La líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, se autolesionó luego de enterarse de que la Justicia le había rechazado un habeas corpus y un pedido de internación.
«Milagro Sala se autolesionó después de que cuatro integrantes del Juzgado de (Isidoro) Cruz la notificaran a las 21.30 horas que le rechazaban el habeas corpus y el pedido de internación», informó la agrupación kirchnerista.
La dirigente, que fue trasladada el pasado sábado al Penal de Alto Comedero tras cumplir 44 días la prisión preventiva en su domicilio de El Carmen, «sólo fue atendida una vez por un médico desde su reingreso» a esa unidad penitenciaria, agregó la Tupac Amaru.
«Al momento de informarle de la negativa del juez, Milagro les mostró los golpes en el cuerpo, una pelota que tiene en la panza y les dijo que desde su reingreso sólo una vez la atendió un médico y que no le dieron medicación», contó la organización liderada por Sala a través un comunicado.
En ese sentido, la agrupación opositora remarcó que hace «responsable» al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; al presidente Mauricio Macri y al juez Isidoro Cruz «de cualquier cosa que pueda sucederle» a la legisladora electa del Parlasur.
El pasado miércoles, el abogado Luis Paz, que patrocina a Sala, le había pedido al magistrado que resuelva al menos la internación de la dirigente jujeña por su estado de salud, lo cual fue rechazado esta noche.
Este no es el primer incidente de este estilo que registra Milagro Sala desde su detención, en enero de 2016: en marzo de este año había intentado lastimarse el estómago con un cuchillo y luego con unas tijeras.
«Los samurái se mataban porque preferían matarse ellos a que los maten los enemigos. Yo tengo muy en claro esa teoría», había manifestado la líder de la Tupac Amaru, en referencia al suicidio ritual japonés por desentrañamiento conocido como harakiri.
Sala fue trasladada de regreso al Penal de Alto Comedero el pasado sábado, luego de que el juez Pablo Pullen Llermanos entendiera que la dirigente había incumplido algunos términos de la prisión preventiva en su domicilio que había ordenado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).