El museo de la Capilla de los Medici de Florencia, uno de los más visitados de esa ciudad italiana, reproducirá en 3D dibujos atribuidos al arquitecto, escultor y pintor renacentista Miguel Ángel Buonarroti, que permanecían ocultos en las paredes de un sótano del lugar y que fueron hallados en 1975.
De acuerdo con la información publicada ayer en el diario español El País, en una habitación subterránea de este museo, situado en la basílica de San Lorenzo de Florencia, aparecieron sobre las paredes decenas de bocetos al carboncillo de algunas de las obras maestras de Miguel Ángel.
Este lugar secreto fue descubierto en 1975 cuando buscaban una segunda salida del museo. El entonces director, Paolo Dal Poggetto, descubrió que bajo un viejo armario de una habitación contigua a la Sacristía Nueva, diseñada por Miguel Ángel, había una trampa que conducía a un sótano, donde se almacenaba leña con la que los empleados se calentaban, pero que con la llegada de la electricidad ya nadie volvió a bajar.
Dal Poggetto y sus colaboradores fueron desprendiendo sucesivas capas hasta que, finalmente, dieron con los bocetos al carboncillo perfectamente conservados por la cal.
Según contó Mónica Bietti, la directora del museo, “en 1530, Miguel Ángel estuvo escondido durante algún tiempo para protegerse de los Medici, sus antiguos protectores, que unos meses antes, ayudados por los españoles, habían recuperado Florencia”.
“Él siente la necesidad de esconderse aquí, bajo la protección del prior de la basílica, porque había construido los muros defensivos de la ciudad contra los españoles y tiene miedo a las represalias. No deja de ser curioso que muchos de estos bocetos sean del David”, agregó Bietti.
“Tras su descubrimiento, Dal Poggetto fue exiliado por el ministerio a la ciudad de Urbino. Sólo ahora, con un libro firmado por él y con el proyecto de reproducir los dibujos en 3D, dado que por motivos de seguridad resulta imposible abrir la sala al público, intentamos hacer justicia con Miguel Ángel y con Dal Poggetto, quien tras descubrir la habitación secreta ya no volvió a trabajar en Florencia”, concluyó la directora del museo.