Las prepagas preparan un fuerte aumento de las cuotas para recomponer sus ingresos, que aducen están afectados por la compra de insumos médicos en dólares. El visto bueno para dar un salto que en la cámara del sector estiman que podría rondar el cuarenta por ciento vino del propio Milei.
En en reciente encuentro con los dueños de las principales prepagas del país, Milei les explicó que no comparte el modelo del actual gobierno de controlar los aumentos de cuotas. «Yo voy a desactivar los controles de la Superintendencia, ustedes aumentan lo que consideren necesario y luego compitan en el mercado», les dijo el libertario, según reveló al portal La Política Online una fuente al tanto de las conversaciones.
Las tarifas que cobran las prepagas a sus usuarios se encuentra regulada por el Estado. El marco vigente al momento autoriza subas mensuales indexadas a la suba del Índice de Costo de Salud que ronda el 90% del promedio de los aumentos otorgados a asalariados formales según el RIPTE que elabora el Ministerio de Trabajo.
Si bien es cierto que en plena campaña, Sergio Massa congeló los precios de las prepagas por noventa días, las empresas incumplieron la normativa y aplicaron subas promedio por encima del 5% mensual.
Hoy la cuota de medicina prepaga para un matrimonio de 40 años con dos hijos va de los 45 mil pesos en planes básicos a los 650 mil los premium.
«Con estas tarifas no llegamos a cubrir costos de insumos», afirmaron al portal La Política Online desde la cámara empresarial que agrupa a las prestadoras de servicios médicos.
«Los medicamentos y descartables, donde hay mayor cantidad de elementos importados, representan el 40% de los costos. Si hay una devaluación del 100% del dólar oficial como dicen, sólo por esa medida habría que aumentar la cuota un 40% y sobre eso faltaría ajustarla para recomponer lo que hoy perdimos», reconoció la fuente.
La situación es delicada y está cruzada de lobbys fuertes al punto que este lunes se supo que el anunciado secretario de Salud, Eduardo Filgueira Lima, decidió no asumir el cargo, que iba a quedar bajo la órbita de la super ministra de Capital Humano, Sandra Petovello.
Filgueira Lima fue quien vendió a Milei el polémico modelo de hospitales voucher que aplicó y fracasó bajo la gestión de Margaret Thatcher, la primer ministra del Reino Unido que admira Milei.
Como sea, el sanitarista peronista Jorge Rachid afirmó que más allá del lobby desplegado por los empresarios de la salud para aumentar la cuota, las prepagas van por un negocio más grande. «Las empresas de medicina prepaga no son un sistema de salud, son entidades financieras que ofrecen un seguro. La prepaga contrata los mismos prestadores que contrata el Estado o las obras sociales, y lo que te garantiza la cobertura», explicó.
Por eso, para Rachid tiene sentido que Milei les haya prometido que correrá del medio a la Superintendencia, porque entre los ejes principales del programa sanitario de La Libertad Avanza sobresale «la desregulación absoluta del sistema de seguros».
«Estos empresarios van por las AFJP y las ART para tener el negocio completo de trabajadores activos y pasivos, para llevar a cabo el seguro de salud universal, que intentó Mauricio Macri en su momento», opinó Rachid.