Una casa, un adentro que funciona como contrapunto a un afuera, oscuridad y encierro; son las sensaciones de Carnaval, un momento en la vida de dos hermanos que podrá verse hoy, a partir de las 18, en el Cine El Cairo (Santa Fe 1120).
El cortometraje que dirige Lisa Caligaris y cuya proyección contará con entrada libre y gratuita cuenta la historia de Rina y Yaco, dos hermanos solteros que viven en un pueblo del interior de Santa Fe y trabajan juntos en el almacén que está al frente de su casa. Todos los días parecen iguales: sin salir y casi sin hablar.
“Todo surge a partir de la casa, que es la casa de los hermanos de mi abuelo. Es una casa que siempre me fascinó y sobre la que siempre quise contar”, comenzó Caligaris su relato respecto de la génesis de este cortometraje. “Me puse a pensar en la casa y no podía zafar de la historia de estos tíos viejos, que por ahí no eran tan viejos pero cuando era chica me parecían viejísimos. Siempre me llamaron la atención, incluso de chica pensaba que eran marido y mujer y después me enteré que eran hermanos. Me llamaba mucho la atención esa relación simbiótica de asfixia que tenían. Esa historia es la base de ésta en tanto esa imposibilidad de tener una vida, hacer todos los días lo mismo, no tener deseos; aunque tal vez los tenían, pero siempre hacían lo mismo, sabían dónde se iban a morir, cumplían una rutina a rajatabla sin cuestionamientos aparentes, con el ahorro por delante, ese no gastar aún teniendo un buen pasar. No gastaban ni vida siquiera”, describió.
De la mano de planos largos, fijos y oscuros, el cortometraje recorre la casa y el supermercado en el que trabajan estos personajes, decisiones estilísticas que, según consignó la directora, surgieron en “función de la casa y de la historia”. “Lo que más me fascinaba de esa casa eran las paredes y para contar esa vida tan estática, más que en el diálogo decidimos contarlo a través de la cámara, con planos largos y fijos. Sentimos que sumaba a esa inacción, a la idea de que ellos no pueden accionar en su vida, que no pueden hacer ni siquiera algo tan simple como cruzar enfrente e ir al carnaval”, describió Caligaris al tiempo que puntualizó en la elección de la cámara “fija y de que no se vea todo en el cuadro, que haya más oscuridad. Eso sumado al encierro y a esa cosa no luminosa en sus vidas. Lo luminoso pasa afuera, en el carnaval o en la calle pero adentro no es muy luminoso”.
Es a través de las hendijas de las puertas y las ventanas entreabiertas que el afuera se hace realidad, “la acción pasa afuera” dice la directora, “pero no la llegamos a ver”, agrega y explica: “Me interesaban mucho los off; si bien hay cosas que se ven desde la ventana, hay mucho del afuera que imaginamos pero que ellos ni siquiera salen a ver. Esta ahí pero ellos no pueden ir”.
Para concluir, la realizadora y actriz (El muerto y ser feliz) aseguró perseguir la generación de sensaciones: “No quería que se queden con la historia, con lo que hicieron los personajes sino con algo que genere más sensaciones, con lograr eso estoy hecha”.