Más de mil inmigrantes, en su mayoría refugiados sirios, entraron ayer en Macedonia tras forzar un cordón policial, a pesar de que los agentes utilizaron bombas de estruendo para dispersarlos en el paso fronterizo grecomacedonio de Gevgelija. Los hombres, mujeres y niños que cruzaron se hallaban desde el jueves pasado en un terreno entre el pueblo griego de Idomeni y la ciudad macedonia de Gevgelija. Al menos 2.000 personas estaban hacinadas en esta “tierra de nadie”, mientras centenares acuden cada día provenientes del puerto griego de Tesalónica. Su destino es seguir hacia Serbia para ingresar a Hungría y a la Unión Europea (UE).
Durante el día, la Policía macedonia reprimió a los cientos de inmigrantes que querían franquear la frontera y fueron superados por la marea humana. Entonces, los agentes decidieron interrumpir los operativos y permitir la entrada a todos los inmigrantes que seguían bloqueados. Más de mil personas comenzaron a cruzar desde la tarde.
Desde el jueves pasado, miles de migrantes permanecían varados en la frontera entre Grecia y Macedonia, desde donde intentaban avanzar hacia el norte de este país para llegar a Serbia y de ahí entrar en algún Estado miembro de la UE, como la fronteriza Hungría. Este último país, no obstante, está construyendo una barrera de cuatro metros de alto y 175 kilómetros de largo para impedir que los migrantes crucen su frontera.
El portavoz de la policía, Ivo Kotevski, dijo que los agentes no quisieron usar la fuerza para retener a los migrantes, pero afirmó que van a seguir controlando el paso.
“Vamos a seguir con los controles reforzados en la frontera, instalados después de que se decretara el estado de emergencia. En el futuro sólo vamos a permitir que un limitado número de personas entren al país, según nuestras capacidades”, dijo Kotevski en una conversación telefónica con la AFP.
Se espera que en los próximos días miles de refugiados y de inmigrantes lleguen al punto de control, después de que en los últimos días varios grupos de personas que llegaron por el Mediterráneo a las islas griegas fueran trasladados en ferrys al continente.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) manifestó su preocupación por la situación en la frontera de Macedonia y Grecia.
El ministro de Exteriores macedonio, Nikola Poposki, aseguró al Alto Comisionado para los Refugiados, António Guterres, “que no cerrarán la frontera en el futuro”, según un comunicado de esta instancia de la ONU, en el que también se urge a la UE a “apoyar a los países afectados por el flujo de refugiados” en el sudeste de Europa.
Desde el 19 de junio pasado llegaron a Macedonia unos 42.000 migrantes, entre ellos más de 7.000 niños, dijo el viernes pasado el gobierno macedonio.
Mediterráneo: hay 18 barcos a la deriva con 3 mil personas
Los guardacostas italianos anunciaron ayer que intentaban socorrer a unos 3.000 migrantes a la deriva en el Mediterráneo, frente a las costas libias, tras haber recibido llamadas de auxilio procedentes de 18 barcos.
Al menos siete navíos participaban ayer en esta gran operación de rescate de inmigrantes ilegales, que se hallan a bordo de 14 lanchas neumáticas y de cuatro barcos, transportando en total entre 2.000 y 3.000 personas.
Más de 104.000 migrantes de África, Oriente Medio y sur de Asia han desembarcado en puertos del sur de Italia en lo que va de año, tras haber sido rescatados en el Mediterráneo.
Italia y Grecia son los dos países con más llegada de migrantes por mar.
Solamente entre el 8 y el 14 de agosto pasados, un total de 20.843 migrantes llegaron a Grecia por mar, anunció el martes pasado en Ginebra el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), organización que viene exigiendo a los países europeos una política de solidaridad con los refugiados.