Lionel Messi fue verdugo del Alejandro Sabella entrenador en 2009, cuando marcó el gol del triunfo para Barcelona en la final del Mundial de Clubes que los españoles le ganaron a Estudiantes en tiempo suplementario, por 2 a 1, y dos años más tarde se convirtió en el capitán del seleccionado argentino cuando el entrenador tomó las riendas del representativo nacional.
Aquel encuentro entre catalanes y platenses se disputó el sábado 20 de diciembre de 2009 en Abu Dabi, donde Estudiantes empezó ganando con un gol de cabeza de Mauro Boselli a los 37 minutos del primer tiempo, pero por la misma vía igualó Pedro a los 44 del segundo período, cuando el Pincha ya preparaba el festejo por esa victoria ante el mejor Barcelona de todos los tiempos.
Y en el minuto cinco del segundo período suplementario apareció Messi para aprovechar un centro desde la derecha de su ataque y «de pechito» doblegó la resistencia del arquero Damián Albil.
La celebración de Lío molestó a los hinchas de Estudiantes fundamentalmente por su condición de connacional, pero las vueltas de la vida y el fútbol volvieron a cruzar sus caminos apenas un poco más de un año y medio después, luego de que Sabella asumiera al frente del seleccionado albiceleste, el sábado 6 de agosto, luego de una fallida Copa América que organizó Argentina y derivó en el alejamiento de su antecesor, Sergio Batista.
Al mes siguiente Argentina emprendió una gira por la India y en Calcuta fue cuando en un amistoso ante Venezuela que el seleccionado nacional ganó por 1 a 0 con gol del defensor Nicolás Otamendi, de cabeza, el 2 de septiembre, Sabella le otorgó a Messi el brazalete de capitán que ya no volvería a sacarse hasta la actualidad.
Y juntos emprendieron un largo viaje que duró casi tres años, hasta el Mundial de Brasil 2014, donde Messi compartiría con Sabella el dolor de una final perdida, la de, otro torneo ecuménico, aunque este a nivel selecciones.
Este martes Messi, a pocos minutos de salir a jugar en el Camp Nou con Barcelona, donde su equipo fue aplastado 3 a 0 por la Juventus de Cristiano Ronaldo por la Liga de Campeones, Sabella fallecía, y ya sus caminos no volverán a encontrarse en esta tierra.
Pero el vínculo entre entrenador y capitán, entre técnico y jugador, pero fundamentalmente entre dos seres humanos a los que el fútbol los tuvo primero en veredas y hechos opuestos y luego avanzando juntos sobre la misma ruta, los unirá para siempre.