El ex presidente de facto Michel Temer fue detenido en la mañana de este jueves por la Policía Federal en el marco de uno de los hechos de corrupción incluidos en la causa conocida como Lava Jato. La orden partió del juez federal de Río de Janeiro Marcelo Bretas, quien también solicitó el arresto del ex ministro Wellington Moreira Franco, un importante colaborador del ex mandatario y su correligionario en el partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La Fiscalía había solicitado dos veces ante la Corte Suprema de Brasil la apertura de juicios por corrupción contra Temer, pero el Congreso se negó a autorizar los procedimientos. El avance de todas las causas en su contra dependía entonces de que perdiera el fuero privilegiado con el fin de su mandato, lo que ocurrió el pasado 1o de enero.
Los procesos contra el ex mandatario fueron remitidos a jueces de primera instancia una vez que perdió el fuero privilegiado, por lo que ya se esperaban medidas judiciales en su contra.
Temer es el segundo jefe de Estado –en su caso, con una cuestionada ocupación del cargo– en ser detenido en Brasil por casos vinculados al Java Jato: Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) cumple desde abril del año pasado dos condenas de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. También, con pruebas débiles y en base a la «convicción de convicción de delito» por parte de los magistrados.
Temer, que era el vicepresidente del país desde 2011 y asumió la jefatura del Estado en 2016, luego de que el Congreso destituyera a Dilma Rousseff por irregularidades en la presentación de las cuentas públicas comunes a todos sus pares, pero que nunca habían sido motivo de impeachment, fue detenido en la mañana de este jueves en su residencia de San Pablo.
De acuerdo con fuentes judiciales, el ex mandatario será trasladado a Río de Janeiro de inmediato para el respectivo «examen de cuerpo de delito» y para que brinde declaración indagatoria ante el juez que ordenó su detención preventiva, es decir sin plazo para su liberación.
Lo más probable es que sea recluido en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Río de Janeiro, donde son conducidos los detenidos por casos de la Lava Jato en esa ciudad.
La detención fue ordenada en el marco de una investigación abierta para verificar supuestas irregularidades en contratos firmados por empresas ya condenadas por la Lava Jato y Eletronuclear, la estatal que opera las plantas nucleares del país.
Un arrepentido lo puso a tiro de la justicia
Según la denuncia, las empresas que se adjudicaron los contratos con Eletronuclear pagaron sobornos para favorecer a dirigentes del PMDB, la formación liderada por Temer y cuyos dirigentes controlaron por muchos años todas las estatales del sector eléctrico del país.
Estos contratos sospechosos fueron firmados en 2016 cuando Temer ya presidía Brasil.
La denuncia fue hecha por el propietario de la empresa Engevix, José Antunes Sobrinho, que aceptó colaborar con la Justicia y delatar a sus cómplices en diferentes corruptelas a cambio de la reducción de sus condenas.
El empresario aseguró que pagó sobornos a petición del coronel de la reserva Joao Baptista Filma Filho, un amigo muy cercano de Temer y cuya prisión también fue ordenada, para adjudicarse uno de los contratos en la construcción de la central nuclear Angra 3.
De acuerdo con Antunes Sobrinho, el pago de las comisiones ilegales para favorecer al MDB era de conocimiento tanto de Temer como de Moreira Franco, que fue secretario general de la Presidencia y secretario de Aviación Civil en el Gobierno de Temer, así como secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia en el gobierno de Rousseff.
El ex presidente responde actualmente a diez procesos. La mitad estaba en manos de la Corte Suprema por su fuero privilegiado, pero tras perder la inmunidad comenzaron a ser analizados por jueces de primera instancia.
Las otras cinco investigaciones fueron abiertas en enero de este año, cuando Temer ya no contaba con el fuero privilegiado, por orden del magistrado Luis Roberto Barroso.