El pivot de Miami Heat Meyers Leonard quedó en el centro de la polémica este sábado al romper con la protesta contra el racismo que se realiza en la previa de todos los partidos de la NBA en la «burbuja» de Orlando, donde se reanudó la temporada tras el receso por la pandemia de coronavirus.
El basquetbolista sí portó la remera negra con el lema «Black lives matter» (las vidas de las personas negras importan) pero no se arrodilló para escuchar el himno estadounidense, como tampoco lo hicieron el viernes el jugador Jonathan Isaac (Orlando Magic) y el entrenador Gregg Popovich (San Antonio Spurs).
Leonard, cuyo hermano mayor combatió con el ejército estadounidense en Afganistán, permaneció en el banco de suplentes todo el partido ante Denver Nuggets pero su entrenador Erik Spoelstra negó que ello estuviera vinculado a su postura en la protesta y destacó que «tiene el respaldo de todos en el vestuario».
«Él apoya completamente este movimiento exactamente igual que todos en nuestra organización y en la NBA», dijo Spoelstra.
«Hoy, escuché a mi corazón (…) Mi hermano y muchos amigos cercanos han jurado proteger este país a toda costa, y eso significa algo para mí, al igual que la bandera y nuestra nación», escribió Meyers tras el partido en su cuenta de Twitter.
https://twitter.com/MeyersLeonard/status/1289696962606923776?s=20
«El movimiento Black Lives Matter también significa mucho para mí. Lo que ha sucedió y sucede en nuestro país es inexcusable y está completamente equivocado. Continuaré usando mi voz, mi plataforma y los recursos de mi familia para comprometerme a ayudar a hacer un cambio», aseguró.
«Estoy increíblemente agradecido por el amor y el apoyo de mis compañeros de equipo, la organización Miami Heat, mi familia y amigos. Conocen mi corazón y mi posición. Puedo estar orgulloso de mis creencias y también apoyar a BLM», completó su mensaje en la red social.
En la cancha, tras el partido, Leonard pidió comprensión sobre su postura: “Espero que la gente que no me conoce pueda aprender de esto. El mundo ahora parece blanco o negro y si no te arrodillas estás en contra. Y eso no es así”.
Desde el reinicio de la temporada de la NBA, el jueves pasado, todos los partidos comienzan con los jugadores apoyando una rodilla sobre el suelo durante el himno, como un gesto de apoyo a las masivas protestas contra el racismo y la brutalidad policial en la sociedad estadounidense.