El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, dijo que no recibió “ninguna convocatoria” del gobierno nacional para destrabar en el Congreso la reforma previsional y aseguró que “hubo un avance en el terreno legislativo que no estaba en sintonía con lo que se había conversado” previamente con el Poder Ejecutivo.
“Yo por ahora no tengo ninguna convocatoria”, sostuvo el mandatario en una rueda de prensa antes de que se realizara el cónclave. La reunión que se desarrolló ayer en el Congreso Nacional entre funcionarios nacionales, mandatarios provinciales peronistas y diputados.
Para el gobernador santafesino, la frustrada sesión de anteayer en la Cámara de Diputados “estuvo cruzada por la violencia afuera y adentro del recinto” y consideró que “se abren interrogantes acerca del futuro y de cómo se van a encarar las discusiones en la Argentina”.
En ese marco, Lifschitz condenó la “vía de la violencia” y exhortó a buscar el camino del diálogo, que “requiere tiempo, espacio, respeto por el que piensa diferente, y marcos de acuerdos y consensos para que las políticas se puedan implementadas”.
Para el gobernador, la continuidad del Pacto Fiscal firmado entre los gobernadores y la administración federal “depende de lo que haga el gobierno”, que deberá “demostrar que tiene capacidad de diálogo, de negociación para corregir y buscar acuerdos”.
Luis Contigiani, el único diputado nacional que tiene el socialismo, no concurrió anteayer a la sesión. El gobernador manifestó que “ninguna ley de estas características, con tanto impacto social, puede sancionarse contando los votos uno por uno a ver si se llega al quórum o no” y remarcó que proyectos como la reforma previsional “necesitan un marco amplio de consensos”.
Lifschitz agregó que hubo tres bases para la reforma previsional, acordadas en el Pacto Fiscal rubricado entre la Nación y las provincias, que no se tuvieron en cuenta en el proyecto de ley enviado al Congreso.
“Se establecía que había que ponerle límites a los regímenes de privilegio, cosa que no se hizo; que tenía que aplicarse el 82 por ciento móvil para las jubilaciones mínimas, que tampoco se planteó; y que la pauta para la jubilaciones si se modificaba tenía que garantizar una recuperación paulatina con índices superiores a la inflación, que no ocurrió tampoco”, concluyó el mandatario socialista.