Por Mariano Hamilton / Noticias Argentinas
Hace unos días, y en medio del periplo mediático por los sucesos de Rosario que incluyeron una balacera al supermercado del padre de Antonela Roccuzzo, la esposa de Lionel Messi, la ex ministra de Seguridad Sabina Frederic habló de organizar un plan de desarme y agregó que sería «súper interesante» que la «Pulga» aportara su colaboración.
“Sería súper interesante que Messi colaborara en eso, ya que es su ciudad. Es una idea que teníamos en el Ministerio de Seguridad que no pudimos llevar adelante. Esto se hizo en la época de Cristina y en otros países y siempre es muy efectivo. Hay que sacar las armas de la calle”, señaló Frederic.
En la misma línea, analizó también la situación que abarcaba desde las falencias de las fuerzas de seguridad locales a la falta de presencia del Estado para garantizar la seguridad en el territorio.
El título de los medios de comunicación masivos y opositores al Gobierno fue reduccionista, como para casi siempre: “El insólito pedido de Frederic”; hasta un enojado: “¿Qué más le vamos a pedir a Messi?”.
Más allá de la polémica, si hay acuerdo en que conlleva un problema que la población civil esté armada, surge la pregunta: ¿Cuál es el problema en pedirle a Messi que haga un posteo en Instagram diciendo que lo mejor es entregar las armas y que una población civil armada profundiza el problema? ¿Es tan desubicado convocar a figuras con cierto predicamento para que colaboren en la concientización del público?
Hace pocos días el basquetbolista de la NBA, Ja Moran, apareció en un vivo de Instagram en una fiesta portando un revólver. La reacción inmediata de Memphis Grizzlies, la organización en donde juega y es figura excluyente, fue separarlo por dos partidos.
El mismo JA Morant pidió perdón por lo ocurrido: “Me responsabilizo completamente por mis acciones. Me disculpo con mi familia, compañeros, entrenadores, aficionados, pareja, la ciudad de Memphis y toda la organización de los Grizzlies por defraudarlos. Me tomaré un tiempo para recibir ayuda y aprender cómo lidiar con el estrés”.
El caso ahora es investigado por la NBA y por la policía de Glendale, Colorado. Es más, el periodista Marc Stein señaló que el contrato colectivo de trabajo de la NBA indica que tener un arma de fuego cerca del equipo implica una suspensión automática de 50 partidos. Por eso la Liga está tratando de confirmar cómo es que el base de los Grizzlies obtuvo el arma tras la derrota contra los Denver Nuggets de la semana pasada.
Además, hay un apartado que aclara que los jugadores las posean deben notificarlo antes del inicio de la temporada al presentar una presentar licencia y su registro.
Se resalta también que si no se cumplen estos requisitos cualquier jugador será acreedor a sanciones por parte de la NBA por considerar a su conducta es dañina. O sea, la NBA, entiende que la portación de armas por parte de civiles es un problema y lo encara con seriedad y severidad.
No se trata de una ONG sin fines de lucro sino de un circo que encarna al corazón mismo del capitalismo.
Otro que militó para el desarme es Steve Kerr, entrenador de los Golden State Warriors. Hace nueve meses, luego de una de las tantas matanzas que ocurren en Estados Unidos en Universidades y colegios dijo entre angustiado y enojado: «No voy a hablar de baloncesto hoy. Ninguna pregunta de baloncesto importa. Desde que salimos esta mañana del entrenamiento, 14 niños (la cifra de víctimas subió luego a 18) y un profesor fueron asesinados a 400 millas de aquí (644 kilómetros). En los últimos diez días, hemos tenido a ancianos negros asesinados en un supermercado de Búfalo, a feligreses asiáticos asesinados en el sur de California y ahora tenemos a niños asesinados en la escuela. ¿¡Cuándo vamos a hacer algo?!», gritó.
«Estoy cansado, muy cansado de aparecer aquí a dar condolencias a familias devastadas. Estoy muy cansado. Disculpen, lo siento. Estoy cansado de los minutos de silencio. Basta», continuó.
A su parte, remató, en referencia a quienes no quieren que los deportistas se metan en política con esto: “Hay 50 senadores que rechazan votar la ley HR8. Hay una razón por la que no votarán: para mantener su poder».
Asimismo, le apuntó directamente a un senador republicano, Mitch McConnell: «Te pregunto a ti y a todos ustedes, senadores que rechazan hacer algo sobre la violencia, los tiroteos en escuelas y supermercados. Les pregunto: ¿Van a poner su propio deseo de poder por delante de las vidas de nuestros niños, ancianos y feligreses? Porque eso es lo que parece. ¿Cómo te sentirías si esto te pasara a ti hoy? 50 senadores en Washington nos tienen como rehenes. ¿Se dan cuenta de que el 90 por ciento de los estadounidenses, más allá de su partido político, quieren antecedentes universales para comprar armas? Nos tienen como rehenes 50 senadores en Washington que rechazan incluso someter (el proyecto de ley) a voto, pese a lo que los estadounidenses quieren. No lo votarán porque quieren conservar su propio poder. ¡Es patético! Ya he tenido suficiente», expresó y abandonó la sala de prensa indignado.
No le pedimos tanto a Messi, claro, pero ¿está mal que se sume a una campaña para que los civiles se desarmen? La respuesta es rotunda: ¡no! Si tanto le importan la Argentina, su gente y Rosario, ya debería estar redactando el texto.