Migrantes se negaron ayer en Hungría a bajarse del tren atascado con destino a la frontera austríaca. Los viajeros denuncian una “trampa” de las autoridades húngaras, que, según ellos, quieren trasladarlos a un campamento de refugiados.
“¡Máteme, máteme, prefiero morir que ir a su campamento!”, dijo un iraquí a la Policía, frente a las cámaras, delante del tren detenido en la pequeña estación de Bicske, a unos cuarenta kilómetros de Budapest, la capital húngara.
Otros inmigrantes, en su mayoría sirios, también exigieron poder continuar el trayecto hasta la frontera austríaca.
El tren verde de la compañía MAV, tomado por asalto por al menos 200 inmigrantes ayer cerca del mediodía, debía oficialmente ir a Szombathely y Sopron, dos ciudades fronterizas. Pero al llegar a Bicske, luego de diez kilómetros, se inmovilizó y la Policía emprendió la tarea de sacarlos, y obligarlos a subir a micros con destino a un campamento de refugiados
Policías con cascos trataban de llevarse a una mujer que gritaba, acostada sobre las vías, con su niño en los brazos. El tren había salido de la estación de Keleti Budapest, reabierta en la mañana después de dos días de cierre.
Hungría, uno de los principales países de tránsito hacia Europa central, suspendió el martes pasado hasta nueva orden los enlaces ferroviarios internacionales.
Unos 2.000 refugiados se encontraban ayer todavía en la estación de Keleti, según un cálculo del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur).
Alemania y Francia quieren “reparto equitativo”
La Unión Europea (UE), conmovida por una fotografía de un pequeño sirio muerto en una playa turca, buscaba ayer superar sus divisiones, entre llamados a la solidaridad y a la firmeza ante una crisis migratoria y humanitaria “sin precedentes”. En un contexto de crecientes tensiones entre países europeos, Alemania y Francia decidieron actuar, lanzando una iniciativa común para “organizar la acogida de refugiados y su repartición equitativa en Europa”.
Se trata también de “garantizar el regreso de los migrantes irregulares a sus países de origen”, y ayudar a “los países de origen y de tránsito”, precisó la presidencia francesa.
En Bruselas, frente a los dirigentes europeos, Hungría –en primera línea– pidió a Alemania asumir sus responsabilidades frente al flujo masivo de peticionantes de asilo.
Se refirió a un “problema alemán” antes que europeo, y rechazó las críticas por la alambrada que instaló en su frontera con Serbia.
Mientras la dramática foto de Aylan Kurdi, de 3 años, muerto en una playa de Bodrum, en Turquía, seguía conmoviendo y provocando furia ayer, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó a los países europeos de haber transformado el Mediterráneo en “un cementerio de inmigrantes”.
El vicepresidente de la Comisión europea, Frans Timmermans, consideró que “se puede solucionar de manera individual por los Estados”.
Una repartición equitativa de los refugiados es una de las prioridades de la Comisión europea, que debería resolver el 9 de septiembre.