Los mercados en la ciudad existieron desde mediados del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. El Mercado de Abasto fue inaugurado el 2 de septiembre de 1918 en la manzana comprendida entre las calles Sarmiento, Ituzaingo, Mitre y Pasco. En un principio se dedicó casi exclusivamente a la venta de verduras y frutas, dado que el que proveía de esta mercadería en forma mayorista estaba en avenida Pellegrini y Moreno (donde están hoy los Tribunales Provinciales) desde 1856 pero cerró en 1918. El nuevo mercado con el tiempo fue ampliando y variando su contenido. Fue creciendo y subsistió hasta entrados los años 60 cuando fue demolido. En la actualidad se ubica la plaza Libertad.
El historiador y docente Eduardo Guida Bria señaló a El Ciudadano que “aunque uno de los más conocidos fue el Mercado Sud, luego Central, no fue el único ni el más importante, junto a él coexistieron y se sucedieron otros tantos mercados, cada uno generando a su alrededor un paisaje único y un mosaico particular de personajes relacionados con este ámbito”
Hasta la década de 1850, la ciudad de Rosario no contaba con ningún mercado, fue en el año 1855 cuando el Poder Ejecutivo de la Provincia llamó a licitación para construir un mercado público en el terreno comprendido entre las calles San Luis, del Puerto (hoy San Martín), San Juan y Cortada Riva (hoy Pasaje Barón de Mauá). El acontecimiento fue percibido por los rosarinos como un gran progreso para la ciudad, ya que significó la respuesta a un reclamo que se venía dando desde hacía ya bastante tiempo.
Años más tarde se fue notando que resultaba chico para tanta afluencia de público, por ello se inauguró el Mercado de Abasto.
Guida Bria explica que el Abasto era un mundo que reunía la cultura de los quinteros e inmigrantes que tejieron un denso entramado entre el duro trabajo de la tierra y las agotadoras y afiebradas jornadas del mercado, que comenzaban a las 5 de la mañana y terminaban bien entrada la tarde, y que generaban un gran movimiento económico, del que vivían numerosas familias. Increíble pero real, cualquier visitante que no peine canas o que venga a Rosario no podrá enterarse de que en la plaza Libertad y sus alrededores existió un mundo propio de una película de Ettore Scola: el “cuadrado mágico del Abasto”.
Cuadrado mágico
Guida Bria explica que siendo mercado en una de sus calles laterales se ubicaba el Bar Cambiaso, que también tenía restorán y hospedaje. “Se situaba en calle Pasco 1134 y 1136, frente al viejo Abasto, ese ícono que marcó a fuego la historia del barrio transformado en una Pequeña Italia, donde predominaban los genoveses y los sicilianos. Enclavado en ese cuadrado mágico, llamado así por el historiador barrial Enzo Burgos, se convirtió en la principal feria municipal de verduras, frutas y hortalizas que funcionó desde 1918 hasta el 12 de enero de 1969. Con un ritmo febril durante casi todo el día, le otorgó una fisonomía propia al barrio que lleva su nombre, según la ordenanza aprobada, propuesta por la Vecinal Solidaridad Social. El horario era de 5 a 10 y de 14 a 18”, relata.
El Mercado de Abasto era una generosa construcción de paredes de material de 45 centímetros de ancho, techos de estructura de hierro y chapas de cinc, y puestos exteriores identificados con chapitas azules con los números blancos esmaltados, como los de las casas, y el nombre del comercio pintado sobre la persiana del frente. En la esquina de Sarmiento e Ituzaingo se ubicaba el tradicional restaurante Cesarín que disponía de un menú variado y que por la noche lo visitaban muchos de los puesteros que tenían su comercio enfrente.
