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«Mi conexión con Argentina es por la música de Piazzolla»

Lo dijo este martes el célebre cineasta francés Léos Carax que visita por primera vez Argentina para acompañar una retrospectiva de sus películas en el marco del 33ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Léos Carax es una de las estrellas del presente Festival Internacional de Cine de Mar del Plata que en su 33ª edición ofrece un homenaje a la producción cinematográfica de Francia a quien designó como país invitado. Es en ese contexto que el director de Los amantes del Pont Neuf y Holy Motors, entre otras, llegó este martes para acompañar la retrospectiva en su honor y brindar una conferencia de prensa para los medios acreditados en el Hotel Hermitage.

Carax se muestra introvertido. Llegó en silencio al Salón Doré donde debía realizarse la conferencia y se retiró de igual forma. De palabras justas, medidas y precisas, rechazó solicitudes de fotos domésticas argumentando que “no le gustaba como salía”. Respondió todas las preguntas, dejó volar un poco su imaginación sobre sus inspiraciones, desnudó sus desconocimientos acerca del cine argentino, adelantó detalles de su próximo film que será su primer musical, y se refirió, entre otros temas, a la igualdad de género en el cine francés.

Consultado por el conocimiento de la cinematografía argentina, el francés fue contundente: “No sé nada pero sí puedo hablarte de mi conexión con la música de este país. Mi verdadera conexión con Argentina es por la música de Ástor Piazzolla. No era consciente de la belleza inconmensurable que tiene su música, de lo sorprendente que es”, dijo ante la consulta de El Ciudadano.

Con una carrera de más de tres décadas, Carax no filmó más que cinco películas: con sólo 24 años dio a luz Boy Meets Girl (1984) a la que le siguieron Mala sangre (1986), Los amantes del Pont Neuf (1991), Pola X (1999) y Holy Motors (2012). Y Mar del Plata proyectará su obra integral.

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“Una película empieza con una imagen, un sentimiento y con la amalgama de esas dos cosas. Cuando termino una película me olvido de cómo empezó todo”, dijo el realizador consultado sobre el proceso de producción de sus films. Y opinó: “El cine como tal es un lenguaje extranjero en sí mismo porque pensemos que comenzó como un lenguaje sin lenguaje, con las películas mudas. Y fue en esas películas que yo empecé a incursionar en mis tiempos de adolescencia en París”.

El París de Carax que se expresa en sus películas se distancia de esa Ciudad del Amor proponiendo un entorno muchas veces oscuro, misterioso y ambiguo. “Mi relación con París es un misterio para mí mismo, yo vivo ahí y por eso ahí filmo, casi por una cuestión de falta de imaginación”.

Una gran pasión

En una entrevista reciente, Carax se mostró entusiasmado con filmar una película sobre la música, una de sus grandes pasiones. El director afirmó que ahora se encuentra trabajando en un musical. “La música siempre fue mi gran ambición y me hubiera gustado poder vivir de ella”, expresó. Pero dijo por después: “Nunca fui talentoso y fui rechazado”.

Luego de afirmar que ese fracaso lo condujo al cine confió que ahora está “tratando de hacer un musical donde no se hable sino que se cante”. Y continuó: “Siempre creí que la música es una de las cosas más hermosas y por eso le di protagonismo en mi cine”.

Las desigualdades en el cine francés

La actual edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata está atravesada por la perspectiva de género. Con relación a cómo percibe el lugar que ocupa la mujer en el cine de su país, Carax opinó que si bien Francia es un país más cómodo para hacer cine en relación a otros países del mundo, “hay una mayor dificultad entre las mujeres que entre los hombres”. El cineasta contó que en sus casi cuarenta años de carrera, en sus equipos técnicos, siempre hubo pocas mujeres pero también pocas de raza negra, «recuerdo haber visto sólo un sonidista negro”, reveló. Y continuó: “Las desigualdades pasan no sólo con relación al género sino también en torno a otros conceptos. Como se dice en Estados Unidos, el cine es un entorno de hombres blancos, así lo era cuando empecé y así lo sigue siendo”.

Denis Lavant, el fetiche

Respecto de cómo afronta su trabajo Denis Lavant, su actor fetiche, con el que realizó cuatro de sus cinco films, Carax contó que lo conoció cuando tenía veinte años. “Lo fui descubriendo como actor; hice mi primera película con él y después me entusiasmó porque me gustó como trabajaba, por todo el abanico de posibilidades que representa, por esa capacidad que tiene de transformarse”, expresó, al tiempo que destacó que le encanta imaginarse haciendo películas en las que él participe.

En su último film, Holy Motors, Carax y Lavant volvieron a dar vida al personaje del Señor Mierda creado para la película Tokyo! (2008), un proyecto independiente en el que, además de Carax, tomaron parte Bong Joon-ho y Michel Gondry con tres historias diferentes y un mismo escenario: la capital de Japón.

“Tanto a mí como a Denis nos gustó este personaje y si bien lo utilicé parcialmente en Holy Motors tengo la intensión de volver a utilizarlo. Pienso que se lo puede utilizar en el mundo de hoy con los personajes tan temibles y terribles que existen hoy en día, estos payasos horripilantes que se ríen de nosotros, por mencionar a algunos: Bashar al-Ásad y (Donald) Trump. El Señor Mierda permite ubicarlo en su mundo”.

“No me considero un gran director de actores ni hablo mucho con ellos pero en el proceso de elegirlos, lo que trato es de imaginarme, y se lo propongo a ellos también, como si estuviéramos ingresando a un túnel del que no podemos escapar: ese túnel es la película”, ejemplificó finalmente el cineasta.

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