Arturo Contreras, periodista mexicano e integrante del colectivo editorial Pie de Página, fue entrevistado por Vale Doble (Sábados 9 a 11 hs, por radio UNR) para contar cómo se vivió en México la elaboración conjunta con Argentina de la llamada “vacuna de Oxford”, mediante convenio con la firma AstraZeneca y la firma AbXcience, más el financiamiento del empresario Carlos Slim, poseedor de una de las mayores fortunas del planeta. También, brindó detalles del reciente encuentro de López Obrador con Donald Trump y analizó las relaciones diplomáticas de su país con los Estados Unidos.
—¿Qué impacto tuvo el anuncio allí de la noticia de la vacuna?
—Bueno, yo cubro diariamente las conferencias que da el Secretario de Salud, Hugo López Gatell, que es la cara visible del gobierno mexicano ante la pandemia. Y el anuncio llegó de forma inesperada, no sé si en la Argentina les pasó algo parecido. Además, se dio primero allí en vuestro país y ese mismo día aquí en México, cuando ya había trascendido pocos minutos antes el anuncio, se dijo que no sería sino hasta el día siguiente que el propio presidente daría información sobre el tema. A la mañana, entonces, López Obrador brindó la conferencia hablando de la vacuna, para la cual invitó tanto al titular de AstraZeneca como al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que fue el que hizo el trato para que la vacuna llegue a nuestro país y según se ha mencionado aquí, también tuvo mucho que ver con la posibilidad del acuerdo con la Argentina.
—¿Cómo está hoy la situación en México?
—En lo económico, hay un panorama bastante preocupante. El Consejo Nacional de la Pobreza estima que podríamos llegar a tener nueve millones de personas más en la pobreza desde el inicio de la pandemia. Y caminar por las calles o los centros comerciales es desolador, es encontrarse con numerosos comercios cerrados. Entonces, la noticia de la vacuna es muy alentadora, pero el Secretario de Salud insistió en decir: ´Recuerden que la pandemia no ha terminado, que todavía no tenemos una vacuna segura y que ni siquiera tenemos un tratamiento’. Nos ha dicho que no bajemos la guardia, que no hay que hacer -como le decimos acá en México- un ‘estornudo de piqueta’, sino que hay que cuidarse de hacerlo en el codo, que no hay que cantar victoria antes de tiempo. Hay que usar cubrebocas, mantener sana distancia, el lavado de manos y todo lo que sabemos son los cuidados. Entonces, se celebra el anuncio, pero estamos en vilo, porque no podemos estar tranquilos.
—Se entiende, porque en la Argentina vivimos una situación parecida. El presente es complicado, en contagios, fallecimientos y en la economía. En este marco, ¿cómo se lee que el empresario Carlos Slim haya sido el que se decidió a aportar el financiamiento necesario para la fabricación de la vacuna?
—Hay una historia que debemos recordar. López Obrador antes de ser presidente fue Jefe de Gobierno de la capital, del Distrito Federal. Y fue durante su gestión que tuvo un enfrentamiento muy grande con Slim, por su proyecto para recuperar el centro histórico de la ciudad, que desde 1985 -cuando hubo un fuerte terremoto aquí- había quedado muy abandonado y olvidado. Carlos Slim quiso hacer una recuperación, construir infraestructura más moderna y de alguna manera apoderarse de esa parte del DF. Allí hubo roces con López Obrador. (N. de la R: Las diferencias continuarían luego, en los primeros meses de la gestión de Amlo como presidente, por obras de ampliación de la red de fibra óptica y diferencias en torno al cierre del aeropuerto de la capital mexicana, al inicio de la pandemia)
—¿Se sabe cómo se consiguió para México la vacuna?
—Según tenemos entendido, la gestión se hizo durante una visita de López Obrador a Estados Unidos, a reunión con el presidente Trump, en la que también estuvo Carlos Slim. Y allí, el canciller mexicano habría hecho la gestión de acercamiento. Él ha sido una especie de facilitador hacia la iniciativa privada y el mercado exterior. Cuando empezó el gobierno de Amlo, Estados Unidos puso una amenaza arancelaria a nuestro país, si México no detenía la migración. Y quien tuvo protagonismo en ese momento, consiguiendo que no se concretara esa provocación del gobierno de Trump, fue el mismo Marcelo Ebrard.
—Cuando asumió Trump, la construcción del muro que lo separe de México fue una de sus principales consignas de campaña. Sin embargo, hoy se los ve en la foto con López Obrador. ¿Cómo se vive el tener como vecino a un país que sostiene desde su gobierno propuestas antimigratorias, pero a la vez sabiéndose que es inevitable no establecer una relación diplomática entre dos países con tantos kilómetros de frontera y una enorme cantidad de mexicanos viviendo en Estados Unidos?
—Es muy complicado y hay muchas aristas. La foto con Trump, de hecho, que fue hace una semana, le trajo muchas críticas tanto de sus seguidores, como de sus opositores. Algunos dijeron que le hizo de Puching Ball al presidente de Estados Unidos y que le ha ayudado a hacer su campaña. Aunque lo que puede verse también es que hoy Donald Trump respeta mucho a Amlo, cosa que antes no pasaba. Estamos lejos y es claro una opinión a la distancia, pero da la sensación de que Trump de la política xenófoba que sostenía en 2016, pasó a esta foto de hoy también porque necesita del voto latino. Creo que ambos se necesitan. Hay una relación que podríamos llamar sistémica además entre ambos países. El comercio de nuestro país depende mucho de lo que se exporta a Estados Unidos. El ensamble de autos, que es el producto que más se comercializa y es parte de las cadenas de producción más grandes a nivel mundial, necesita de una relación de respeto. Desde este punto de vista, creo que lo han hecho de una forma bastante correcta.