En menos de cinco minutos dos asaltantes ingresaron a una sucursal bancaria ubicada en Corrientes al 300, redujeron a empleados y custodios, se dirigieron hasta la zona donde está el tesoro y tomaron una saca que contenía más de un millón de pesos y se dieron a la fuga caminando, sin efectuar un solo disparo ni preocuparse por las cámaras de seguridad que posee la entidad tanto en el exterior como en el interior. Para los pesquisas, los autores del hecho no son oriundos de Rosario, pero contaban con apoyo local, ya fuese para llegar y salir de la zona donde está ubicado el banco como para ser “aguantados” tras el atraco. Además, sospechan que también hubo datos que recogieron “desde el interior de la sucursal”, ya que “los movimientos de ambos fueron sumamente precisos”. El asalto tuvo lugar a menos de tres semanas de que el gobierno provincial realizara movimientos estratégicos en varias áreas de la Policía y a 50 días del cambio de jefes de la Unidad Regional II. A principios de marzo del año pasado, tras el recambio de autoridades en la Policía rosarina, se produjo un golpe también audaz aunque con un botín mayor, cuando entre 3 y 5 personas armadas se llevaron ocho sacas que contenían 2.185.000 pesos y 130 mil dólares del tesoro del banco Credicoop, ubicado en Santa Fe al 1000, hecho por el cual no hay detenidos.
La mecánica usada por las dos personas fue similar a la utilizada la tarde del viernes 11 de marzo del año pasado para perpetrar el golpe al tesoro del banco Credicoop. Hace poco más de un año, según relataron empleadas de un bar, dos personas se sentaron varios días a tomar café en una mesa ubicada en el exterior de un local ubicado sobre calle Santa Fe, a menos de 50 metros de la sucursal bancaria, desde donde estudiaron los movimientos de los camiones de caudales y terminaron robando casi 3 millones de pesos que un rato antes había dejado la empresa de transporte de caudales Prosegur.
Ayer, dos personas estuvieron por casi dos horas tomando café en un pequeño bar ubicado en la vereda par de Corrientes al 300, según indicaron empleadas del comercio a los pesquisas un rato después del atraco.
Minutos antes de las 13, ambos pagaron y salieron caminando, cruzaron la calle y se metieron en el interior de la sucursal del Nuevo Banco de Entre Ríos que es utilizada para pagar sueldos a jubilados y pensionados, por lo que tiene un horario de atención diferente al usual en la ciudad: de 8 a 13.
El reloj marcaba las 12.55 cuando los dos hombres ingresaron a la sucursal. Uno fue hasta el lugar donde estaba el custodio, a quien le esgrimió un arma de puño, mientras que su cómplice fue hasta el sector de cajas. Según fuentes del caso, esta persona ingresó en la zona luego de introducir el número de código de apertura de puertas, dato que solamente pudo obtener con “ayuda interna”.
Los segundos corrían, pero ninguno de los dos hombres se mostró nervioso. Quien estaba del lado de las cajas también sacó un arma y le dijo al empleado que le entregara la saca que recientemente había sido traída por un camión de caudales de la empresa Prosegur. Luego, se fue caminando junto a su compañero. Al salir del banco, ambos tomaron calle Corrientes y doblaron por Catamarca. Una versión indicaba que en esa esquina se dividieron, uno caminó hacia calle Paraguay y otro hacia calle Entre Ríos, pero la hipótesis más firme sostiene que los dos habrían abordado un vehículo por calle Catamarca al 1400.
En pocos minutos, el lugar se llenó de patrulleros, ya que según una versión la alarma fue activada cuando los dos ladrones se dieron a la fuga, pero pese a la rapidez de la llegada de móviles policiales y del operativo cerrojo montado en la zona los autores del hecho no fueron ubicados.
El jefe de la Unidad Regional II, comisario Walter Miranda, sostuvo que “se trató de un robo muy prolijo, en muy poco tiempo y sin haber ejercido ningún tipo de violencia sobre las personas que se encontraban dentro del lugar”.
Voceros policiales indicaron que según los datos esgrimidos por los responsables de la entidad, los ladrones se llevaron 1.030.000 pesos, dinero que estaba en la saca que había sido traída minutos antes. Otra versión indicaba que la suma superaba el millón y medio de pesos, dado que no fue descartado por los pesquisas.
El lugar cuenta con varias cámaras de seguridad, tanto en el interior como en el exterior del banco, que estaban en funcionamiento, pero al cierre de esta edición los pesquisas estaban esperando poder acceder al material fílmico que es grabado por una empresa externa al banco. “Esperamos que con las grabaciones podamos obtener datos que ayuden a dar con los autores del hecho”, indicaron fuentes de la investigación.
Los dos hombres ingresaron al banco a pocos minutos del cierre del horario de atención al público, y se movieron con seguridad y rapidez, precisaron los voceros, quienes además aportaron un dato que puede resultar clave: el camión de caudales viene en forma periódica, pero no es común que llegue antes de las 13, sino que su horario “habitual de llegada” está entre las 13.15 y las 13.25, pero ayer llegó a Corrientes al 300 al menos 25 minutos antes. “Puede ser que hayan contado con ese dato; es materia de investigación”, asumió un vocero del caso, quien además aportó que el dinero que llega en la saca es contado por empleados del banco en su interior, cuando ya está cerrado al público, y que dicha tarea se hace en la zona de cajas o donde está el tesoro, que permanece abierto. Ayer ocurrió exactamente lo mismo, con la diferencia de que todo se adelantó.
Según los datos aportados tanto por los empleados del banco como por los trabajadores del bar, se presume que los autores del hecho no son de Rosario. Con este dato, anoche personal de la Unidad Regional II se encontraba registrando hoteles para ver si hay personas alojadas que se asemejen a la descripción dada de los autores del atraco.
Además, una alta fuente policial indicó a este diario que la investigación está centrada en la estructura que, se presume, realizó la logística del robo. “Estos hombres no pueden aparecer y desaparecer como si nada. Detrás de esto hay mucha gente y consideramos que buena parte de la base de esta banda está en Rosario”, indicaron los uniformados.
“Fue un robo impecable, en muy poco tiempo, estaban bien organizados. Los hombres son profesionales; evidentemente tenían conocimiento del lugar. Además, el hecho de que no hayan sido violentos demuestra que no era la primera vez que lo hacían”, deslizaron voceros de la Unidad Regional II.