Ahí está Enrique Gigena, con sus jóvenes 86 años liderando a un grupo de jubilados que pegan carteles en Pami I y II. Entregan volantes a hombres y mujeres mayores que aguardan horas por un número y alguien que los atienda. Gigena y su gente convocan a la marcha 1.200 que la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados realizará hoy, a las 17.30, en plaza Pringles.
“Los reclamos son los de siempre, los que hace dos años llevamos al Congreso y nunca se trataron, ni siquiera hubo reunión de comisión. Mañana –por hoy– nuestros compañeros de Capital y Gran Buenos Aires llevarán los pedidos al Congreso acompañado de 600 mil firmas”, señala Gigena, quien se afilió al Partido Comunista en 1951 y un mes después del golpe militar del 76 se quedó sin trabajo.
Los cinco puntos que la Mesa Coordinadora “reclama en soledad” Gigena los recita de memoria: 82 por ciento móvil en la misma categoría o función del trabajador activo; ningún haber jubilatorio por debajo del salario mínimo vital y móvil y el restablecimiento de las escalas jubilatorias; tratamiento del proyecto de ley previsional presentado en el Congreso por la Mesa; un cupo de viviendas en comodato para jubilados y pensionados de todas las que se construyan con fondos públicos; y “el cese de la histórica intervención del Pami para que sea dirigido por su auténticos dueños: los jubilados y trabajadores”.
Gigena es uno de los que aún resiste en la lucha que comenzó tímidamente acompañando a las Madres los jueves de octubre de 1990. A comienzos del año siguiente, cada sábado, la Mesa Coordinadora se instaló con megáfono en mano a gritar sus reclamos en la esquina de las peatonales Córdoba y San Martín. “A fin de año, cuando se renueve el Parlamento, queremos llegar al millón de firmas e insistir con el tratamiento de nuestros cinco puntos”, agrega Gigena, que preside la Mesa Coordinadora local junto a una comisión que integran otros once jubilados.
“Todas las personas mayores, en edad de jubilarse, hayan aportado o no, tienen derecho a una pensión que les permita vivir con dignidad. Es algo que no se puede discutir. Lo peleamos desde la época de Menem hasta hoy para tener una Ley de Movilidad, porque nos tenían congelados los haberes desde el 94. Este gobierno tuvo la sensibilidad para llevarla adelante, pero estos dos aumentos anuales no son suficientes”, relata el hombre que se jacta de “juntar más de 300 años entre los cinco jubilados que me acompañaron a las sedes de Pami a pegar carteles”.
“No puede ser que haya gente esperando tres horas para ser atendida, el Pami tiene que ser de los jubilados y no un negocio para unos vivos”, apuntó.
A la Marcha 1.200 que se concentrará hoy en Córdoba y Paraguay prometieron asistencia jubilados y pensionados de San Nicolás, Capitán Bermúdez “y zonas aledañas, con quienes mantenemos una relación regional y hacemos actividades en conjunto. Una lucha que lleva 25 años, idénticos reclamos, mil doscientas veces pidiendo por lo que creemos que es justo: un ingreso digno”, concluyó Gigena.
