Por Mauro Campos (*)
Mi habitación es un lugar donde siempre estoy. Cuando la paso mal estar en mi habitación es como estar acompañado. También me gusta porque paso tiempo haciendo cosas y dibujando. Paso lindos momentos por más que sea sólo una habitación. Dentro de ella hay mucho color, muchas cosas lindas, alegres. Nada es apagado.
Tengo una cortina gigante de color roja. Un mini escritorio y un cajón para guardar cosas. Una cómoda con un lindo espejo, un sofá color celeste, mi cama y la mesita de luz. Por último, están los dibujos. Son muchos. En su mayoría son mandalas que los tengo pegadas en la pared.
También tengo una hermosa repisa llena de cuadros y fotos de mi familia y amigos. La puerta de la habitación es de madera color marrón, como el techo. Tengo una linda ventana gigante que da justo al patio de casa. Es hermoso cuando entra sol y todo se ilumina.
Además, siempre tengo la compañía de mi perrito. Es un cachorro de tan sólo dos meses y llegó a mi vida para hacerme compañía y feliz. Igual que mi habitación, que es mi lugar en el mundo.
*Mauro conoció el programa Nueva Oportunidad en el distrito Noroeste de la ciudad. Cada semana comparte el taller de escritura de la Cooperativa La Cigarra con 15 jóvenes para sumar herramientas y hábitos de convivencia que la lleven a una vida mejor.
Acompañados por periodistas de El Ciudadano se animan escribir. Hablan de su barrio y su familia, de aventuras con amigos, recuerdos lindos (y no tantos) de la infancia y muchos temas más que fueron surgiendo luego de ir conociendo distintos autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Abelardo Castillo, Mauricio Rosencof, Osvaldo Soriano o Eduardo Sacheri, entre tantos otros.
En Santa Fe hay 17 mil chicos y chicas como Mauro, en situación de vulnerabilidad, que son alcanzados por esta política de contención que capacita y busca un ingreso al mundo laboral.