En febrero último, la brasileña Marcopolo (la firma controlante de Metalpar) cerraba la planta de carrocerías más grande del país, Loma Hermosa, y dejaba a medio millar de trabajadores en la calle. Este miércoles, anunció que retomará en Santa Fe la fabricación en el rubro, centrada en colectivos de corta y larga distancia. Fue a través de un incremento accionario en la sociedad que mantenía, junto a inversionistas chilenos, con la santafesina Metalsur, que posee una nave industrial de 85.000 metros cuadrados de superficie en Villa Gobernador Gálvez. Allí concentrará la producción de toda la Argentina.
La compañía Marcopolo, con sede en Rio Grande do Sul, informó que pagó 9 millones de dólares por el 49 por ciento de Metalsur Carrocerías, fundada en 1989 por Miguel Maestú. Luego de una reorganización societaria, la brasileña comunicó que pasará a detentar, en forma directa e indirecta, el 70 por ciento del capital de la santafesina. También, el 51 por ciento de la bonaerense Loma Hermosa, en la cual hasta ahora tenía la mitad. Su socio, en ese caso, es el grupo chileno Metalúrgica Paredes.
Metalsur facturó 24,4 millones de dólares en 2018, con una ganancia bruta de 3 millones de la misma moneda. Un año antes, su facturación había ascendido a 43,3 millones de dólares, con utilidades brutas por 12,2 millones.
En su balance del primer trimestre de este año, Marcopolo informó que el cierre de la planta de Loma Hermosa le había costado 19,2 millones de reales, o unos 5 millones de dólares.
El entramado societario remite a otro nombre: Metalpar SA, perteneciente a la brasileña y a Inversiones Loma Hermosa, había firmado el 14 de diciembre de 2012 un contrato para la compra del 51 por ciento de las acciones de Metalsur, mediante una inversión declarada de 9 millones de dólares.
En febrero último, Metalpar anunció el cierre de la fabricante de carrocerías para micros y camiones más grande de la Argentina, ubicada en Juan Lavalle 9548, justo en el límite entre los partidos bonaerenses de San Martín y 3 de Febrero. Argumentó la caída de ventas internas y condiciones económicas hostiles para su desempeño. Ahora vuelve sobre sus pasos, pero con 500 trabajadores engrosando la estadística de desocupación.