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Mirar un tenebroso pasado tan parecido al presente

“Hitler y los nazis: juicio a la maldad” es una miniserie documental que valiéndose de los juicios de Nuremberg y de archivos sonoros y visuales y recreaciones dramáticas sobre el nazismo, alerta sobre lo peligrosamente similar que resulta cierto contexto contemporáneo en varios países del mundo


Hitler y los nazis: juicio a la maldad es una miniserie documental de Netflix dirigida por Joe Berlinger, un realizador que de ser responsable de trabajos destacables como Paradise Lost y Metallica: Some Kind of Monster pasó a llevar adelante algunos proyectos de la plataforma ligados a la moda del True Crime.

De quedar sujetos a la lógica de la inmediatez impuesta por las plataformas, esta reseña llegaría un tanto tarde. Un mes de retraso, dentro de esta lógica, cuenta. Esta serie ya se estrenó, se vio, se reseñó, y ya se pasó livianamente a otra cosa, a otro de los estrenos semanales. De eso se trata un poco la desmesurada y demencial exigencia de estrenos constantes: obsolescencia, reemplazo y desmemoria. Consumir y seguir en una ronda sin final.

Ahora bien, justamente esta serie viene a plantear, en ese contexto, la necesidad de  detenerse y de volver a mirar. Mirar el contexto contemporáneo y mirar el pasado. Con detenimiento, para ver las relaciones que saltan a la vista pero que la ceguera oculta, y para ver que aún hay tiempo si hay memoria. Y el tiempo es el tiempo de cambiar las cosas antes de que lo impensable se repita.

En principio sí, es claro, Hitler y los nazis: juicio a la maldad, puede causar una resistencia obvia. ¿Qué más agregar sobre el nazismo? ¿Qué aspectos históricos abordar que no hayan sido abordados hasta el cansancio? ¿Qué extravagancias agregar?, ¿Más elucubraciones conspirativas, extraterrestres, infantiles fantasías vengadoras a lo Tarantino? Parecería, en primera instancia, que poco queda por hacer o decir. E incluso, sumando resistencias, ¿cómo ver tal cosa posible cuando se apela a estos formatos pseudodocumentales televisivos que integran de modo efectista y vacuo archivos y recreaciones dramáticas con comentarios de opinadorxs de toda índole? Todo está jugado en contra de forma clara desde el principio, sin embargo, Joe Berlinger usa toda esa cuestionable parafernalia expositiva del documental tergiversado para volver a contar lo mismo, pero en un estricto y aterrador diálogo con el presente.

Hitler y los nazis: juicio a la maldad toma como pivote dos elementos: los juicios de Nuremberg, apelando a archivos sonoros y visuales y recreaciones dramáticas, y el testimonio del corresponsal norteamericano William Shirer, que de algún modo oficia como narrador a través de una recreación de su voz hecha con IA para leer fragmentos de sus libros en los que dio cuentas del surgimiento del nazismo, paso a paso. Con esos elementos como base, la serie va y viene entre los juicios y la década del 30 para ir detallando los pormenores del ascenso al poder de Hitler y los nazis, y todo lo que después sucedió.

Es claro que un archivo no es un documento capaz de constatar y cifrar un hecho sucedido en el pasado, sino que es un objeto extraño y anacrónico abierto siempre al diálogo con el presente. Y allí es donde Joe Berlinger, extraña y destacablemente con el uso de recursos dudosos, convierte a este atractivo relato mil veces contado en un llamado a mirar a tiempo el contexto coyuntural contemporáneo.

No hay, desde ya, un aporte de datos novedosos, pero de todas formas, y ese es el punto destacable, no es eso lo que aquí está en juego. Por el contrario se trata de detallar los pormenores que llevaron a una escalada demencial de violencia impensable. Es allí donde Berlinger sutilmente pone el foco. No en la supuesta importancia de una acumulación de acontecimientos datados en el pasado, sino en los prosaicos rudimentos de una escalada que señala sus ecos en la actualidad. Discursos vacuos y enardecidos gestualmente que exaltan la violencia irreflexiva, bravuconadas que buscan complicidad popular en las más profundas miserias humanas, construcción de enemigos postulados como amenaza al mesiánico orden propuesto, y perfecto control de la maquinaria propagandística, entre otros procedimientos que irán instaurando un irracional apoyo popular. Todo el ridículo y penoso circo de la extrema derecha actual cabe aterradoramente en el itinerario demarcado por ese ascenso. A mucho de eso lo vemos a diario, y aterra.

En ningún momento Joe Berlinger declara esa conexión con el presente. No le hace falta. Las horrorosas correspondencias saltan a la vista por si solas y progresivamente, y al compás de ese fatal reconocimiento resuena lo sabido: finalmente sucedió lo inimaginable. ¿En qué punto, entonces, estamos ahora? Hitler y los nazis… no trata sobre el pasado, sino sobre el presente y las posibilidades de futuro.

Si las correspondencias saltan al vista, no está demás señalar ciertos hechos curiosos que abonan el terreno (lo de curioso es irónico): en un medio gráfico nacional, afín al gobierno, el periodista señala con horror ese reflejo del pasado en este presente, escandalizado por la extrema derecha norteamericana y su payasesco exponente, Donald Trump. De lo que sucede en sus pagos, ni noticias.

Claramente, ante esto, se puede argumentar que las diferencias son muchas y de diversas índoles. Sin discusión. Pero lo que importa aquí no son las diferencias, sino las similitudes.

Hitler y los nazis: juicio a la maldad / Netflix / 1 temporada

Creador: Joe Berlinger

Intérpretes: Karoly Kozma, Gabor Sotonyi

 

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