El Ministerio de Salud de la Nación informó que la tendencia creciente de casos de sífilis en la Argentina llegó a un pico histórico y mantiene una curva ascendente, convirtiéndose en la infección de transmisión sexual (ITS) que más cantidad de casos en aumento reporta. Con 32.293 casos en 2023, el organismo registró la mayor cantidad de contagios de las últimas tres décadas, por lo que advirtió que «continúa siendo un importante y creciente problema de salud pública».
Los datos se desprenden del último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) publicado por la cartera de Salud. El año anterior se constató un incremento del 42% con respecto a 2018, donde hubo 22.734 casos. Las cifras de 2024 amenazan ir en el mismo sentido, ya que del balance provisorio hasta la semana 33 se observa una mayor notificación periódica de casos que en el mismo periodo de 2023.
Al compararlo con las décadas anteriores, el incremento de incidencia se vuelve aún más pronunciado. En 1994, se detectaron menos de 3.000 casos de sífilis, manteniendo una suba hasta 2005. A partir de ese año, se mostró una retracción durante ocho años, pero el aumento retornó y se mantuvo vigente desde 2013, a excepción de los años pandémicos, que reportaron menos contagios en comparación (10.590 en 2020 y 12.131 en 2021).
“A partir de 2022, y en ocasión del cambio de modalidad de notificación que se basa a partir de entonces en registros nominales, se retomó la tendencia ascendente de casos y tasas, llegando a una tasa de notificación que supera los 69 casos cada 100.000 habitantes”, sostuvo el informe del Ministerio de Salud.
Jóvenes de 20 a 24, los más comprometidos
Respecto a los grupos etarios más afectados, se detectaron mayor cantidad de contagios en las edades de 20 a 24 años, seguido por los 25 a 29 años y 30 a 35 años, con una tasa de incidencia de 219, 185 y 126 casos cada 100 mil habitantes respectivamente. En cuanto al sexo, se aprecia un predominio femenino (55,4%), especialmente entre los 15 y 39 años, siendo que a partir de los 50 la mayor cantidad de contagios corresponde al sexo masculino.
Sur y Cuyo con más casos
Las zonas del país más afectadas fueron el Sur y Cuyo, seguidas por el NEA y el NOA, mientras que el Centro se ubicó por debajo, aunque hace cinco años era la región con mayor contagios. Sin embargo, este último dato no se dio debido a que hayan disminuido los casos, sino que en el resto de la Argentina los aumentos fueron mayores. «En el año 2023 se observa una menor dispersión de las tasas de notificación entre las distintas regiones que al inicio del período analizado y un cambio en los lugares ocupados por las distintas regiones», detalló el BEN.
Durante el periodo 2018-2023, en Argentina se notificaron al sistema nacional de vigilancia un total de 129.620 casos de sífilis. En esa línea, mientras que en 2018 se registró la mayor tasa de notificación en la región Centro (con 61,9 casos cada 100 mil habitantes) y la más baja en el NOA (20,9), en 2023 la mayor tasa de notificación la registró el Sur (89,5) y la menor el Centro (63).
Mejores diagnósticos
Sobre el aumento de registro de contagios, el informe destacó la mayor cantidad de casos y las mejores herramientas de diagnóstico: “Para valorar la tendencia observada es importante tener en cuenta los cambios en los procedimientos de vigilancia, la integración creciente de efectores al proceso de la vigilancia como las estrategias para mejorar el acceso al diagnóstico como una medida de salud pública que permita tratar de manera oportuna los casos e interrumpir cadenas de transmisión, todo lo cual puede influir en profundizar el aumento de notificaciones, junto con el aumento de la incidencia de sífilis en la población”.
“La sífilis continúa siendo un importante y creciente problema de salud pública. La mejora en la calidad y cobertura de la información constituye una herramienta estratégica para guiar y potenciar acciones para la prevención y control de la sífilis por parte de los diferentes actores involucrados”, concluyó el boletín.