Casas de inmigrantes y vehículos ingleses
El historiador destaca que el mercado estaba atravesado por un par de calles empedradas paralelas, que corrían de Mitre a Sarmiento, y por otra que lo hacía entre Pasco a Ituzaingo, más una segunda arteria que entraba por Mitre, pero que sólo llegaba hasta el centro de la manzana. Por la calle Sarmiento había inmuebles particulares reciclados y alquilados a otros comerciantes que se acercaban a la zona del mercado atraídos por la afluencia de público que llegaba hasta esas cuadras. Había negocios que se ubicaban entre la avenida Pellegrini hasta la calle Cerrito, en ambas veredas. Así resaltaban las casas de familia de los Gavilán, Bilbao, Tuoto y Siciliano, entre tantos otros.
Las calles tenían distinto sentido al actual, por ejemplo, Mitre con mano hacia el sur y Sarmiento hacia el norte. Los vehículos estacionaban a la izquierda porque tenían volante a la derecha, de la época de los ingleses. Por la primera de las arterias pasaban los tranvías, el 7 y el 18.
Artículos para todos los gustos, restaurantes y hospedajes
Los puestos exteriores comercializaban frutas y hortalizas, tenían cuatro metros de frente por seis de fondo, con entrada y salida interna y externa. Sólo algunos contaban con sótano para refrigerar mejor la mercadería.
En las calles adyacentes al mercado había una gran cantidad de comercios como almacenes, semillerías, canasterías y peluquerías. Un clásico del mercado eran los bares y restoranes, algunos con hospedaje. Viejos cafetines con despacho de bebidas en el mostrador y mesas de billar y casín y canchas de bochas, como el bar Cívico, el café del club Pleamar y el bar El Luchador.
Con club y todo
Guida Bria explica que “es de destacar que el 9 de julio de 1944 un grupo de personas vinculadas al mercado fundaron una nueva institución la cual bautizaron Club Cultural Social y Deportivo P.L.E.A.M.A.R., cuyas siglas significaban: Puesteros, Locatarios, Empleados, Anexos, Mercado Abasto Rosario. Situó su sede en la calle Sarmiento 1944, frente al frigorífico Cele y Cía. (que aún hoy conserva su fachada)”.
Y continúa detallando que la misma era una modesta casa de cinco piezas donde había un café hecho en dos habitaciones unidas al tirar una pared, una cancha de tenis de mesa , la secretaría y un patio. La actividad principal del club fue el fútbol, por tal razón se afilió a la Asociación Rosarina en 1945. En un principio integró la división comercial, para luego ingresar a la primera división, disputando el torneo Gobernador Molinas hasta el año 1963. El equipo Pleamar hacía las veces de local en la cancha de Rosario Puerto Belgrano, sita en 27 de febrero y Convención, y su casaca era de color blanco, cruzada en diagonal por una franja de color azul. El paso del tiempo hizo que el club desaparezca, al igual que el mercado.
Clausura
El 12 de enero de 1969 la Municipalidad concretó la clausura del viejo Mercado de Abasto. Desde temprano y como medida preventiva, las autoridades desplegaron en las adyacencias del mismo un gran operativo policial, con la participación de carros de asalto, el escuadrón de seguridad a caballo y la guardia de infantería, para impedir que nadie ingresara al mercado.
Guida Bria señala que, en el interior, una gran cantidad de puesteros trabajaron apresuradamente para embalar la mercadería existente antes de su decomiso por la Municipalidad. Alrededor de las 18 horas emprendieron la marcha, con sus vehículos cargados de productos, hacia el Mercado de Concentración de Fisherton, su nuevo ámbito de trabajo, el que abrió sus puertas al día siguiente.
Otros puesteros decidieron ir al Mercado de Productores de bulevar 27 de Febrero y Cafferata.
La medida, impulsada por el intendente Luis Beltramo, venía a satisfacer las demandas de los vecinos del mercado, amenazada por un tráfico convulsionado y las condiciones antihigiénicas.
Tres días más tarde la Municipalidad llamó a licitación pública para la demolición del antiguo edificio.