Los primeros datos de desempleo en la era Milei exhiben parte del impacto de las medidas tomadas en su desembarco a la presidencia. Hay un importante crecimiento de ocupados que demandan otro trabajo, ya que cada vez les alcanza para menos. Además, las pérdidas laborales se dieron en mayor medida en los sectores más precarizados como los informales y autónomos.
Estas dos situaciones generan una presión constante sobre el mercado laboral. Eso se traduce en más personas buscando empleo en un contexto de recesión económica. Este fenómeno traccionará aún más el dato de desempleo, que en este trimestre creció 2 puntos respecto al dato previo y menos de un punto en relación al primer trimestre 2023.
Otro dato que reflejan los datos oficiales, es que aún no se verifican importantes pérdidas en el sector formal. Si bien hubo despidos por goteo, en relación a lo que sucedió en el sector no registrado, fue menor. Esto tiene que ver con que todavía no existen despidos o cierres masivos en las empresas más importantes, y en el peor de los casos optaron por suspensiones, a la espera de que la caída en la actividad muestre señales de recuperación.
Respecto a este tema, la coordinadora de la Usina de Datos de la UNR, Paula Durán, explicó: “Ante una crisis, el sector formal no se deshace de la fuerza de trabajo, la aguanta un poco, es un fenómeno que se conoce como efecto retención. Pero eso depende de la extensión y de la profundidad de la crisis. Cuánto más larga sea, no hay posibilidad de retener a esa fuerza de trabajo. Si sigue esta tendencia, es esperable que se destruyan también puestos en ese sector”.
En diálogo con El Ciudadano, también se refirió a lo que sucede en el Gran Rosario y explicó: “Al contrario de lo que sucedió en el resto de los aglomerados, la oferta laboral descendió, hubo un retiro muy importante de personas que se retiraron del mercado de trabajo. No buscaron. Por tanto, el desempleo descendió. Eso se conoce como efecto desaliento, hay gente que no salió a buscar trabajo por falta de oportunidades laborales, entre otras cuestiones”.
Pasando en limpio: el porcentaje de desempleo que dio a conocer el Indec a nivel nacional escaló del 6,9% el primer trimestre de 2023 al 7,7% en el mismo período de este año. Cabe destacar que el dato previo (cuarto trimestre de 2023) fue 5,7%. Por su parte, en Gran Rosario entre el primer trimestre de 2023 y el de este año, pasó del 7,9% al 5,6%.
Informales a la deriva
Un informe del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la CTA Autónoma analizó la caída en la tasa de empleo, que bajó del 45% al 44,3%. Verificaron que esta destrucción de empleos se debió especialmente a la caída de formas no asalariadas de empleo (mayoritariamente explicada por la menor cantidad de trabajos por cuenta propia) y por la destrucción de puestos de trabajo asalariados no registrados.
Por otra parte, midieron cuánto peso tuvo la pérdida en cada uno de esos sectores precarizados y destacaron que el empleo por cuenta propia -que en la Argentina es mayoritariamente poco calificado y de subsistencia- explica el 45,4% del total de la pérdida de puestos de trabajo.
Si se considera también las relaciones asalariadas clandestinas se concluye que 6 de cada 10 puestos de trabajo perdidos en los últimos tres meses formaban parte del heterogéneo campo de la informalidad laboral. La caída de empleos asalariados formales, según nuestras estimaciones en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), sería cercana a los 156 mil (expandiendo la población al total urbano).
Por último, el informe del IEF CTAA advierte sobre el nivel de ocupación demandante que existe actualmente en el mercado laboral y cómo eso puede llegar a repercutir en una suba considerable del desempleo.
El desempleo puede permanecer transitoriamente oculto en la inactividad, pero también, paradójicamente, en el campo de la ocupación a través de formas de empleo de muy baja calidad para población que al mismo tiempo busca un empleo mejor. Este fenómeno creció sensiblemente en el trimestre analizado y representa el 16% de la PEA. Es decir, que si se suma la desocupación abierta (7,7%), la presión sobre el mercado laboral trepa al 23,7%