Contagio y síntomas
Según el Ministerio de Salud, la sífilis es una ITS causada por la bacteria Treponema Pallidum, cuyo principal reservorio es el humano, y que se contagia principalmente por contacto sexual con una persona infectada; por transmisión perinatal por vía transplacentaria o durante el parto, o por transfusión de sangre.
«La bacteria de la sífilis es transmitida especialmente por contacto directo con las lastimaduras que se presentan en el área genital. Como las lesiones iniciales no producen dolor o pueden estar ubicadas en alguna zona que no visible (por ejemplo los genitales internos o en la cavidad bucal), es posible que la persona no sepa que tiene la ITS. Las lesiones en la piel que aparecen en la segunda etapa de la infección son muy contagiosas», advierten desde el organismo.
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La evolución natural y sin tratamientos de la infección se divide en varias etapas, siendo que muchas personas no tienen síntomas o no los notan. En la primera, denominada «sífilis primaria» se genera una lastimadura o úlcera (llamada “chancro”) generalmente única y no dolorosa en la boca, el ano, la vagina o el pene. Muchas veces es acompañada por la inflamación de un ganglio en la zona. La lastimadura o úlcera desaparece sola después de unos días, aun cuando no se recita tratamiento.
La infección puede evolucionar a la segunda etapa («sífilis secundaria»), después de un período de “latencia” que es variable y durante el cual no aparecen síntomas. En ese sentido, los signos de la sífilis secundaria pueden presentarse hasta varios meses más tarde. Entre ellos se encuentran erupción (o ronchas) en el cuerpo, lesiones en la boca, fiebre, aumento generalizado del tamaño de los ganglios, caída del cabello, malestar general y verrugas en la zona genital. En la tercera etapa, pueden ocurrir complicaciones graves como daño a los órganos internos, huesos, corazón y al sistema nervioso.
Sumado a esto, en cualquier estadio de la infección, ya sea de manera sintomática o asintomática, el paciente puede desarrollar neurosífilis, que se trata de una infección bacteriana del cerebro o de la médula espinal. Según el portal médico Medline Plus, entre sus síntomas se encuentran anomalías en la forma de caminar o incapacidad de caminar; entumecimiento en los dedos de los pies, los pies o las piernas; problemas para pensar, como confusión o poca concentración; problemas mentales, como depresión o irritabilidad; dolor de cabeza, convulsiones o cuello rígido; incontinencia; temblores o debilidad, y alteraciones visuales, incluso ceguera.
Detección, tratamiento y prevención
La forma de diagnosticar la sífilis es a través de un análisis de sangre, que puede ser tanto por medio de la extracción o un test rápido (TR), siendo que este último brindará un resultado preliminar entre los 15 y 30 minutos posteriores de realizado. En ambos casos, ante un resultado positivo preliminar, se realizará un segundo estudio confirmatorio, consiga el Ministerio de Salud.
Además, el organismo indica que la infección «se cura con un tratamiento sencillo y seguro que está disponible en forma gratuita en todos los espacios de salud públicos». El tratamiento es con antibióticos, cuya duración y dosis varían según la gravedad del caso, y deben realizarlo tanto la persona que tiene la enfermedad como sus parejas sexuales.
El uso constante y correcto de preservativos puede reducir el riesgo de sífilis.
Desde la cartera de Salud advierten que, si no se recibe tratamiento, la infección puede progresar y causar daños al corazón y lesiones en el sistema nervioso, entre otras consecuencias. Sumado a esto, podrá contagiar a otros individuos.
En el caso de personas gestantes, puede transmitir la infección durante el embarazo y/o parto, resultando en sífilis congénita. Las personas recién nacidas con sífilis congénita pueden sufrir ceguera, daño severo de otros órganos y hasta incluso la muerte.
En cuanto a la prevención, el Ministerio recomienda el uso de preservativo peneano o barrera oral, así como prestar atención a signos o síntomas; mientras que las personas gestantes deben testearse desde la primera consulta del embarazo para recibir tratamiento oportuno y evitar así la transmisión de la infección al bebé.