Las autoridades mexicanas informaron ayer que la mayoría de los 35 cadáveres arrojados ayer en Veracruz corresponde a personas con antecedentes delictivos, por lo que presumen que la masacre, la peor en este Estado, es parte del enfrentamiento entre bandas del crimen organizado.
El procurador de Justicia de Veracruz, Reynaldo Escobar, precisó ayer que los cuerpos corresponden a 23 hombres y 12 mujeres, entre los que hay dos menores y dos personas que figuraban como desaparecidos, uno de ellos policía, todos asesinados por asfixia, estrangulamiento o a golpes. Escobar detalló que la mayoría son de “personas vinculadas a actividades ilícitas”, como venta al menudeo de drogas, extorsión, secuestro y homicidio.
Esta identificación de las víctimas llevó a las autoridades a establecer la hipótesis que la masacre es parte de la guerra entre bandas criminales rivales, aunque el fiscal aclaró que aún no hay elementos suficientes para atribuir el hecho a un cártel o a otro.
Junto a los cuerpos había un mensaje con amenazas para el cártel de Los Zetas, que anunciaba la llegada del grupo GN, que sería Gente Nueva, una organización ligada al capo de Sinaloa Joaquín “el Chapo” Guzmán. Los cadáveres, con signos de tortura, fueron abandonados la tarde del martes dentro de dos camionetas y algunos tirados sobre el asfalto en un paso a desnivel de una avenida, frente a un centro comercial de Boca del Río, un municipio del área conurbana de Veracruz.
En tanto, ayer el presidente mexicano, Felipe Calderón, reclamó enla Asambleadela ONUa Estados Unidos colaboración en la guerra contra los narcos.