapertura. No hubo contagios en el cine. No podemos perder las vacaciones de invierno y necesitamos reabrir este 9 de julio para tener un minialivio», advirtió Ortiz.
Y amplió: «Es un cine 100% de capital argentino con 25 empleados rosarinos y es la columna vertebral de calle San Luis. Si cierra el complejo, la peatonal se transforma en una avenida de zombies y va a desaparecer el centro. Nos dejaron a la deriva. Si no nos habilitan los cines cerramos en menos dos meses».
Un inversión millonaria
En agosto de 2018 la empresa Compañía Monumental SA despidió a 28 trabajadores del complejo de cines de San Martín y San Luis y declaró la quiebra. En noviembre de ese mismo año, un grupo inversor de Buenos Aires puso en marcha un plan de rescate: en enero de 2019 reabrió salas y en marzo del 2020 llegó la pandemia del coronavirus.
Los cuatro nuevos inversionistas que se hicieron cargo del complejo invirtieron en estructura de aislación, tratamiento acústico, insonorización, butacas, sistemas 3D, equipos de proyección de última tecnología, pantallas, sistemas de gradas y salas stadium para que tengan el mismo confort que los cines americanos, según describieron.
«No tuvimos el tiempo suficiente para recuperar los más de 1,2 millones de dólares que invertimos en el Monumental», detalló el desarrollador y director de contenidos. Y agregó: «Invertimos y tenemos que pagar deudas que no soportamos más. No lo valoran».
Ayuda económica
Ante el complejo escenario, el sector pidió ayuda económica al gobierno provincial para poder sobrellevar la difícil situación que atraviesan desde marzo del 2020.
«Hace mucho tiempo que venimos hablando con autoridades del área de Producción, de Salud. El cine fue marginado. Sólo está la voluntad política de quedar como héroes del rescate o responsables del cierre y la desaparición del cine», definió.
«Pedimos que las autoridades intervengan a quienes invirtieron en la ciudad. Este golpe fatal nos dejó de rodillas», lamentó Ortiz.
«El cine es un lugar de cultura, un espacio de integración social, de distracción. Puede ser el primer año en la historia que Rosario no tenga cines en la peatonal», destacó.
Incertidumbre y tristeza
Cintia y Macarena trabajan en el Nuevo Monumental desde el 2018. Ambas hacen tareas multifunciones y son las que están en la puerta del cine recibiendo los mensajes de los ciudadanos.
«Estamos esperando una respuesta que ni el gobernador Perotti ni el intendente Javkin nos dan. Hay silencio de todos lados. Estamos interactuando con la gente y todos piden que reabran el cine. Todo trabajo es esencial», explicó la joven.
Y amplió: «Vienen los abuelos con sus nietos y nos cuentan historias. Muchas veces se nos caen las lágrimas. Es una distracción para chicos y grandes. Y mucha gente mayor que vive sola venía los fines de semana».
¿Por qué no podemos abrir cumpliendo con el protocolo sanitario correspondiente? ¿Cuál es la excusa?, se pregunta Cintia.
Macarena siente una mezcla de impotencia y bronca: «Decidimos pelearla con los dueños. Vimos renacer al Monumental. Es nuestra fuente de trabajo, queremos que nos escuchen y que podamos reabrir. Mucha gente pasa por día por la puerta del cine para pedir que no cierre».
María Rosa tiene 65 años y mientras se le aguaban los ojos contó que venía con su mamá, su papá y de la mano de sus hermanas. «Pasar y ver cerrado el cine es un dolor inmenso. También para los trabajadores que necesitan las fuentes laborales y mantener a sus familias».