El presidente brasileño, Michel Temer, completó este sábado dos años de mandato con índices de reprobación que lo convierten en el más impopular de los mandatarios de Brasil desde el fin de la dictadura militar en 1985 y con nuevas denuncias de corrupción en su contra.
Temer logró, con fuertes medidas de ajuste, una cierta recuperación de la economía, pero el número de desempleados en el país saltó de 11.4 millones hace exactamente dos años, a 13.7 millones en el primer trimestre de 2018.
Además de un severo ajuste fiscal que limitó todos los gastos públicos, incluyendo los destinados a salud y educación, Temer puso en marcha una reforma laboral combatida por los sindicatos y que limitó derechos conquistados hace décadas por los trabajadores brasileños, e insistió en otra impopular reforma para reformar el régimen de jubilaciones que finalmente se hundió.
Pero sus índices de reprobación también crecieron a la par de los escándalos de corrupción que salpican su gobierno desde un comienzo.
En la última encuesta de Datafolha, citada por la agencia <EFE>, su índice de aprobación se mantenía en el 6% mientras que un 70% reprobaba su gestión y un 23% la calificaba como regular.
De acuerdo al estudio de Datafolha, con base en las encuestas de popularidad de los presidentes de Brasil desde que el país recuperó su democracia, Temer es el más impopular de todos.
Su índice de rechazo supera incluso a presidentes que tuvieron que renunciar presionados por denuncias de corrupción o fueron destituidos por el Congreso como Fernando Collor de Mello (1990-1992) y Dilma Rousseff (2010-2016).
Temer, que inicialmente asumió como presidente en ejercicio y sólo fue confirmado en el cargo el 31 de agosto de 2016, luego de que el Congreso destituyera a Rousseff, comenzó su gobierno con un índice de rechazo del 31%, según Datafolha.
Tras su primer año la impopularidad ya había llegado al 61% pero el índice saltó al 70% poco después, luego de que los propietarios del gigante grupo cárnico JBS firmaran un acuerdo de colaboración con la Fiscalía y confesaran sus corruptelas, que salpicaron directamente a Temer, acusado de recibir sobornos para favorecer a la empresa.
Las denuncias de los dueños de JBS fueron la base de las dos investigaciones de la Fiscalía archivadas por el Congreso pero, pese a que los procesos quedaron paralizados, Temer nunca se recuperó.
La Fiscalía adelanta actualmente una tercera investigación contra Temer por corrupción y sus dos años de gobierno coincidieron con la divulgación en la víspera del testimonio de un testigo que reveló haber entregado elevadas sumas de dinero en efectivo, al parecer procedente de sobornos, en la oficina de un allegado del mandatario.
En el estudio de Datafolha, que califica la popularidad de los presidentes en una escala entre 0 y 200 puntos, Temer tan sólo tiene 25 puntos en el promedio de sus dos años de gestión.
El más popular es Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), actualmente preso y cumpliendo una condena, que aún no está firme según la Constitución, de 12 años por presunta corrupción, que consiguió 139 puntos en su primer mandato y 183 en el segundo.