Aún repican en el aire los últimos acordes de un recital, el del Indio Solari en Olavarría, que terminó el sábado en tragedia. Las horas pasan y la información sigue llegando; las pericias, los partes médicos y los testimonios van a determinar verdaderamente qué pasó y quiénes son los responsables de los muertos y heridos.
Estar ahí, viajar doce horas desde Rosario para vivir la “misa”, esa que se intuye como una fiesta. Como tantos testimonios vistos y oídos por estas horas, sufrir la falta de agua y baños públicos, entrar apretada por un sinfín de gente a un predio del que no se podían visualizar los límites, y seguir con la entrada intacta en el bolsillo. Extraña fue la sorpresa: después de caminar muchas cuadras en medio de mucha gente, estar adentro del predio sin cacheos ni cortes de entrada. Salir por el peor lugar, las calles valladas que no permitían el paso, la gente agolpada sin saber para dónde caminar, sin rumbo alguno.
La crónica del día después, frente a lo vivido, vuelve imprescindible otras miradas que ayudan a entender un fenómeno de masas del que todos hablan pero unos pocos entienden. En el marco de esos debates, algunos referentes locales, como Bonzo Morelli, músico de rock y blues; el periodista y crítico de música Diego Giordano, y el empresario Gustavo Granato, dieron su opinión.
“No se puede juzgar al artista”
“Son muchas opiniones encontradas”, comenzó Bonzo Morelli, uno de los referentes del rock and blues rosarino. Para él, lo importante es tomar distancia y así juzgar lo que pasó con información real. “Pero está primero la cuestión del Estado que tiene que estar presente, porque si vos sabés que no podés hacer un show grande en un lugar, es el Estado el que debería decirle al artista que no, o que tiene que hacer más de un show para esa convocatoria”, opinó. Y agregó: “En este caso, se desbordó porque alguien no lo previó, no hablo de la productora, ni el artista, sino de alguien que está mucho más arriba que se tiene que poner firme y estar presente”.
“Ahora, muchos van a salir a opinar a favor y en contra de El Indio. Escuche a muchos que dicen que el artista quiere facturar, que quiere tocar una vez al año. Eso tiene que ver con la modalidad de cada uno, en este caso, El Indio tiene esa modalidad y la corriente de su folclore va por ese lado”, aseguró Morelli, al tiempo que recordó eventos como Woodstock o Altamont de los Rollings Stones, “que, aunque eran otras épocas, también se desbordaron de gente y hubo muertes y robos. Creo que cuando hay una masa de gente incontrolable siempre estás con una puerta abierta hacia una tragedia”.
“No se puede culpar al artista en este caso –aseguró–, porque no creo que él esté contento con lo que pasó; yo no soy para nada «ricotero», nunca lo seguí. Los vi una vez en Sportivo América hace muchos años, vi el fenómeno crecer porque él supo hacer muy bien su estrategia de prensa o de no prensa, fue inteligente, fue su forma”.
Entre los debates, “esto también mancha un poco el rock, me encuentro con gente que me dice: «Ves, vos que estás en el rock, lo que paso», y te asocian de alguna manera. Caés en la volteada, y cuesta hacer entender que no es así, que estamos a favor de la vida y de los recitales pacíficos”, concluyó El Bonzo.
“Muchos responsables”
“Lo que pasó es una conjunción de problemas que pintan lo que nos pasa a los argentinos en general. Nadie hace bien lo que tiene que hacer”, aseguro Diego Giordano, periodista especializado, músico y melómano. “Empezando por el artista, que en lugar de programar varios conciertos al año y en distintos lugares del país para evitar que sus seguidores se trasladen cientos de kilómetros y que peregrinen por rutas que están en pésimas condiciones, muchas veces en tráfics que no están habilitadas, hace este tipo de shows. Si anunciás cinco shows a lo largo del año, evitás esa cosa mística que tiene el tipo. No dice cuándo toca, se sabe un mes antes, la gente se desespera; hay peregrinaciones por todo el país de un montón de pibes. Eso me parece un error”, opinó.
“Después están las responsabilidades de siempre de los productores que están todos cortados por la misma tijera. Quieren meter 50 mil personas en lugares que no corresponden para recaudar más, y pasa siempre lo mismo: vas a esos lugares y hay un baño químico cada 500 personas”, continúo Giordano al tiempo que enfatizó: “Lo más grave es la responsabilidad del Estado que no puede decir alegremente «nos sobrepasó», porque el Estado fue coorganizador y, según tengo entendido, el Intendente de Olavarría es ricotero. Él tendría que haber previsto que iba a caer mucha más gente de la que estaba prevista, por esa costumbre del Indio dejar entrar a todos al show después del cuarto o quinto tema”.
“También el público que se vuelve manejando a cualquier hora, en cualquier estado. Es parte de la nefasta cultura del aguante que no termina bien, como no terminó bien en Cromañón, aunque no tenga que ver con lo que pasó ahora, y que no terminó bien en este caso, más allá de que los dos muertos no murieron por aplastamiento; una de las victimas murió de un infarto porque había perdido al hijo. Es innecesario, porque las cosas se pueden hacer mejor, cumpliendo con lo que a cada uno le corresponde”.
Para concluir, y consultado sobre cómo influyen estos hechos en el rock, Giordano analizó: “El Estado utiliza los grandes medios de difusión para centralizar el asunto en que los pibes consumen drogas y todo eso. Porque de esa manera se sacan un problema de encima, prohibiendo espectáculos o grandes concentraciones de gente con esa excusa. Lo fácil es echarle la culpa al rock, los que murieron fue por la no intervención y la decidía de los funcionarios y los productores”.
“Hay que cuidar a la gente”
“Lo que sucedió era previsible porque en la mayoría de los shows tanto del Indio Solari como de Los Redondos siempre hubo inconvenientes”, dijo Gustavo Granato, productor artístico local. “Me parece que el gran responsable de todo esto es él (El Indio), porque él es el que determina dónde tocar, con qué empresa trabajar y cuántos shows hacer al año. Me parece que nunca cuidó a la gente y, en esta oportunidad, incluso, creo que tuvo suerte, porque podría haber sido peor”, aseguró el empresario local al tiempo que dijo: “Esto se arregla con tocar más veces en el año”.
“Después se puede entrar en detalles de organización, no fui al show pero me interioricé porque me afecta tanto a nivel personal como profesional. Por lo que pude ver, creo que hubo cuestiones básicas de seguridad que fallaron, pero no sólo en este show sino también en los anteriores. Entonces, a esta altura, él se tendría que dar cuenta de estas cosas. No es la primera vez que hace un show con esta productora. Además, es una estafa que te cobren 50 dólares para ir a un show que no ves, la gente también tiene que aprender eso. Esto no lo puedo creer ni de él, ni de la gente ni del Estado que lo permitió”.
Consultado sobre si Rosario podría ser plaza de un show de esa magnitud, Granato sentenció: “Creo que no. Al menos yo no lo haría ni por todo el oro del mundo. Es incontrolable, más en Argentina. A lo mejor si lo hacés en Europa o en Estados Unidos es distinto, porque no está ese fanatismo del pogo. Allá la gente no se amontona, toma distancia”.