Lionel Messi y Barcelona se quedaron sin final de la Champions League ante una remontada histórica de Liverpool, que lo goleó 4-0 en Anfield y revirtió la derrota 0-3 del duelo de ida en el Camp Nou.
El belga Divock Origi y el holandés Georginio Wijnaldum, ambos en dos ocasiones, posibilitaron el milagro futbolístico para Liverpool, que aún sin sus figuras en ataque Mohamad Salah y Roberto Firmino por lesiones, se dio un gran gusto frente a su gente en Anfield.
Liverpool definirá el título ante el ganador de la serie que cerrarán este miércoles en Holanda Ajax de Amsterdam (1) y Tottenham Hostpur (0).
La gesta de Liverpool se basó en la creencia de sus chances sin perder el poderío ofensivo a pesar de las ausencias ante un Barcelona irresoluto.
El equipo del alemán Jürgen Klopp fue superior en los primeros 15 minutos y el primer gol de Origi, que nació en un error de Jordi Alba en el pase atrás, ayudó a la recuperación en el marcador.
Cuando Barcelona sorteó el asedio de Liverpool con la presión en ataque, Messi encabezó los contraataques.
El crack rosarino generó peligro con remates de media distancia que en algunas instancias encontró la resistencia del arquero brasilero Alisson.
A medida que pasaron los minutos, Liverpool no se desesperó, no miró con nervios el tablero de Anfield y siguió a rajatabla con el plan de atacar, pero cuidó las espaldas.
El ingreso de Wijnaldum rompió el molde. Klopp lo mandó a la cancha para sustituir al maltrecho Robertson y resultó clave en la levantada con dos goles.
Liverpool salió mucho más decidido en la segunda etapa y Barcelona no soportó la presión. El empate en la serie significó un golpe definitivo y solamente centró su esperanza en Messi.
El máximo artillero histórico de Barcelona no encontró socios. Cada vez que recibió la pelota fue rodeado por una línea de jugadores de Liverpool que no le permitieron margen. Y cuando tuvo un tiro libre a favor, pegó en la barrera.
El éxtasis para Liverpool apareció en el momento menos pensado, especialmente para Barcelona.
Alexander-Arnold se hizo cargo de un córner en silencio, observó que los jugadores catalanes estaban distraídos y envió el centro que se depositó en el pie de Origi para el 4 a 0.
Desde ahí, Barcelona ni siquiera exhibió un atisbo de reacción. La serie quedó sentenciada.
El gesto adusto y triste de Messi resumió el semblante de Barcelona. El grito desaforado del plantel de Liverpool fue la imagen de la victoria, la resurrección y del premio a la creencia.
Liverpool logró su segunda final consecutiva, el año pasado perdió con Real Madrid, e irá en busca de su sexta conquista.
Los hinchas ingleses entonaron el famoso «You’ll Never Walk Alone» y recordaron el partido épico de 2005 cuando levantó un 0-3 ante Milan de Italia en la final que ganó por penales, su último título de la Champions League.
La final de la Liga de Campeones 2018/2019 se disputará el 1 de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid.