«Hoy estoy acá para decirles que occidente está en peligro porque aquellos que deben defender sus valores se encuentran cooptados por una visión del mundo que conduce inexorablemente al socialismo». Así arrancó este miércoles el presidente Javier Milei su discurso ante el foro de Davos, en Suiza.
Ante referentes políticos, económicos y del sector financiero, defendió las políticas radicales de mercado y el capitalismo como instrumentos para «terminar con la pobreza y el hambre en el planeta». Y, en tono docente, convocó a los países líderes de Occidente a nos ser «cooptados» por una «visión del mundo» que «inexorablemente conduce al socialismo» y, por lo tanto, según su visión, a la pobreza generalizada.
«El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre y la pobreza en el planeta», afirmó Milei ante el Foro Económico Global de Davos.
Milei afirmó que el capitalismo es un sistema político y económico «justo y moralmente superior», cuya implementación llevó al mundo actual a ser «más rico, libre, pacífico y próspero que en cualquier otro momento de la historia».
En ese sentido, Milei opinó que «la doxa de izquierda atacó al capitalismo por una cuestión de moralidad» y sostuvo que la «justicia social no aporta al bienestar general» de las poblaciones.
El Presidente consideró en Davos que desde que el país que lo tiene como presidente «abandonó hace 100 años el modelo de la libertad» y puso en práctica políticas «colectivistas», los argentinos son «más pobres».
Por ese motivo, instó a los empresarios del mundo a que «no cedan al avance del Estado» porque «no es la solución, sino el problema en sí mismo».
Sin referencias concretas a la política, el fundador de La Libertad Avanza continuó en modo pretendidamente doctrinario con una invitación, de nuevo, invitó a «los países de Occidente a retomar el camino de la libertad», y destacó: «No se dejen amedrentar por la casta política y los parásitos que viven del Estado».
Milei, por su parte, reclamó a los economistas «neoclásicos que salgan de la caja», señaló que «el feminismo radical genera intervencionismo» y llamó a «levantar la voz» contra el socialismo.
«Inexorablemente, por desconocer el mercado, cada vez que quieren solucionar lo que consideran un fallo, estarán abriendo las puertas al socialismo y condenando a las personas a la pobreza», afirmó en el Foro Económico Global de Davos, donde cerró su discurso diciendo: «Viva la libertad, carajo».
Contra todos: socialdemócratas, keynesianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas
Milei cuestionó la justicia social y definió que «es injusta porque es violenta, porque el Estado se financia a través de impuestos cobrados de manera coactiva». «Los experimentos colectivistas no son la solución para los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo, son su causa», añadió el libertario ante líderes mundiales y economistas.
Al cuestionar las «variantes colectivistas» de Occidente, Milei enumeró: «Comunistas, fascistas, nazis, socialistas, socialdemócratas, nacional socialistas, keynesianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas». «Todos sostienen que el Estado debe dirigir todos los aspectos de la vida del individuo, todos definen un modelo contrario al que llevó a la humanidad al progreso más espectacular de su historia», concluyó el primer mandatario.
El mercado es infalible
El jefe de Estado negó la posibilidad de «fallos del mercado» y criticó la teoría económica neoclásica porque para el economista en el mercado solo hay intercambios voluntarios de «derechos de propiedad».
“Hablar de fallo de mercado es un oxímoron, no existe el fallo del mercado. Si las transacciones son voluntarias, el único contexto en el que puede haber un fallo de mercado es si hay coacción. El único capaz de coaccionar de manera generalizada es el Estado que tiene el monopolio de la violencia”, remarcó el presidente.
Feministas y ambientalistas, afuera
El presidente también arremetió contra las feministas y las acciones para reducir las consecuencias del cambio climático ya que considera a ambas como «ideas nocivas» que impregnaron la sociedad porque «los neomarxistas han sabido cooptar el sentido común de Occidente».
Milei apuntó contra la «agenda del feminismo radical», aseguró que devino «en mayor intervención del Estado» y descartó: “El libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos, la piedra fundacional de nuestro credo dice que todos los hombres estamos creados iguales, todos tenemos los mismos derechos iguales”.
El economista también relacionó el cambio climático con la interrupción voluntaria del embarazo y argumentó: “Sostienen que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso llegando a abogar por mecanismos de control poblacional o la agenda sangrienta del aborto”.