El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, y el secretario de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Álvaro Marchesi, explicaron hoy en una conferencia de prensa en Madrid que la meta de la XX Cumbre, entre 3 y 4 de diciembre, será la educación «para la inclusión social», para lo cual se prevén dos tipos de financiamiento hasta 2021.
Los funcionarios precisaron que «Metas 2021. La educación que queremos en la generación de los Bicentenarios» se concretará a partir de un fondo solidario «con una previsión inicial» de 3 mil millones de euros, esa cifra que «puede aumentar» a partir de acuerdos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la Confederación Andina de Fomento (CAF), empresas como la española Telefónica u otras paraguayo-brasileñas, o paraguayo-argentinas.
Por otra parte, el plan educativo tendrá un financiamiento global financiado por los países hasta 2021 de 76.000 millones de euros, cifra que en proporción será mayor en naciones como Brasil y México, informaron Iglesias y Marchesi, según reportó la agencia de noticias ANSA.
El ex titular del BID resaltó que la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue quien insistió con el tema de la educación, en tanto Marchesi sostuvo que esta área es «factor fundamental» para el cambio en América latina.
La Secretaría General Iberoamericana indicó en un documento preparado para la cumbre que entre los desafíos planteados están los de universalizar la oferta de educación infantil, mejorar la calidad educativa y rendimiento académico, así como fortalecer la educación técnico profesional, además de erradicar una «de las manifestaciones más graves» de la falta de educación, que es el analfabetismo.
«América Latina está sorteando muy bien el momento de la crisis, y tiene una perspectiva importante de cara al futuro», añadió Iglesias, por lo se espera que de aquí a 2021 dé respuesta satisfactoria a una demanda social «inaplazable».
Por otra parte, el uruguayo confirmó Honduras no tendrá participación en la cumbre por la decisión del gobierno argentino de no invitar a sus autoridades, en consonancia con otros países de la región, que rechazan al actual presidente Porfirio Lobo, por considerar que surgió de elecciones organizadas por un gobierno de facto tras el golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya en junio de 2009.
Además de la educación, los presidentes analizarán el conflicto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua y otras cuestiones como seguridad ciudadana.